Andy Molinsky Contribuyente
Vas por tu segunda porción de ensalada rusa y, como un reloj suizo, arranca la función. Tu tía te mira con cara de interés fingido y lanza la pregunta que sabías que venía: “¿Cómo va el trabajo?” No llegás a responder que tu tío ya se mete. "¿Seguís con eso de tecnología? Porque el hijo del vecino ahora es vicepresidente de una empresa que no conocés ni de nombre. Capaz habría que ponerlos en contacto, dice con tono de te estoy haciendo un favor".
Tu prima salta para contar que le aumentaron el sueldo. Y tu abuela, en su clásico de todos los años, te mira y pregunta por tercera vez: “¿Vos qué hacés?”.
Para muchos que arrancan su vida laboral, las fiestas no son un descanso, son una entrevista grupal sin aviso. Las preguntas vienen con moño, pero el contenido incomoda: qué hacés, por qué no hacés otra cosa, si pensaste en cambiar, si te va bien, si te va mal, si conocés al primo exitoso. Y el menú de consejos viene igual de cargado que la mesa: recetas laborales sacadas de otra década, sugerencias absurdas y comparaciones sin filtro.
Psicólogos y terapeutas cuentan que este tipo de charlas generan ansiedad mucho antes del brindis. Porque no es solo el laburo, es la sensación de estar en deuda con expectativas que nadie pidió. Y todo esto, mientras intentás que no se enfríe el puré. @@FIGURE@@
Por qué estas conversaciones resultan tan incómodas
Son varias las inquietudes que aparecen al mismo tiempo. ¿Pensarán que me va bien o que estoy con problemas? ¿Puedo hablar con sinceridad sobre lo que me frustra sin parecer desagradecido? ¿Cómo explico lo que hago cuando mi trabajo es ser gerente de producto o científico de datos, roles que no existían cuando la mayoría de mis familiares empezaron a trabajar?
A todo eso se suma, muchas veces, una brecha generacional que complica aún más el intercambio. Por ejemplo, estudios sobre comunicación laboral muestran que los baby boomers suelen valorar las charlas cara a cara y los mensajes más formales. En cambio, los profesionales jóvenes prefieren comentarios breves y en un tono más informal. Las preguntas de tu abuela sobre "beneficios y estabilidad" y tus respuestas sobre "impacto y oportunidades de crecimiento" reflejan visiones distintas de lo que significa trabajar.
Convertí la incomodidad en una ventaja
Probá pensar estas cenas familiares incómodas como una instancia de práctica: una oportunidad para aprender a explicar tu trabajo a personas que no están en tu campo. Y esa es una habilidad profesional clave. En vez de esquivar esas charlas, podés usarlas a tu favor.
1. Armá tu relato
Llegá con una historia breve ya pensada. ¿De qué proyectos te sentís orgulloso? ¿Qué estás aprendiendo? Por ejemplo: "Estoy trabajando en el lanzamiento de una función que podría cambiar la forma en que millones de personas compran online. Los desafíos técnicos son muy interesantes y estoy aprendiendo mucho".
Este es tu discurso de ascensor. Lo vas a necesitar, estés buscando trabajo o no. Tiene un tono positivo, sin sonar arrogante; es concreto, pero sin palabras difíciles, y deja la puerta abierta a preguntas simples que pueden seguir la charla sin incomodar. @@FIGURE@@
2. Tené preparadas respuestas para las preguntas de siempre
"¿Cómo va el trabajo?" o "¿Seguís en lo mismo?" Son clásicos. Para eso, podés responder algo como:
"Va muy bien. Ahora estoy metido en (algo concreto que estés haciendo)."
"¿A qué te dedicás?" Acá conviene tener una frase breve y clara, sin vueltas. Por ejemplo:
"Ayudo a las empresas a entender qué quieren realmente sus clientes" o "Diseño las aplicaciones y los sitios web que usás todos los días".
"¿Cuándo te van a ascender?" Es incómoda, sí, pero podés salir con algo como:
"Ahora estoy enfocado en sumar experiencia sólida en (X), que me va a preparar bien para (Y) más adelante".
3. Practicá cómo poner límites
Cuando algún consejo no te cierra o una comparación te incomoda, podés reconocer la buena intención sin aceptar una idea equivocada.
Por ejemplo:
"Es una mirada interesante. Hoy la industria tecnológica funciona de otra manera, pero valoro que te intereses por mi carrera".
O también:
"Cada uno tiene su camino. Ahora estoy enfocado en lo que tiene sentido para mis objetivos".
4. Dalo vuelta
Si la charla se vuelve incómoda, cambiá de rol y hacé vos las preguntas. Algo como:
"¿Qué te llevó a elegir tu carrera?" o "¿Cómo manejabas la incertidumbre laboral cuando recién empezabas?"
Con eso podés lograr varias cosas. Primero, tal vez consigas una respuesta que no esperabas. Capaz descubrís que tu tío también sintió inseguridad en el trabajo, como te pasa a vos. Además, corrés el foco de vos mismo y eso puede aliviarte un poco la tensión del momento. @@FIGURE@@
El resultado final
Hay algo que muchos jóvenes profesionales suelen pasar por alto: saber explicar lo que hacés a personas que no están en tu rubro es una habilidad clave para toda tu carrera. Porque los ejecutivos que tienen que aprobar tu presupuesto no son expertos en tu área, y tus compañeros de equipo —sobre todo si son de otras disciplinas— tampoco hablan tu mismo lenguaje técnico. A los clientes, lo que les interesa son los resultados, no los procesos.
Si lográs que tu abuela entienda qué hace un gerente de producto, vas a poder explicarle tu valor a cualquiera. Estas charlas en la mesa no son solo momentos incómodos: también pueden ser un buen entrenamiento para conversaciones mucho más importantes.
Tu tarea para las fiestas
Antes del primer encuentro familiar, puede ayudarte anotar algunas ideas clave. En lo posible, concentrate en:
- Una forma clara y sencilla de explicar en 30 segundos qué hacés, sin usar jerga.
- Algún proyecto o logro del que te sientas orgulloso.
- Algo que estés aprendiendo o en lo que estés trabajando ahora.
- Una frase amable para esquivar comparaciones o momentos incómodos sin generar tensión.
- Incluso podés ensayar estas respuestas en voz alta. La idea no es sonar armado, sino natural y con confianza.
Al final, no se trata solo de soportar las charlas sobre trabajo: el objetivo es aprovecharlas como práctica. Las habilidades que desarrolles en esos intercambios también te van a servir en cualquier ámbito profesional.