Juan Castillo, ministro de Trabajo: "La desindexación salarial hasta el momento no está arriba de la mesa"
El ministro de Trabajo y Seguridad Social adelanta cómo será la negociación salarial y alienta a la creación de un modelo "a la uruguaya" que permite implementar una carga laboral menor sin perder competitividad.

El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo, asumió como vicepresidente de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), una propuesta que surgió en la transición de gobierno. Más allá de esa responsabilidad internacional, a nivel local tiene sus prioridades puestas en la nueva ronda de los Consejos de Salarios, la mejora de los salarios más sumergidos y la reducción de la jornada laboral. Castillo, con extensa trayectoria como líder sindical, responde a las inquietudes de los empresarios sobre cuáles serán las prioridades del gobierno en materia laboral.

-¿Cuáles son los principales desafíos que va a encarar? 

-Los desafíos forman parte del programa de Frente Amplio. Tenemos que buscar la forma primerísima de cómo mejoramos los salarios más sumergidos. Sé que el término más cómodo y práctico es decir los veinticinco mil pesistas y los datos estadísticos marcan que son en el entorno de 500.000 trabajadores. 

Tenemos una gran complejidad, que no se resuelve con la convocatoria de los Consejos de Salarios, porque estamos hablando de la economía informal, los cuentapropistas y feriantes. 

-¿Y cómo se mejora la situación de esas personas?

-Hay que tomar un conjunto de medidas, que pasa por la capacitación y estamos trabajando muchísimo en conjunto con Inefop y el fortalecimiento del sistema de cuidados. 

-¿Habrá un salto también en el salario mínimo?

Tiene que haber, además de ser un compromiso también del gobierno, es un compromiso de la campaña electoral. El tema es que acá los ajustes del salario mínimo nacional se hacen cada enero, hay que ver qué pasa también en los Consejos de Salarios. Lo que estamos haciendo es priorizar a los estratos más bajos, porque si llevamos porcentualmente a todos en la misma escala para arriba, lejos de achicarse la brecha, se continúa agrandando.

-¿Cuándo empieza la ronda salarial?

Primero de julio es la idea tentativa, ya que la mayoría de los acuerdos terminan el 30 de junio. Son 183 acuerdos que terminan en esa fecha, es el grueso de los sectores.

-¿Cómo van a ser esas pautas?

-Todavía no oficializamos a nivel de ministros. Nuestro énfasis está puesto en cuáles son los contenidos no salariales que vamos a estar incorporando, el Sistema Nacional de Cuidados es uno, volver a recuperar más niveles en derechos y el trato e igualdad de oportunidades para las mujeres. 

-En lo que respecta a lo salarial, ¿cuál será la pauta? 

-Es la parte que falta definir. Se va a priorizar que no se pierda salario. Que el poder adquisitivo de los trabajadores no decaiga. ¿Y en dónde vamos a poner énfasis en la recuperación? En los salarios más bajos.

-La desindexación salarial fue uno de los temas que planteó el ministro Gabriel Oddone, ¿va a estar?

-No con la impronta que había trascendido públicamente en el momento de la transición. No es la idea. Precisamente decir que vamos a asegurar el poder adquisitivo ya habla de que entonces no va a existir. Existen otros instrumentos también que seguramente Economía tome para el resguardo, que no se dispare al mismo tiempo la inflación, pero no sobre la base de desindexar el salario.

Juan Castillo, ministro de Trabajo. Foto: Diego Olivera.

-¿La desindexación quedó descartada? 

-Hasta este momento no está arriba de la mesa.

-¿Las empresas tienen margen en este contexto económico para aumentos salariales en un escenario de guerra comercial? 

-Las dificultades de la economía son planetarias. En la ronda de negociación colectiva es justo que trabajadores y trabajadoras tengan expectativas para mejorar su salario, es serio de parte nuestra que no alentemos a redoblar esas expectativas, pero sí decirles y asegurarles que no van a perder salario. Veamos en el arte de la negociación qué margen de posibilidad existe en algunos sectores de la productividad para mejorar salarios o condiciones laborales. 

-¿La productividad tiene que ir de la mano con el salario?

-Convocamos a la primera reunión del Consejo Superior Tripartito para que sea órgano de gobernanza. Un tema que transmitimos es cómo empezamos a trabajar, a debatir, para concretar una reducción del tiempo de trabajo. Acto seguido, cada vez que anunciamos esto, la contestación es que la productividad se va a caer, pero nosotros no estamos haciendo competir la reducción de la jornada laboral y la competitividad. Colocamos las dos arriba de la mesa. 

Los trabajadores no quieren que se les rebaje el salario y los empresarios no quieren que caiga la productividad. Bueno, hagamos convivir estas iniciativas, si no se han puesto en práctica en el mundo será a la uruguaya, de la forma que entendamos.

¿Cómo sería a "la uruguaya"?

