La millonaria industria detrás del turismo de cannabis
De retiros en la montaña a hoteles boutique con chefs especializados, crece la oferta que mezcla bienestar, plantas medicinales y escapadas diseñadas para el relax. Esta tendencia gana terreno y cambia las reglas del turismo tradicional.

En un resort junto a un lago en los Ozarks de Misuri, un nuevo tipo de viajero llega y no lo reciben con champán, sino con un cóctel sin alcohol con cannabis y un itinerario de bienestar pensado al detalle. Al otro lado del mundo, en las playas de Koh Samui, Tailandia, los huéspedes de un hotel boutique piden turnos con herbolarios que les indican dosis precisas de tés y comestibles para acompañar las clases de yoga o las sesiones de respiración.

No es una nota sobre hoteles pet friendly ni sobre tours a dispensarios. Es otra cosa: un cambio en la hospitalidad que dejó de lado la rareza para convertirse en un negocio serio. En Estados Unidos, Sudamérica y el Sudeste Asiático, abrieron resorts centrados en el cannabis para viajeros que buscan algo más que una zona con consumo legal. Quieren lugares donde la medicina vegetal forme parte de experiencias pensadas para el bienestar, la educación y el encuentro.

A nivel mundial, el turismo de cannabis movió más de US$ 17.000 millones en 2022 y podría superar los US$ 23.000 millones en 2030, a medida que avanza la legalización y cambian las preferencias de los consumidores.

En Colorado, uno de los primeros estados norteamericanos que legalizó el cannabis para adultos, los hoteles aumentaron sus ingresos mensuales un 25,2 % tras el cambio legal, según un estudio publicado en el Journal of Hospitality & Tourism Research. Los investigadores comprobaron que ese impacto positivo en reservas e ingresos se sostuvo durante más de seis años, lo que muestra cómo el turismo de cannabis ya funciona como un motor estable de la economía hotelera.

"La mayoría de los viajeros no vienen solo por el cannabis. Son viajeros ante todo, y el bienestar, la curiosidad y la inmersión son los factores que impulsan sus decisiones", dice Laura Hand, integrante de la junta directiva de la Asociación Internacional de Viajes con Cannabis. "El cannabis es simplemente una parte de un viaje personal mucho más grande", nos cuenta.

Para quienes ya conocen el negocio, el futuro de la hospitalidad cannábica no pasa por armar nuevos espacios para drogarse. La idea es ofrecer lugares donde las personas se sientan seguras para relajarse, reconectarse y explorar el bienestar a través de experiencias con plantas. "El viajero de cannabis de hoy no busca fiesta. Busca renovación, conexión y enriquecimiento", señala Philip Wolf, fundador de Cultivating Spirits y CashoM, plataformas dedicadas a la educación sobre hospitalidad cannábica y experiencias guiadas.

El negocio del bienestar, no de la marihuana

Para los operadores que se lo toman en serio, el cannabis dejó de girar en torno a porros y gomitas. Ahora aparece en programas de bienestar, experiencias personalizadas y espacios educativos. Ese cambio refleja una forma de consumo más amplia, donde el viaje con propósito y las vivencias ocupan el centro. "Los destinos que prosperen serán aquellos que reconozcan esto y construyan intencionalmente un ecosistema acogedor que lo respalde", dice Hand. "La colaboración intersectorial es clave", agrega.

La tendencia va de la mano con el crecimiento de la economía de la experiencia y con una demanda cada vez más fuerte por opciones sin alcohol. Ese mercado podría alcanzar los US$ 2.700 millones en 2034. Bien integrado, el turismo de cannabis suma a los retiros de bienestar, a las experiencias culinarias y a los viajes donde la atención plena es protagonista.

Sin embargo, el escenario todavía está fragmentado. En Estados Unidos, el cannabis sigue prohibido a nivel federal y las leyes sobre consumo público cambian según el estado. Incluso en los lugares donde es legal, muchas veces está restringido su uso en espacios abiertos, lo que deja a los viajeros sin opciones claras. Esto plantea desafíos, pero también abre puertas para emprendedores que se mueven en zonas grises. Algunos, como Lifted Lodging en Misuri o The Beach Samui en Tailandia, ya se ubican al frente del sector con propuestas que combinan legalidad, educación y lujo.

The Beach Samui, Tailandia: turismo de bienestar de lujo y cannabis

La legalización del cannabis en Tailandia convirtió al país en un pionero inesperado del turismo cannábico en Asia, con foco en el bienestar. En la costa sur y tranquila de Koh Samui, The Beach Samui fue uno de los primeros en integrar el cannabis de forma estratégica dentro de una experiencia boutique de lujo.

