Desde las granjas romanas en las laderas hasta las fincas biodinámicas de California, las ovejas siempre mostraron su utilidad en los viñedos, aunque su presencia se redujo durante buena parte del siglo XX. Lo que antes era habitual en los sistemas agrícolas tradicionales fue desplazado por tractores, herbicidas y fertilizantes sintéticos. Sin embargo, en varias regiones del mundo, incluida California, los productores de vino están volviendo a incorporar rebaños.
Robert Irwin, más conocido como The Sheep Guy, es el dueño de Kaos Sheep Outfit, una empresa californiana dedicada al pastoreo de ovejas. "La gente olvida que la agricultura solía ser circular. Los animales formaban parte de ella. Rompimos ese ciclo con productos químicos y máquinas", explicó el vocero.
Las ovejas aportan beneficios concretos a la agricultura sustentable. Fertilizan la tierra, controlan los cultivos de cobertura y realizan tareas que, de otro modo, requerirían maquinaria o trabajo manual. Para Angie Shannon, dueña de Shannon Family of Wines, en el condado de Lake, California, no se trata solo de una cuestión ambiental, sino también de practicidad.
"Tenemos 570 hectáreas de viñedos y el terreno es muy escarpado. Los tractores se vuelcan", afirmó Shannon sin rodeos. "De hecho, nuestras ovejas están mejor y más seguras en las pendientes que los tractores", agregó.
El rancho Shannon, ubicado en una zona elevada del lago Clear, es donde el equipo impulsa lo que llaman el "Proyecto Ovis". La idea es distribuir las ovejas de manera estratégica a lo largo del año para controlar malezas, evitar la erosión, reducir riesgos de incendio y hasta encargarse del aclareo del dosel. "Contribuyen a prevenir la erosión por la forma en que caminan", explicó Shannon. "De hecho, crean microterrazas", señaló.
Este enfoque evoca tradiciones más antiguas, anteriores a los motores diésel y los aerosoles sintéticos. A lo largo de la historia, los pastores mediterráneos guiaron sus rebaños por campos y terrazas, no solo por la lana y la carne, sino también por la fertilidad del suelo y el trabajo que ofrecían.
En un contexto de presión climática, costos laborales elevados e interés creciente de los consumidores por prácticas regenerativas, ese modelo vuelve a parecer oportuno.
La cría de ovejas, la fuerza laboral de la naturaleza
Con décadas de experiencia, Irwin es uno de los defensores más fieles de la cría de ovejas en viñedos. "Se trata de devolver a los animales a la tierra y permitir que los ciclos de la naturaleza se reactiven. Ese es el objetivo de la regeneración. Es la máquina de compostaje definitiva: se mueve y fertiliza mientras pasta", precisó el vocero.
Es la máquina de compostaje definitiva: camina y fertiliza mientras pasta.
El equipo de viñedos de Shannon amplió su programa para incorporar miles de ovejas y una rotación estacional cuidadosamente planificada. La coordinación, el bienestar animal y la protección del entorno son prioridades centrales.
"Tenemos más de 6000 ovejas. Las rotamos por zonas según la temporada y el ciclo del cultivo", contó. "En invierno están en los viñedos, después salen para parir. Y una vez destetados, los corderos vuelven y los vamos rotando por todo el norte de California", completó.
Pero las ovejas no solo están presentes en invierno. El equipo de Shannon también aprendió a aprovecharlas para tareas puntuales dentro del viñedo durante la temporada de crecimiento.
"Durante la temporada de chupones, podemos usarlos un par de semanas antes de que broten las vides. De hecho, ellos mismos se encargan de chuponar la viña", indicó.
El cálculo del trabajo manual es clave. En algunos viñedos, arrancar hojas o hacer retoños puede costar cientos de dólares por hectárea. Y resulta que las ovejas pueden hacer ese mismo trabajo, en algunos casos con mayor precisión.
"Cuando tenés ovejas entrenadas para comer chupones pero no la fruta, y para que dejen de comer cuando es necesario, es cuando la cosa se pone realmente interesante", dijo Robert Irwin, de Kaos Sheep Outfit. "Pueden reducir drásticamente el uso de mano de obra y equipo", subrayó.
Agricultura de circuito cerrado
Los beneficios ambientales también son parte central del uso de ovejas en viñedos. En lugar de aplicar fertilizantes o labrar con máquinas, las ovejas ayudan a generar un sistema cerrado que aporta fertilidad, aireación y materia orgánica. El resultado es un suelo vivo y en constante renovación.
"Hemos visto que la materia orgánica del suelo se duplicó en algunos bloques desde que comenzamos a pastorear", sostuvo Irwin. "La vida microbiana, las estructuras radiculares, el contenido de carbono... todo mejora con un pastoreo adecuado", aseguró.
Una vid es como un espejo. Refleja lo que ocurre bajo tierra y a su alrededor. Si el suelo es rico en microbios y las raíces son profundas y tranquilas, se obtiene mejor vino. Punto.
Robert Irwin, Kaos Sheep Outfit
Aunque Shannon Family of Wines está totalmente certificada como orgánica, Irwin cree que cualquier escala de granja puede adoptar alguna versión de este modelo, incluso los productores convencionales que buscan reducir los costos de insumos.
"Lo veo escalable. No es necesario ser biodinámico para usar ovejas", dijo. "Pero son una herramienta excelente si el objetivo es la resiliencia", remarcó.
Por supuesto, este tipo de sistema solo funciona cuando los animales prosperan. Tanto Shannon como Irwin enfatizan altos estándares de bienestar animal: pastoreo rotativo, perros guardianes, sombra y agua, y un ciclo de vida completo en pasto.
Escuchá a las ovejas
Para los productores que quieren incorporar la cría de ovejas a sus viñedos, este es el punto donde lo tradicional y lo innovador se encuentran. Un suelo más sano da como resultado vides más resistentes y frutos más expresivos. Y, al parecer, las ovejas saben lo que hacen, si se les da la oportunidad. "Solo hay que escuchar a la tierra", indicó Shannon,"y a veces, a las ovejas".
*Con información de Forbes.