Tatú es el nombre de la nueva emisión que la uruguaya Crowder lanzará el 19 de diciembre y que marca un mojón en el mercado local. Es el primer fideicomiso financiero emitido dentro de una plataforma de financiamiento colectivo en Uruguay.
La operación (por hasta $125 millones) inaugura una nueva figura dentro del ecosistema fintech y apunta a resolver un problema estructural del sistema financiero uruguayo, como es la falta de instrumentos simples, accesibles y regulados para que el pequeño ahorrista pueda proteger su dinero de la inflación. @@FIGURE@@
Un cambio regulatorio que habilitó el producto
El lanzamiento de Tatú fue posible tras más de un año de trabajo entre Crowder y el Banco Central del Uruguay (BCU). El regulador incorporó recientemente al fideicomiso financiero como figura emisora dentro de las plataformas de financiamiento colectivo, en el marco de la estrategia conocida como “rampa de despegue” del mercado de valores.
“Le planteamos al Banco Central que, si queríamos que la rampa funcionara, necesitábamos más instrumentos. El fideicomiso financiero es clave para canalizar proyectos que no son una empresa ‘en marcha’, sino un vehículo específico de inversión”, señaló Rodríguez. Ese cambio normativo abrió la puerta a un producto que, hasta ahora, estaba reservado a inversores más sofisticados o a montos elevados.
El problema de fondo: ahorro que no rinde
El contexto no es menor. En Uruguay, los ahorros de las personas físicas superan los US$ 44.000 millones, mayoritariamente depositados en cajas de ahorro bancarias. Dinero que, en la práctica, no genera rendimiento y pierde valor real año tras año por efecto de la inflación.
“El banco no te paga nada por tener la plata en caja de ahorro y, además, perdés poder de compra. Al cabo de un año vas al supermercado y no comprás lo mismo”, resumió Rodríguez.
Aunque desde hace años el BCU impulsa la desdolarización del ahorro y promueve instrumentos en moneda local y en Unidad Indexada (UI), el acceso todavía es complejo para el público general.
Qué es Tatú y cómo funciona
Tatú es un fideicomiso financiero de oferta pública que invertirá en una cartera diversificada de títulos soberanos uruguayos, como Letras de Regulación Monetaria y Notas del Tesoro, nominados en pesos uruguayos y en Unidad Indexada.
El esquema tiene tres actores clave. está VALO, como fiduciario; Urraburu e Hijos Corredor de Bolsa como administrador del portafolio y Crowder, como plataforma de colocación y distribución. “El objetivo es permitir que cualquier persona pueda poner sus pesos en un instrumento que acompañe la evolución de la inflación”, explicó Rodríguez. “Que dentro de tres años esos $1.000 tengan el mismo poder de compra que hoy”.
El fideicomiso tendrá un plazo de tres años, con pagos anuales, y un ticket mínimo de inversión de $ 1.000, una barrera de entrada sensiblemente más baja que la de los fondos tradicionales. “Es 20 veces más accesible que algunos fondos en moneda local de bancos privados y hasta 40 veces más bajo que otros productos del mercado”, detalló.
Así, Tatú no promete una tasa fija ni rendimientos extraordinarios. El foco está puesto en la preservación del valor real del ahorro, con un perfil de riesgo bajo, al estar respaldado por activos soberanos.
“No estamos hablando de una empresa privada, sino del Estado uruguayo. Es un riesgo muy bajo”, enfatizó Rodríguez. “Incluso en un escenario en el que el rendimiento quede un poco por debajo de la inflación, igual es mejor que dejar la plata quieta en el banco, donde rendís cero”.
Más que una emisión, una familia de productos
A diferencia de emisiones anteriores, en este caso Crowder no se limitó a ofrecer la plataforma tecnológica. Participó activamente en la gestación del instrumento, junto con el fiduciario y el administrador. @@FIGURE@@
Incluso el nombre tiene una carga simbólica. Tatú (la mulita) es un animal autóctono que figura en la moneda de un peso uruguayo. “Este es el de los pesos. Después vendrán otros”, deslizó.
La colocación estará abierta hasta 90 días, aunque el objetivo es completarla antes de fin de año. A diferencia de otras emisiones de Crowder, que se agotaron en tiempo récord, esta apuesta tiene un componente adicional que es educación financiera.
“Es una incógnita, porque no hay una empresa detrás que la gente ya conozca. Acá el desafío es mostrar que esto existe y que es una opción real para empezar a ahorrar mejor”, concluyó Rodríguez.