Luis Ara, rey del contenido y documentalista nº 1 en Uruguay, es el protagonista de la tapa 18 de Forbes Uruguay
Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay
Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay
Futuristas y disruptivos, los capítulos de la serie de televisión Black Mirror dos por tres dejan pensando. En la temporada 6, Joan is awful (Joan es horrible) cuenta cómo una mujer promedio descubre que una plataforma global de streaming lanzó una adaptación dramática de su vida, protagonizada por la estrella de Hollywood Salma Hayek. De pronto, queda al descubierto todo aquello que la avergüenza sobre sus decisiones y acciones. Sus pasos son transmitidos casi en tiempo real, como en The Truman Show, pero gracias a la "magia" de la inteligencia artificial (IA) y a un acuerdo leonino que desconocía.
¿Cualquier vida es potencialmente interesante? ¿qué lugar tenemos los humanos en el proceso creativo? ¿quién tiene el control remoto de nuestras vidas? Dejamos la última pregunta a filósofos y psicólogos. Las otras dos están muy conectadas con el protagonista de tapa de esta nueva edición de Forbes Uruguay, Luis Ara. Director, productor y guionista, hizo 20 películas con creatividad de exportación y aprovechó una oportunidad enorme en el género documental. Cuenta historias increíbles de personas desconocidas y las de grandes ídolos como Higuita y Ronaldinho. En la entrevista, revela cómo hace negocios con las plataformas de streaming y por qué Uruguay debería apuntar más a exportar creatividad y no solo servicios audiovisuales.
Los últimos dos años sacudieron fuerte a todas las industrias con el avance de la IA. Hoy, la gestión de la ansiedad colectiva tiene un rol más protagónico en los liderazgos. La consultora Deloitte llamó a este fenómeno los "impactos silenciosos de la IA" en su último reporte sobre tendencias globales de capital humano. La falta de anclas ante la velocidad de los cambios despierta resistencias e incomodidad. Hay que ser ágil sin perder la estabilidad, incorporar IA sin deshumanizar, innovar sin desorientar.
Sin negar el avance tecnológico y sus posibilidades, asistimos a una revalorización de la esencia humana, como recogieron nuestras tres últimas conferencias en Uruguay. En Health In Action, Travel y Agro Summit los diversos aportes de 50 speakers jerarquizaron el valor del bienestar.
Capítulos como Joan is awful nos hacen dudar si es posible rodar una serie de televisión sin participación humana. Es un escenario muy incómodo de imaginar o, mejor dicho, de aceptar. Dos entrevistas de esta edición lo reflejan. El ministro de Trabajo, Juan Castillo, opina que las ganancias en productividad derivadas de la incorporación de IA deben "salpicar a los trabajadores" y "mejorar su calidad de vida".
Aunque parezca que todos los empresarios están fascinados con automatizar todo, unas páginas después, el empresario Giuseppe Cipriani —que tiene un proyecto de hotelería de lujo por US$ 500 millones en Punta del Este—confesó su gran temor, sin pelos en la lengua: "Tengo mucho miedo a la IA. Espero no estar vivo cuando se cree todo eso. Me da miedo que el humano sea sustituido por una máquina".
Luis Ara, en cambio, no esconde su optimismo: "No sé si evitaremos que la IA nos suplante, pero creo que la parte creativa y más vinculada a la sensibilidad será la última en ser conquistada". Al final de cuentas, el control remoto todavía está en nuestras manos.
Foto: Leonardo Mainé.
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