La playa de Samui (Cortesía de The Beach Samui).

 

"Cuando abrimos en 2015, esto ni siquiera se consideró", relata Bryan Lunt, fundador de The Beach Samui. "Pero cuando la legalización se convirtió en una posibilidad, actuamos rápidamente. Fuimos de los primeros en obtener una licencia de dispensario, lo que cambió por completo la oferta del resort", agrega.

Hoy, los huéspedes pueden acercarse al dispensario Herbalist para comprar chocolates con infusión de cannabis, tinturas y productos de bienestar, o sumarse a clases de cocina cannábica y sesiones de yoga. El lugar mezcla educación, orientación sobre microdosis y un entorno sin estigmas, donde la medicina vegetal acompaña el bienestar.

La playa de Samui (Cortesía de The Beach Samui).

 

El resort cuenta con un conserje especializado en cannabis y bienestar que ofrece consultas personalizadas para ayudar a los huéspedes a conocer los productos, las dosis y los efectos buscados. "A través de una conversación sencilla, guiamos a los huéspedes hacia experiencias que se adaptan a su nivel de comodidad y objetivos de bienestar", detalla Lunt. Ese trato personalizado pone el foco en la seguridad y asegura que el consumo de cannabis sume a la experiencia, sin invadirla.

"Acá los consumidores de cannabis sienten una verdadera emoción y satisfacción, ya que es una experiencia única", agrega Lunt. "Los clientes disfrutan de la combinación de consumo intencional, atención plena y belleza natural", remarca.

Cameron Clarke, CEO de KANHA, trabajó junto al resort para garantizar productos consistentes y de alta calidad, ideales para quienes buscan opciones confiables. "La gente se siente segura al probar cannabis en este entorno porque saben que los productos están correctamente dosificados, etiquetados y respaldados por un equipo experto", dice.

Aunque el modelo de The Beach Samui sigue en pie, los últimos cambios regulatorios en Tailandia sumaron incertidumbre al futuro de la industria. A mediados de 2025, entraron en vigencia nuevas normas que exigen receta médica para comprar cannabis. Eso volvió a poner el foco en el uso medicinal y generó dudas en algunos dispensarios. A pesar de ese escenario, el turismo de bienestar mantiene su peso, y operadores como The Beach Samui ya se están adaptando a las nuevas reglas.

"Esto no es solo un modelo de hospitalidad: es la base de lo que creemos que puede convertirse en una nueva categoría dentro del turismo de bienestar", asegura Lunt.

Alojamiento elevado y el crecimiento de los resorts cannábicos regionales

En el lago de los Ozarks, en Misuri, Lifted Lodging está levantando lo que espera convertir en la primera cadena nacional de resorts amigables con el cannabis en Estados Unidos.

Al frente de la iniciativa está Lisa Liberman, fundadora de Lifted Lodging, que apunta a cubrir los mercados al este de las Montañas Rocosas, donde el cannabis legal avanzó más rápido que la capacidad del sector hotelero para recibirlo.

Alojamiento elevadoCortesía de Lifted Lodging.

 

"La idea de Lifted Lodging surgió de la falta de destinos vacacionales que permitieran el consumo de cannabis", cuenta Liberman. Su experiencia al organizar una boda en Colorado dejó en evidencia lo difícil que era encontrar alojamientos que aceptaran ese consumo, sobre todo en el Medio Oeste.

Lifted Lodging, que abrirá su primera sede este otoño, propone una mezcla de alojamiento de lujo con bienestar, educación y eventos ligados al cannabis. Entre las actividades planificadas figuran desde las "Olimpíadas del Cannabis" hasta cenas privadas con chefs locales.

Para quienes se inician, el resort trabaja junto a dispensarios locales para ofrecer capacitaciones sobre dosificación, elección de productos y reducción de riesgos. "Queremos que todos los huéspedes, ya sean experimentados o curiosos del cannabis, se sientan apoyados, seguros y capacitados para disfrutar del cannabis de forma responsable", menciona Liberman. Ese enfoque educativo es clave en el objetivo de Lifted Lodging de naturalizar el cannabis dentro de la hotelería tradicional.

La estrategia de la empresa incluye su Programa de Miembros Fundadores Lifted OG y alianzas con Foxhole Hospitality y Cooper Creative para impulsar su crecimiento en zonas como el norte del estado de Nueva York.

