Enrique Ermoglio, socio director de Deloitte Uruguay: impuestos, costos altos y el desafío de competir por servicios globales
El ejecutivo aseguró que el gobierno enfrentó un déficit mayor al esperado y sin margen político para recortar gasto.

Enrique Ermoglio, socio director de Deloitte Uruguay, indicó que el gobierno enfrentó un déficit mayor al esperado y sin margen político para recortar gasto. Por eso "el camino que se adoptó fue trabajar en el lado de los ingresos", indicó en el marco de la cuarta edición de Forbes CEO Summit. La vía inmediata es recaudar más con los impuestos existentes; la otra es incorporar tributos nuevos. 

En esa lógica se enmarca el impuesto mínimo global de 15% para multinacionales. 

"En vez de que se pague en Finlandia o en Alemania, más vale que se pague aquí en Uruguay", dijo. 

El problema, a su juicio, es que el impuesto no puede aplicarse solo a grupos alcanzados por el estándar internacional. 

En la práctica habrá empresas —por ejemplo, de software, zonas francas o proyectos de inversión— que pasarán de pagar tasas reducidas a enfrentar un mínimo de 15%. Eso implica un cambio en condiciones que podría afectar la percepción de estabilidad de ciertos sectores.

A esto se suma un país donde "no es barato trabajar". "El esquema de normas laborales, pensado mucho más para un para un esquema industrial, no aplica y nos vuelve rígidos, menos competitivos", dijo. Cita el caso reciente de una empresa alemana que comparó sus tres centros de servicios —sudeste asiático, Europa y Uruguay— y encontró que los costos locales estaban "muy similares" a los europeos.

*Imagen principal: Leonardo Mainé.