Cómo será el nuevo proyecto gastronómico de Nacho Sarube, ubicado donde funcionó un bar histórico de Montevideo
Luego de transformar su marca NS2 en un estudio de pelo con cafetería de especialidad, Nacho Sarube avanza en un modelo gastronómico escalable que implicará producción central, despacho rápido y estándares de alta cocina.

Ignacio "Nacho" Sarube nunca imaginó que un curso de peluquería en UTU lo llevaría, 18 años después, a liderar un ecosistema de negocios que incluye belleza, hospitalidad, gastronomía y experiencias de marca. Lo que comenzó como un pequeño salón en Pocitos es hoy un espacio de 500 metros cuadrados frente a la Facultad de Arquitectura.

En ese espacio conviven una de las peluquerías más influyentes del país, una cafetería de especialidad y, muy pronto, un nuevo proyecto gastronómico diseñado para escalar en Montevideo. En total, en los últimos tres años, Sarube invirtió cerca de US$ 1 millón para construir su propuesta en el mercado uruguayo.

Su historia empieza de manera sencilla. Estudió peluquería en UTU y trabajó siete años con Heber Vera, referente histórico del rubro. De ese período se llevó técnica, disciplina y una filosofía que repite hasta hoy, que consiste en que el cliente siempre está primero. Con esa base abrió NS2, su propio salón, primero en Pocitos y luego en su ubicación actual, donde hizo crecer una marca ya reconocida por el ecosistema local .

La casona como punto de inflexión

El gran salto llegó cuando decidió instalarse en una casa Art Decó de casi 100 años, ubicada en la intersección de Bulevar España y Bulevar Artigas. En la planta alta creó un estudio de peluquería moderno, minimalista y con procesos profesionales; en la planta baja nació Estudio Café, una cafetería de especialidad que se integró al movimiento universitario y profesional de la zona.

Lo que comenzó como un complemento, generó identidad propia. Ventana a la calle, panificados de elaboración diaria y un ambiente particular, Estudio Café se convirtió en un lugar habitual para estudiantes, docentes y vecinos del barrio. La cafetería alimentó la idea de Sarube de que su visión del servicio podría expandirse.

NS2

Aunque todavía trabaja como peluquero (unas 10 horas diarias, según contó a Forbes Uruguay), en los últimos cinco años Sarube descubrió que su rol había cambiado. Ya no se trataba solo de cortar y dirigir el salón; ahora tenía la capacidad y el interés de formar equipos, generar cultura interna y construir un modelo de negocio replicable.

Hoy su equipo, compuesto por unas 40 personas entre la peluquería y el café, recibe capacitación en atención al público, estándares de servicio, hospitalidad y operación. Muchos ingresan sin experiencia previa y se forman desde cero, lo que le permite moldear una cultura de trabajo alineada con su visión. 

El nuevo capítulo: comida rápida y saludable

La siguiente etapa en su evolución empresarial es un nuevo proyecto gastronómico que se ubicará en el local donde solía funcionar El Farolito, justo enfrente del estudio y pegado a la Facultad de Arquitectura. Será una cocina de alta producción con un despacho a la calle, enfocada en comida saludable, accesible y lista en pocos minutos, según expresó el emprendedor. 

El modelo incluye una cocina industrial equipada con tecnología de última generación, para la que en solo los hornos y equipamiento especializado invirtió más de US$ 100.000, con un sistema de producción estandarizado que permitirá replicar el concepto en otros puntos de Montevideo en el futuro.

Sarube trabajó durante meses junto al chef Bruno Bracelli, quien tiene experiencia internacional y formación en Nueva York. Juntos diseñaron una carta que busca equilibrar calidad, velocidad y precio, y un sistema operativo pensado desde el primer día para escalar.

No habrá servicio de mesa ni salón interno: será un formato de take away rápido, con foco en la eficiencia y en la consistencia del producto. Además, esta cocina central también abastecerá a Estudio Café, especialmente en panificados y pastelería. El proyecto fue diseñado por Estudio Toro, la inversión total del proyecto ronda los US$ 300.000 y empleará, en su primer año, unas 12 personas más.

Hacia un modelo escalable

El objetivo de este nuevo proyecto gastronómico no es convertirse en un restaurante más, sino crear un prototipo replicable. Si el modelo funciona, Sarube planea expandirlo a otros barrios de Montevideo bajo un sistema propio. La peluquería, en cambio, seguirá siendo "de autor", sin planes de franquicia ni expansión masiva.

Mientras avanza la obra, selecciona personal y define procesos, Sarube proyecta abrir este nuevo espacio en marzo. Después vendrá la fase de ajustes del prototipo, fortalecimiento de la producción central y, si todo funciona como espera, la expansión hacia nuevos puntos de la ciudad.