Anatomía de un ícono: los hitos que convirtieron a Giorgio Armani en leyenda
Marcó la elegancia de varias generaciones, transformó la sastrería clásica y levantó un imperio que mantuvo bajo control absoluto hasta el final de su vida. Su disciplina, filantropía y compromiso con la sostenibilidad lo convirtieron en una figura irrepetible.

Giorgio Armani siempre fue un innovador. La colección Primavera/Verano 2007 de Armani Privé marcó un hito: fue la primera de alta costura en transmitirse en directo online, además de llegar a través de teléfonos celulares mediante MSN y Cingular.

El modisto también fue un filántropo comprometido. Participó en la iniciativa global Product Red, colaboró con el Proyecto Tab de UNICEF, con Green Cross International y con muchas otras causas a lo largo de su vida.

Esta mañana, 4 de septiembre de 2025, se anunció la muerte del diseñador italiano más reconocido del mundo. Murió en su casa, a los 91 años. Dedicó más de seis décadas a la alta costura. Hoy se fue un hombre comprometido con la excelencia. Tuvimos la suerte de tenerlo entre nosotros tanto tiempo. Su legado será eterno.

Nació en Piacenza, en el norte de Italia, el 11 de julio de 1934. Era el hijo del medio entre un contador y un ama de casa. La Segunda Guerra Mundial, y los años previos y posteriores, fueron devastadores para Italia. Durante buena parte de ese período, la familia Armani vivió con hambre.

De chico, en plena guerra, Armani jugaba con sus amigos en las calles, entre proyectiles de artillería sin detonar. Uno de ellos explotó. Mató a un niño y dejó a Giorgio con quemaduras graves. Años después, el diseñador recordó: «La guerra me enseñó que no todo es glamuroso».

Tras la guerra, Armani estudió medicina antes de abandonar el Liceo Científico Leonardo da Vinci de Milán y alistarse en el ejército. Estuvo destinado en un hospital militar de Verona, lo que le permitió asistir a las exposiciones de la colección cada temporada, y pronto empezó a considerar la posibilidad de reorientar su vida.

Alrededor de 1957, Armani comenzó a trabajar en los grandes almacenes de alta gama La Rinascente , donde trabajó como escaparatista y dependiente, y fue responsable de presentar a diseñadores emergentes como Marimekko.

 

Aunque se convirtió en el diseñador italiano más conocido y con mayores ventas del mundo, Giorgio Armani era un cortesano italiano sin formación formal en diseño. Su experiencia, especialmente con los textiles, provenía de años de investigación, trabajo en tiendas y una minuciosa atención a los deseos y necesidades de los clientes.

A principios de la década de 1960, Armani trabajaba en Nino Cerruti , un conocido modisto y sastre italiano, donde comenzó a diseñar ropa masculina.

La era de los trajes sólidos de influencia británica comenzó a terminar a mediados del siglo XX, lo que creó un vacío que Armani estuvo más que feliz de llenar.

Después de la guerra, Armani estudió medicina, pero dejó el Liceo Científico Leonardo da Vinci, en Milán, y se alistó en el ejército. Fue destinado a un hospital militar en Verona, lo que le permitió asistir a las exposiciones de temporada. Con el tiempo, empezó a pensar en darle un giro a su vida.

Hacia 1957, comenzó a trabajar en La Rinascente, una tienda por departamentos de alta gama. Allí fue escaparatista y vendedor, y tuvo un rol clave al presentar a diseñadores emergentes como Marimekko.

Aunque llegó a ser el diseñador italiano más conocido y con mayor volumen de ventas en el mundo, Giorgio Armani no tenía formación formal en diseño. Su conocimiento, sobre todo en el manejo de textiles, lo adquirió tras años de investigación, trabajo en locales y una atención obsesiva a los gustos y necesidades de sus clientes.

A comienzos de los años 60, empezó a trabajar con Nino Cerruti, un reconocido modisto y sastre italiano. Fue ahí donde Armani empezó a diseñar ropa masculina.

Hacia mediados del siglo XX, los trajes rígidos de influencia británica comenzaron a quedar atrás. Ese cambio dejó un vacío en la moda masculina, que Armani no dudó en ocupar.

Tradicionalmente, al estilo de Savile Row o de los sastres napolitanos más conservadores, los trajes masculinos eran rígidos y cuadrados. Estaban compuestos por capas de telas de lujo, tejidas de forma compacta, y se les aplicaba el tratamiento conocido como "lona completa".

