Pasar tiempo en la naturaleza no es solo una salida placentera, también resulta clave para la salud y el cuidado del ambiente. La práctica japonesa del Shinrin-Yoku, que significa "baño de bosque" o "absorber la atmósfera del bosque", muestra el impacto que puede tener un momento al aire libre.
La ciencia detrás de los baños de bosque
Según el Dr. Qing Li, de la Facultad de Medicina Nippon de Tokio, quienes pasaron tres días y dos noches en un bosque mostraron un aumento notable en la actividad de sus células inmunitarias. Un estudio de 2022, publicado en Environmental Health and Preventive Medicine, demostró que los baños de bosque reducen de manera constante las hormonas del estrés, como el cortisol, además de bajar la presión arterial y la frecuencia cardíaca. También mejoran el estado de ánimo.
En otras palabras, una caminata tranquila entre árboles calma el sistema nervioso, alivia la ansiedad y fortalece el sistema inmunitario. A diferencia de recorrer una ciudad repleta de gente, el bosque libera compuestos naturales llamados fitoncidas, que refuerzan las defensas del cuerpo y generan ese aroma característico del ambiente forestal.
Por qué son importantes los espacios verdes en las ciudades
Los beneficios de la naturaleza van mucho más allá del bosque. Según la Organización Mundial de la Salud, quienes viven cerca de parques o jardines tienen menor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, obesidad, problemas respiratorios y depresión. En la práctica, los árboles y los parques no son un lujo, forman parte de la infraestructura de salud pública. Esto cobra más peso si se considera que la exposición prolongada a espacios verdes está muy vinculada a una menor probabilidad de sufrir ansiedad o depresión. Un amplio estudio de cohorte, publicado en The Lancet Planetary Health, mostró que las personas que viven cerca de la naturaleza presentan tasas mucho más bajas de enfermedades mentales. La vegetación puede proteger la salud mental más de lo que imaginamos.
Un estudio de 2024, publicado en Communications Earth & Environment, indicó que los parques urbanos no solo mejoran la salud, también almacenan carbono, refrescan los barrios sobrecalentados y filtran el aire contaminado. Por eso, son herramientas clave para enfrentar el cambio climático y cuidar la biodiversidad. Cuando falta cobertura verde, las ciudades se recalientan mucho más durante las olas de calor que aquellas con mayor cantidad de árboles.
Invertir en parques, jardines y bosques genera tres beneficios claros: personas más sanas, menor gasto en salud y ecosistemas más resilientes. El Shinrin-Yoku no es solo una costumbre cultural, también recuerda la conexión profunda entre el bienestar humano y el del planeta. Cuidar e invertir en espacios verdes no es solo una decisión acertada, es una estrategia concreta para garantizar la supervivencia de la humanidad.
*Con información de Forbes US.