Infraestructura por encima de la novedad: lo que dejó el éxito y el fracaso

No todos los proyectos de hospitalidad con cannabis cumplieron lo que prometieron. En 2023, Las Vegas presentó The Lexi, un hotel que se vendía como espacio apto para consumo, con habitaciones específicas para ese fin. Pero en pocos meses, The Lexi abandonó su propuesta cannábica. El caso dejó una lección clara: los gestos simbólicos y una infraestructura a medias no alcanzan para convencer a los viajeros de hoy.

Quienes lideran el turismo cannábico coinciden en que el verdadero éxito llega cuando se va más allá del truco de marketing. Hand sostiene que los destinos más sólidos son los que integran el cannabis dentro de circuitos ya consolidados de bienestar, hospitalidad y turismo cultural.

Destinos emergentes: América Latina, Asia y el Caribe

Desayuno con infusión de cáñamo de LaricaCortesía de Larica.

 

En mercados nuevos y también en los que ya están en marcha, el turismo cannábico dejó atrás los clichés. Uruguay sigue marcando el ritmo con proyectos como Larica, que une gastronomía de primer nivel y educación a través de experiencias con cannabis, y con su casa de huéspedes Casa Larica, pensada incluso para familias.

En Argentina, Los Cauces propone un modelo de ecoturismo en la Patagonia, donde el cannabis cultivado en la montaña se cruza con sostenibilidad, investigación y programas de bienestar.

Los Cauces (Cortesía de Los Cauces).

 

En Colombia, Casa María, en Bogotá, combina espacios de coworking, coliving y formación cannábica. Ofrece talleres, consultas médicas y actividades culturales con el objetivo de desarmar prejuicios y promover un uso responsable.

Casa María (Cortesía de Casa María).

 

Jamaica también empezó a transformar su modelo de hospitalidad, con espacios como HedoWeedo, del resort Hedonism II. Por otro lado, Coral Cove ofrece retiros de microdosis con psilocibina y experiencias con cannabis, que incluyen su propio cultivo en el lugar y actividades como esnórquel en su arrecife privado. Así, el turismo de plantas medicinales en la isla se expande más allá del cannabis.

En Puerto Rico, las leyes de reciprocidad para el cannabis medicinal permiten que pacientes del territorio continental de Estados Unidos accedan a dispensarios durante su estadía. Esto abre la puerta a integrar el cannabis en sus rutinas de bienestar mientras disfrutan de las playas, la cultura y la hospitalidad de la isla. La certificación puede gestionarse por telemedicina antes del viaje, lo que asegura una experiencia segura, legal y sin contratiempos.

Con más de 75 años de historia como centro de producción farmacéutica, Puerto Rico tiene un largo recorrido en innovación en salud. Hoy, sus productos de cannabis mantienen ese legado, con variedades y fórmulas tropicales que muchas veces se apoyan en prácticas curativas tradicionales transmitidas de generación en generación. Esa conexión cultural, junto con cientos de dispensarios, buena música, gastronomía y una infraestructura sólida en bienestar, ubican a la isla como un destino con potencial para crecer en el turismo de bienestar global.

Funcionarios del gobierno señalaron que están trabajando para mejorar el acceso, la regulación y la conexión del cannabis con la economía turística en general, según confirmaron fuentes con conocimiento del tema. Aunque ya existen algunos proyectos hoteleros que lo incluyen, todavía no se difundieron de forma masiva. Con el cannabis medicinal, el CBD y otras plantas medicinales cada vez más cerca de las tendencias globales de bienestar, el turismo en Puerto Rico busca formas de posicionar a la isla como un destino pensado para viajeros atentos a la salud y al cuidado personal.

El camino por delante: integración, no aislamiento

Para Wolf, ese giro es clave. "El cannabis es una herramienta, no el destino", afirma. "Es un camino hacia la vida intencional, la creatividad, la atención plena y la conexión", agrega. Sus proyectos buscan integrar el cannabis en experiencias pensadas, como catas guiadas o retiros que ponen el foco en el crecimiento personal más que en la intoxicación.

Ya sea en un resort de lujo en Tailandia o en un refugio ecológico en la Patagonia, el futuro de la hospitalidad cannábica está en manos de quienes crean experiencias con sentido, que cuidan tanto a las personas como al lugar.

El turismo de cannabis no se va a definir por plantas en hoteles aptos para fumar, sino por quienes logren integrar la medicina vegetal dentro del bienestar, la hospitalidad y la cultura, con respeto y propósito. Como dice Wolf, ese futuro es para quienes buscan algo más que una novedad: un tipo de viaje diferente, donde la atención plena, la conexión y el entorno tengan un lugar real.

 

*Con información de Forbes US.