Giorgio Armani rompió con esa estructura. Eliminó las capas internas de lona, las hombreras y suavizó las líneas internas del traje. Hizo que la ropa masculina ganara una sutil sensibilidad femenina, que los trajes femeninos tuvieran un aire más masculino y, al darle a la ropa de trabajo un carácter más andrógino, cambió la forma en que el mundo se vestía para ir a la oficina.

Durante la década siguiente, Armani trabajó para distintas marcas, aceptó encargos como freelance y, en 1966, conoció a Sergio Galeotti, un joven que se preparaba para ser aprendiz. Se enamoraron. Galeotti fue quien lo impulsó a tomar un rumbo propio. De hecho, dejó su carrera —y vendió su Volkswagen— para reunir fondos y fundar Giorgio Armani SpA en Milán, en 1977.

En menos de diez años, Armani ya era el diseñador europeo con más ventas en Estados Unidos. Su trabajo, que empezó en los últimos años del movimiento Made in Italy, fue clave para que Milán —y la moda italiana en general— empezaran a ser reconocidos como referentes del estilo internacional, a la altura de París.

Giorgio Armani (Foto de germanlarkin)

En 1980, Giorgio Armani vistió a Richard Gere para American Gigolo, de Paul Schrader, y más adelante hizo lo mismo para Los Intocables y Miami Vice. Durante décadas, se encargó de vestir a las personas más famosas del mundo para cada alfombra roja televisada.

En los años 90, su empresa creció con la incorporación de Armani Jeans y Emporio Armani, y comenzó a otorgar licencias para productos como anteojos de sol, cosméticos y más, entre ellos un acuerdo de fragancias con L'Oréal. La prensa italiana lo apodó "el rey Giorgio", y la revista GQ aseguró que había creado "el look total".

La historia también tuvo momentos trágicos. En 1985, su pareja y socio, Sergio Galeotti, murió por una enfermedad relacionada con el sida. Tenía apenas 40 años. Armani se recluyó en su dolor y pensó en abandonar su carrera, pero decidió seguir. "Me ayudó a creer en mi propio trabajo", diría después el diseñador.

Armani nunca tuvo hijos y, tras la muerte de su socio, se entregó por completo al trabajo. Convirtió una firma italiana relativamente pequeña en un imperio global multimillonario.

Durante toda su carrera, se mantuvo firme frente a la presión de aceptar inversores externos. Hasta su fallecimiento, la marca siguió siendo un negocio totalmente controlado por él y su familia, una posición que les permitió impulsar cambios significativos en la industria de la moda.

Cuando la modelo brasileña Ana Carolina Reston murió por anorexia en 2006, Giorgio Armani fue el primero en dejar de trabajar con modelos con un índice de masa corporal inferior a 18. En 2016, también se comprometió a dejar de usar pieles de animales en sus colecciones.

En 2019, la marca firmó el Pacto de la Moda, la iniciativa más grande del sector, liderada por CEOs, para trabajar por la sostenibilidad. Las empresas que forman parte de esta alianza comparten un objetivo común: lograr un futuro para la moda con impacto positivo en la naturaleza y cero emisiones netas.

En 2021, Armani reforzó su área de sostenibilidad, enfocada en tres ejes: Personas, Planeta y Prosperidad. La empresa aplica criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en toda su estructura, tal como establece el acuerdo firmado dos años antes.

En los últimos años, la firma lanzó colecciones cápsula sostenibles, en las que combina textiles reciclados —como plásticos extruidos— con fibras naturales orgánicas. Desde la colección Otoño/Invierno 2022-2023, la marca dejó de usar lana de angora.

En 2014, se habló de un desacuerdo público cuando Anna Wintour (supuestamente) se retiró de una exposición sobre la obra de Armani. Algunas fuentes dijeron que hubo un conflicto; otras, que ella directamente anunció que no asistiría porque "la era Armani había terminado".

Pero el diseñador, descripto como "notoriamente disciplinado" por la revista New York Magazine, estaba "dedicado al autocontrol", y eligió enfocarse en lo verdaderamente importante, en lugar de en una editora absorbida por su propia imagen.

Como siempre que la vida se volvía cuesta arriba, Armani volvió al trabajo. Puso el foco en sus clientes y en lo que necesitaban. Durante más de seis décadas, se dedicó a la excelencia en el diseño. A lo largo de su carrera, generó ventas por US$ 13.000 millones.

"Nunca estoy satisfecho", solía decir el diseñador. "De hecho, como alguien siempre insatisfecho y obsesivo en su búsqueda de la perfección, nunca me doy por vencido hasta lograr los resultados que deseo".

En el comunicado oficial sobre su fallecimiento, el Grupo Armani expresó que Giorgio "trabajó hasta sus últimos días".

 

Nota publicada en Forbes US.