Directora nacional de Trabajo sobre reducción de la jornada laboral: "Cada sector sabe cómo organizarse sin asumir costos que no pueda sostener"
La reducción de la jornada laboral fue una de las propuestas más llamativas de la campaña del Frente Amplio previo a las elecciones. Hoy la iniciativa es impulsada por un compromiso del presidente Yamandú Orsi y por un contexto internacional que cuestiona los modelos tradicionales de empleo. Si bien la discusión no es nueva —ya existieron intentos legislativos en el período anterior—, esta vez el proceso comienza con una mirada técnica y negociadora desde el Ministerio de Trabajo.
En conversación con Forbes Uruguay, la directora nacional de Trabajo, Marcela Barrios, detalló cómo se proyecta el abordaje de esta transformación: sin imponer modelos cerrados, buscando acuerdos a través del Consejo Superior Tripartito de Salarios y tomando en cuenta las realidades de cada sector.
¿Por qué la reducción de la jornada laboral está entre los ejes centrales del gobierno y cuál es el grado de avance actual de la conversación?
Nosotros hablamos de reducción del tiempo de trabajo a partir de que en Uruguay el tope semanal son 48 horas. Analizamos modelos implementados en otros países. Algunos lo llevaron por vía legislativa, con proyectos que varían: algunos plantean reducciones a 40 horas, otros a 36, algunos graduales. Nosotros partimos de la tradición uruguaya del diálogo social entre empleadores y trabajadores y por eso se optó por tratar el tema en el Consejo Superior Tripartito de Salarios. Allí se conformó una subcomisión, y según los avances, podría surgir un proyecto legislativo acordado o llevar el tema a las mesas de negociación. Hoy hay 240 mesas activas, y cada sector podría instrumentar la reducción según sus particularidades. En algunos casos, a través de suprimir la jornada del sábado; en otros, por medio de la reducción de tiempos muertos. No es lo mismo un modelo industrial que uno de comercio.
¿Manejan algún plazo? ¿Hay un objetivo del gobierno de sacar esta ley en determinado tiempo?
La legislación actual de las 8 horas es de principios del siglo pasado. Entendemos que, en función del mundo actual del trabajo y la vida, es necesario transitar esa discusión. Queremos hacerlo con insumos técnicos, para encontrar el mejor modelo para Uruguay.
Cuando este tema se plantea, emerge el de la productividad. ¿Cómo piensan encararlo desde el Ministerio?
La productividad es una dimensión clave, pero no la única. También puede pensarse en la financiación, con implementaciones escalonadas. Cada sector sabe cómo organizarse para aplicar la reducción sin asumir costos que no pueda sostener.
¿No se teme que la reducción de la jornada, al implicar un costo para las empresas, genere dificultades para contratar más personal?
La idea es que no. Apuntamos a reorganizar el trabajo, apoyándonos en la innovación tecnológica y en optimizar los tiempos, para mantener la productividad sin necesidad de que los trabajadores estén 48 horas semanales.
¿Y si el costo se traslada a la contratación?
No creemos que necesariamente implique más costos. También se puede pensar en otras formas de reducir el tiempo de trabajo: aumentar feriados no laborables, adicionar días de licencia.
Hablabas del ámbito tripartito y del diálogo. Si no se llega a un acuerdo, ¿cómo se piensa laudar desde el gobierno?
Siempre está la posibilidad de la vía legislativa, pero no es el espíritu con el que empezamos a trabajar el tema.