Las experiencias que están ocurriendo ahora son distintas, en el mundo. Hay que buscar cómo mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Cómo efectivamente el avance de la ciencia, la tecnología, la era de la automatización, la robotización, los desafíos de la inteligencia artificial, todo eso, lo que tiene que hacer es salpicar un poco a los trabajadores. Que no sirvan solamente para crecer en productividad, generar grandes ganancias a unos pocos y dejar a muchos desocupados.

-¿Reducir la jornada laboral a cuánto? 

-Siempre es un proceso, pero tiene que ser a la uruguaya, tiene que ser un proceso de consenso. Sería mejor que construyamos el consenso en el ámbito tripartito y demos señales al Parlamento. Si nosotros lo discutiéramos en el mismo marco de los Consejos de Salarios nos acota mucho, necesitamos más tiempo. Cuando aprobemos no se puede aplicar a rajatabla en todos los lugares al mismo tiempo y de la misma forma.

-¿Por ejemplo?

-En algunas se podrá aplicar rebajando la jornada diaria, en otras será cortando la semana laboral y en otras hay que diseminar durante el mes, o hasta capaz que en algunas experiencias se aplica en una reducción en el año, aumentando los días de licencia que se pueda tener.

-Empresarios sostienen que la reducción de la jornada genera más costos. ¿Qué les responde?

-La respuesta es que no es nuestra idea. No vamos a estar colocando arriba de la mesa una propuesta que se haga trampa al solitario. Estamos colocando una propuesta en donde todas las partes tienen que sentirse cómodas en ese escenario. Yo sé que es difícil, pero hay que dar la discusión. Nosotros no descubrimos el mundo a partir del 1° de marzo, pero no venimos a hacer lo mismo que se hizo siempre. Queremos dejar una impronta. 

-¿Hay que regular el tema de la inteligencia artificial?

-Hay que hacer cosas. Hay que tomar iniciativas de cómo la utilizamos mejor, cómo lo empleamos mejor y cómo capacitamos a todos los trabajadores para que efectivamente puedan formar parte de las demandas que esa inteligencia artificial nos convoque.

-¿Se va a modificar el decreto de las ocupaciones de lugares de trabajo aprobado durante el gobierno de Luis Lacalle Pou?

-Si me preguntan a mí, sí; pero no me mando solo. Yo soy designado y el electo es el presidente de la República. La preocupación es que la LUC (Ley de Urgente Consideración), particularmente el artículo 392, lo que seguramente haya querido era regular las ocupaciones, que era la demanda de los empleadores. Pero no habla de las ocupaciones, habla de la huelga, que es un derecho. 

El tema es que el gobierno anterior hizo un decreto que quita responsabilidades al Ministerio del Trabajo, dice que hay que recurrir de inmediato al Ministerio del Interior para que desaloje. Nos gustaría agregar más trabajo para nosotros, que si sucede una ocupación vaya al Ministerio del Trabajo y ofrezca un ámbito para negociar. ¿Y esto es ser tan idílico? No, lo que dicen las estadísticas es que cuando se llega a la ocupación es porque en la negociación no se llegó a un acuerdo.

-¿Se daría un plazo para negociar?

-Se fijará un plazo, no será eterna la negociación, pero a nadie le hace gracia ocupar. Yo creo que hay que entender a las partes. A nadie le debe hacer gracia que su empresa esté ocupada, que no pueda llegar y trabajar o que el comercio esté ocupado. Yo tengo esta impronta, pero esto lo va a definir el presidente. 

Juan Castillo, ministro de Trabajo. Foto: Diego Olivera.

-¿Con qué nivel de conflictividad se encontró?

 -Un poco más alto de lo que hubiésemos deseado, pero no hay huelga de conflicto en una sociedad capitalista. Que crecieron un poco más los conflictos a partir de que llegó el Frente Amplio y sí, yo no sé si a esta altura hasta no es parte de la lógica: la gente va a reclamarle más a quien pueda atender, en quien puede confiar. 

-Se puede pensar que como estuvo al frente del movimiento sindical, como ministro de Trabajo va a tener menos conflicto. 

-Sí, pero eso no se da. Conozco bien a los dirigentes sindicales, no te dan una por perdida jamás y me parece que es el rol que tienen que ocupar. Eso habla muy bien de la independencia de clase. 

-Hubo críticas del sector empresarial cuando lo designaron.

-Hubo de todo, alguno me daba 24 horas de vida, otros pedían a Orsi reconsiderar la decisión. Está bien, yo sé los juegos políticos, hay quienes tienen ideas distintas a las mías y yo no las escondo. 

Yo nací en un hogar obrero, milité en el movimiento sindical y no reniego de mis raíces, lo que sí tengo ahora un rol distinto. 

-¿Qué implica asumir como vice este año y el próximo como presidente de OIT?

-Es un halago para Uruguay, porque estamos bien evaluados. Lejos de vestirme con ropa ajena, esto surgió en la transición y llegó estando Mario Arizti en el Ministerio de Trabajo, lo conversamos juntos en enero. Uruguay está bien evaluado, aunque a veces nos damos con un caño nosotros, estamos en un país donde la democracia es consistente.