Receta electrónica, simulación clínica y asistentes de IA: la mirada de 3 expertos sobre la transformación del sistema de salud
Los centros de salud hiperconectados ya son una realidad. Cuáles son las principales tendencias, según referentes y especialistas de Uruguay.

Un algoritmo detecta una anomalía en una tomografía antes de que el médico la vea. En segundos, la inteligencia artificial (IA) compara la imagen con miles de casos previos y sugiere una posible lesión. En otra pantalla, un sistema analiza los registros de laboratorio del paciente, cruza los resultados con su historia clínica y recomienda ajustar la medicación. Nada se mueve, pero todo ocurre a la vez: diagnósticos asistidos, datos que dialogan, decisiones más rápidas y precisas. La escena podría pertenecer a un documental sobre el futuro de la salud, pero sucede hoy. 

La digitalización, la tecnología aplicada al análisis de datos y la IA como asistente en diagnóstico transforman la práctica médica y la forma en que se organizan los servicios de salud. Según Alan Brande, CEO de la tecnológica Light-it, la adopción de herramientas digitales fue históricamente lenta en el sector médico, incluso en los países más avanzados. La pandemia, sin embargo, marcó un punto de inflexión: obligó a digitalizar procesos y aceleró en pocos meses una transformación que habría tomado años. "Hoy las instituciones están más abiertas o proactivamente interesadas en investigar y adoptar tecnologías", señaló a Forbes Uruguay.

Uruguay avanza en ese camino con una comunidad médica cada vez más abierta a incorporar nuevas herramientas. Para Arturo Briva, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar), la tecnología dejó de ser una posibilidad para convertirse en una necesidad.

 

Las herramientas digitales comenzaron a consolidarse en el sistema de salud uruguayo, apoyadas en una infraestructura de conectividad que cubre casi todo el país. "Del acceso a la historia clínica electrónica, las videoconsultas y la receta digital, la tecnología se integró a la rutina médica", señaló Daniel Salinas, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Uruguay (UCU). 

La historia clínica electrónica avanzó en los últimos años, aunque su desarrollo aún enfrenta limitaciones. La mayoría de los prestadores ya cuenta con sistemas digitalizados, lo que permitió mejorar el acceso a la información. Sin embargo, los especialistas coinciden en que el país debe dar un paso clave: fortalecer esos sistemas y lograr la interoperabilidad entre plataformas, ya que no existe un registro único nacional. 

"Hoy se maneja un paquete mínimo de información; mucho más pequeño de lo que se podría aspirar", advirtió Briva. A pesar de esas limitaciones, otras herramientas ya muestran resultados concretos. Según Salinas, la receta electrónica —que ya se aplica en algunas instituciones— reduce tanto errores médicos como de dispensación. Además, los sistemas ya sugieren indicaciones y contraindicaciones automática mente. "En los pacientes mayores, cuando toman muchos medicamentos, es bueno que aparezcan alertas. Así se evita que se duplique la dosis o haya interacciones medicamentosas", explicó. 

Las videoconsultas también se consolidaron como una opción que mejora la accesibilidad, sobre todo en zonas del interior. A propósito, Briva destacó el potencial de la telemedicina para fortalecer el primer nivel de atención: "Un médico general que pueda consultar en tiempo real con un especialista a distancia no solo mejoraría la calidad de la asistencia, sino que ayudaría a des congestionar el sistema", afirmó. 

 

EL IMPACTO DE LA IA 

La verdadera transformación de la medicina está ocurriendo con la llegada de la IA y el uso masivo de datos para apoyar diagnósticos, tratamientos y gestión hospitalaria "Va a ser un factor que mejore la asistencia y disminuya el error médico", sostuvo Salinas. "No va a reemplazar al profesional, va a funcionar como un asistente", agregó. 

Su aplicación ya se consolida en áreas como neurología, con niveles de acierto cercanos al 94%, siempre que esté correctamente curada y supervisada. En imagenología y anatomía patológica, dijo que la precisión también es alta cuando los sistemas se alimentan con grandes bases de imágenes de referencia. 

"Si hacés una biblioteca con millones de casos, no vas a quedar a merced de una única opinión que es la tuya, sino que también vas a tener un respaldo detrás", subrayó. 

Briva coincidió en el potencial de la IA, aunque llamó a mantener una perspectiva crítica. Señaló que la tecnología podrá superar al ojo humano en la lectura de imágenes o en ciertos procesos de interpretación clínica, pero el médico todavía es insustituible en el manejo del contexto, la comunicación y la empatía. El desafío, coincidieron ambos, no está solo en la adopción tecnológica, sino en cómo integrarla sin diluir el criterio profesional. Aun así, el eco sistema de salud uruguayo muestra disposición a avanzar. 

"Hay avidez por incorporarla. En el sector de seguros y en el privado hay un gran interés, y estoy seguro de que ASSE no va a perder pie con esto", afirmó Salinas. Brande sostuvo que la IA está redefiniendo la prác tica médica. "Son tantas las aplicaciones y es tanto el valor que traen estas tecnologías —tanto para aumentar la eficiencia de los doctores como para mejorar la experiencia de los pacientes— que está haciendo que las instituciones las adopten", afirmó. 

Entre los casos de uso del lado médico, destacó la aparición de copilotos clínicos como los mencion dos más arriba. Del lado del paciente explicó que la IA permite una interacción más natural y un acompañamiento continuo. 

"Un paciente con diabetes puede tener un asistente virtual que monitoree su glucosa, detecte patrones y recomiende ajustes en su dieta. Esa comunicación constante permite prevenir complicaciones y mejorar la evolución del tratamiento", ejemplificó. En los casos más simples, también se aplica para automatizar gestiones médicas —como la coordinación de consultas mediante chatbots— liberando tiempo y recursos. 

EL ROL DE LA ACADEMIA 

La transformación tecnológica también alcanza las aulas. En UCU, los futuros médicos aprenden en entornos simulados que replican la práctica real: desde entrevistas en cámaras Gesell hasta emergencias con pacientes virtuales. "Tenemos un hospital simulado y una mesa Sectra con cadáveres digitalizados que permiten explorar las capas del cuerpo humano y correlacionarlas con tomografías y resonancias", explicó Salinas. "Es una nueva revolución industrial, pero tecnológica. Tenemos que adaptarnos".

En la Udelar, Briva coincidió en que la educación médica ya no puede prescindir de la tecnología, porque los entornos virtuales, explicó, permiten estandarizar la enseñanza y ofrecer experiencias más diversas. Igualmente, dijo que nunca se podrá reemplazar el contacto directo con los pacientes. Las nuevas generaciones ya están listas para un sistema más tecnológico. Pero la medicina del futuro no se construirá solo con algoritmos, sino con conocimiento y empatía. En ese equilibrio se juega el salto de época.