El principal estratega de Bank of America alertó que se avecina una liquidación de acciones en los próximos dos meses
La brecha entre los rendimientos de las ganancias del S&P 500 y el rendimiento de las letras del Tesoro a tres meses alcanzó su nivel más bajo desde el año 2000.

Los estrategas de Bank of America advirtieron que existen altas probabilidades de que haya una liquidación de acciones en los próximos dos meses debido a la persistente amenaza de tasas de interés elevadas.

Según Michael Hartnett, líder del equipo de analistas, la probabilidad de un aterrizaje forzoso es de “alrededor del 20%”, principalmente por factores preocupantes como los altos rendimientos del petróleo, el dólar y los bonos y las condiciones financieras más restrictivas.

 

Hartnett señaló el riesgo de una recesión y un aumento del desempleo, que podrían impulsar los rendimientos de los bonos gubernamentales a largo plazo en lugar de reducirlos. Esta perspectiva pesimista contrasta con las expectativas de un aterrizaje suave para la economía que prevalecieron hasta ahora.

“Los rendimientos aumentan a niveles agotadores”, advierte Hartnett, anticipando un "aterrizaje largo y duro". En respuesta a esta situación, el equipo de estrategia de Bank of America se prepara para posicionarse a la defensiva.

La brecha entre los rendimientos de las ganancias del S&P 500 y el rendimiento de las letras del Tesoro a tres meses alcanzó su nivel más bajo desde el año 2000, lo que hace que las acciones sean menos atractivas en comparación con los bonos. La discrepancia negativa de -0,9 puntos porcentuales subraya la creciente preocupación en los mercados financieros.

 

Hartnett también mencionó que, en el pasado, las brechas positivas entre las ganancias y los rendimientos de los bonos fueron optimistas para las acciones y el crédito, mientras que las brechas negativas o reducidas resultaron en períodos menos favorables para estos activos de riesgo.

Si bien los mercados de valores gozaron de un sólido desempeño este año, la Reserva Federal mantuvo una postura firme sobre las tasas de interés, y los rendimientos de la renta fija llegaron a su nivel más alto en más de una década. Además, el aumento de los precios del petróleo generaron preocupaciones sobre la inflación.