De tocar para 50 personas en un bar a llenar el Velódromo Municipal y compartir escenario con artistas como Ruben Rada, Natalia Oreiro y Los Auténticos Decadentes: la historia de Cumbia Club es un ejemplo de cómo una idea simple —una banda que hace música para bailar— puede transformarse en un proyecto cultural y empresarial de alcance regional.
"Fundamos una banda, pero también una fiesta", resumió Hernán Díaz, músico y productor, sobre los inicios del proyecto. La premisa fue clara: crear un espacio que a ellos mismos les hubiese gustado que existiera. "Queríamos un lugar donde nos sintiéramos cómodos, donde pudiéramos bailar sin preocuparnos por nada", agregó Guzmán Calzada. Así nació el Club de la Cumbia, un concepto que combina show en vivo, experiencia inmersiva y una comunidad que creció junto a la banda.
Crecer sin perder el eje
La expansión no fue casual. Para Santiago Tarallo, cofundador de Cumbia Club, la clave estuvo en el crecimiento sostenido: "Siempre fue sustentable. Fuimos creciendo de a poquito, lo que nos agarró muy sólidos para afrontar el tipo de show que tenemos que dar hoy y el tour". Ese profesionalismo estuvo presente desde el inicio: "Aplicamos a la banda lo que hacíamos en el mundo empresarial: marketing, comunicación, técnica. Eso nos hizo vernos solventes para la industria, los productores y los festivales", agregó.
Una propuesta con propósito
Más allá del baile, la banda busca generar una experiencia de conexión: "Queremos que cada persona viva un momento de comunión grupal. Para muchos, esa música representa distintas etapas de su vida, y eso se materializa en una celebración compartida", explicó Díaz.
Adaptación y aprendizaje constante
La innovación también fue un factor diferencial. Desde espectáculos con invitados íconos de la música hasta el uso de nuevas tecnologías para mejorar los shows, Cumbia Club mantiene al equipo —integrado por 11 músicos y múltiples colaboradores— en permanente formación. Incluso las dificultades se transforman en aprendizajes: "Cada piedra en el camino nos potencia. Queremos que la gente que hace un esfuerzo enorme para ir a la fiesta la pase realmente bien", dijo Calzada.
Visión a futuro
Hoy, Cumbia Club no solo llena escenarios en Uruguay. La banda ya llevó su propuesta a Buenos Aires y Miami (en el marco de la Copa América), y planea replicar el modelo en otras ciudades. "El mayor desafío es sostener lo que tenemos acá y, desde esa solidez, expandirnos", adelantó Díaz.
Cumbia Club es, al mismo tiempo, una banda, una fiesta y una marca: un proyecto que supo profesionalizar la música para bailar y transformar una idea de amigos en un fenómeno que sigue creciendo.