La expansión de tierras cultivables y el clima favorable impulsan el liderazgo brasileño, mientras las restricciones agrícolas norteamericanas afectan su competitividad en el comercio global.
China impone aranceles a la soja de EE.UU. y favorece a otros proveedores pero aunque es un efecto transitorio. La demanda china tarde o temprano reactivará las compras y repetirá ciclos del mercado.
Es una apuesta bastante segura que la economía global se desacelerará y tal vez incluso se contraerá antes de que los bancos centrales del mundo terminen de endurecerse.