5% de inflación, 100% de tasa, ¡qué robo!
A continuación, la sexta entrega de una serie de columnas que Martín Guerra, socio fundador de InCapital, Handy y Paigo escribió para Forbes Uruguay.

Martín Guerra Socio fundador de InCapital, Paigo y Handy

Hay cifras que son engañosas. Tanto, que cuando se habla de ellas, parece que estuviéramos hablando idiomas distintos. Eso pasa con indicadores como la Tasa Efectiva Anual (TEA) que confunde, y no refleja la realidad. Para peor, distorsiona la manera en que pensamos el crédito, la inclusión y la regulación.
 
Se usa para argumentar que las financieras "ganan demasiado" (por supuesto sin mirar un balance). Lo que se omite en ese discurso es algo básico: si el que presta no cubre sus costos, no puede operar. La viabilidad de las administradoras de crédito es esencial para que exista crédito regulado, accesible y competitivo. Si no hay forma de sostener el servicio, ese espacio lo ocupan alternativas riesgosas. 
 
Veamos qué pasa en la práctica con un ejemplo concreto: un préstamo de $ 15.000 a 6 meses con una tasa del 100% anual. El cliente paga $ 3.045 por mes. En total, devuelve $ 18.272. La diferencia son $ 3.272 de intereses; se trata de un 22% sobre el capital prestado.
 
Y entonces, si es 22%, ¿dónde está el 100%?
 
Ahí está la cuestión. Esa tasa del 100% es anual, mientras que los $ 3.272 son intereses generados en seis meses.
 
El problema es que la TEA presupone algo que no ocurre en la práctica: que ese préstamo se repite a lo largo del año, y que en cada ocasión se reinvierte todo el dinero a la misma tasa, con interés compuesto.
Pero eso no pasa. Y además hay mora y costos. Por eso, esa cifra del 100% no representa ni el costo real para el cliente, ni la ganancia para la financiera.
 
A ese ingreso de $ 3.272 que está teniendo la financiera hay que restarle los siguientes costos de generar el crédito:
 
- Mora

Está calculado que en el promedio del sistema, 10% de clientes no pagan. Pero, si enfocamos el producto al segmento que hoy no accede por tener un mal antecedente en el Banco Central, el porcentaje de clientes que no pagan es al menos 20%. Para este caso significa que $ 3.000 de los $ 15.000 no se recuperan, y $ 654 de los intereses tampoco. El ingreso para la financiera deja de ser positivo y pasa a ser una pérdida de $ 383.
 
- Costo de conseguir el dinero:

Hay que restar otros $653 (considerando la tasa actual de 15,8%). Crece la pérdida de la financiera a $ 1036.
 
- Costos operativos:

Dar un préstamo implica gastos en colaboradores, locales, sistemas, controles, publicidad y más. Para este caso, el costo representaría el 20% de los ingresos por intereses, unos $ 654 por cliente en promedio, según un estudio reciente de una de las principales consultoras del país, a partir de información de la industria. La pérdida de la financiera pasa a $ 1.690.

- Costos impositivos:

Se debe sumar el pago de impuestos, por $145 (sin incluir IVA, ni para ingresos ni para costos), también a partir de este reciente estudio. 
 
¿El resultado final? Una pérdida para la financiera de $1.835 por préstamo. O sea, un negocio con rentabilidad negativa del 12,2%. Sí, si la financiera brinda ese préstamo, pierde. 
 
Para no perder ni ganar dinero con este préstamo, la TEA debería ser 253%. 
 
Si el crédito fuese otorgado por una empresa digital, el costo de la mora es sustancialmente más alto, al punto que no compensa el ahorro de costo operativo.

¿Por qué importa todo esto? Porque cuando no entendemos bien cómo funcionan estas tasas, se instala la idea de que la solución es limitarlas. Pero eso no va a generar crédito más barato. Lo que generará es menos crédito.
 
Y cuando desaparece el crédito formal, ¿quién le presta a las personas que no tienen otra opción que tomar crédito para subsistir? Lo hacen redes informales -como los "gota a gota" colombianos, una "multinacional" que ya se instaló en Uruguay-. Ahí no hay regulación. Ni resguardo. Ni límites.
 
Proteger a los consumidores también es permitir que exista una industria viable que pueda competir con las alternativas informales.

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