La fiebre por la inteligencia artificial suma otro capítulo: Estados Unidos y AMD firman un acuerdo por US$ 1.000 millones
La administración de Trump cerró un trato con la firma que compite con Nvidia para construir dos centros de procesamiento que estarán operativos antes de 2030. En lo que va del año, ya se firmaron más de una decena de convenios millonarios vinculados a esta tecnología.

Estados Unidos cerró un acuerdo por US$ 1.000 millones con AMD para desarrollar supercomputadoras que utilizarán chips de inteligencia artificial fabricados por la compañía. Así lo anunció el propio fabricante, en lo que representa otro acuerdo que supera la barrera de los US$ 1.000 millones en torno a la inteligencia artificial durante este año. Wall Street prevé que el gasto global en este sector seguirá creciendo en los próximos años.

Cronología

  • 27 de octubre
    El Departamento de Energía de Estados Unidos se asoció con AMD para desarrollar dos supercomputadoras que funcionarán con inteligencia artificial, en un acuerdo valuado en US$ 1.000 millones, según informó AMD. La empresa aseguró que estos sistemas "impulsarían avances en ciencia, energía y seguridad nacional".
  • Está previsto que la primera computadora, llamada Lux, comience a operar en los próximos seis meses. En tanto, la segunda, denominada Discovery, estará lista en 2029.
  • 23 de octubre
    Google anunció que suministrará hasta un millón de sus chips de inteligencia artificial a Anthropic. Según ambas compañías, el acuerdo podría alcanzar un valor de decenas de miles de millones de dólares.
  • 16 de octubre
    Ejecutivos de Oracle confirmaron un contrato con Meta para brindar servicios de computación en la nube, valuado en US$ 20.000 millones. Oracle ofrecerá capacidad de cómputo para entrenar e implementar modelos de inteligencia artificial.
  • 14 de octubre
    La división de nube de Oracle informó que comenzará a utilizar decenas de miles de los chips más recientes de AMD a partir de 2026, con planes de ampliar esa colaboración en 2027 y más adelante. Oracle y AMD no detallaron los términos financieros del acuerdo.
  • 13 de octubre
    OpenAI comunicó una alianza con Broadcom para diseñar e implementar sus propios chips de inteligencia artificial. Ambas empresas planean construir e instalar 10 gigavatios de aceleradores de IA personalizados, es decir, hardware diseñado para agilizar tareas vinculadas con la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. Ninguna de las dos compañías reveló los detalles económicos del acuerdo.
  • 6 de octubre
    OpenAI y AMD alcanzaron un acuerdo que, según trascendió, permitiría a OpenAI adquirir un 10% de participación en el fabricante de chips. AMD tiene una capitalización de mercado cercana a los US$ 188.000 millones. OpenAI también anunció que implementará hasta seis gigavatios de unidades de procesamiento gráfico de AMD a lo largo de los próximos años.
  • 25 de septiembre
    La empresa de infraestructura en la nube CoreWeave informó que amplió su acuerdo con OpenAI hasta US$ 6.500 millones, lo que elevó el valor total de su vínculo comercial a US$ 22.400 millones. En marzo, CoreWeave había anunciado que brindaría a OpenAI centros de datos de inteligencia artificial y tecnología en la nube por cinco años.
  • 22 de septiembre
    OpenAI y Nvidia anunciaron una alianza que incluye una inversión de US$ 100.000 millones por parte de Nvidia en OpenAI. La empresa de Sam Altman señaló que utilizará al menos 10 gigavatios de los sistemas de Nvidia para su infraestructura de entrenamiento de modelos de IA.
  • 15 de septiembre
    CoreWeave declaró en una presentación ante reguladores que Nvidia acordó comprarle servicios de computación en la nube por aproximadamente US$ 6.300 millones hasta 2032. El acuerdo implica que Nvidia deberá adquirir toda la capacidad no utilizada por otros clientes.
  • 10 de septiembre
    OpenAI firmó un contrato con Oracle para adquirir US$ 300.000 millones en poder de cómputo durante los próximos cinco años, según publicó el Wall Street Journal. Oracle aportará cerca de 4,5 gigavatios de capacidad energética.
  • 22 de agosto
    El presidente Donald Trump anunció que Intel entregará al gobierno de Estados Unidos un 10% de participación en la compañía, valuada en unos US$ 10.000 millones. De este modo, el Estado federal se convirtió en el tercer mayor accionista del fabricante de chips, luego de que Trump pidiera públicamente la renuncia de su CEO, Lip-Bu Tan.
  • 10 de agosto
    Nvidia y AMD acordaron pagar al gobierno de Estados Unidos el 15% de sus ingresos por ventas de chips en China. A cambio, obtendrán licencias de exportación, poco después de que Trump impusiera un arancel del 100% a las importaciones de semiconductores y chips, según publicó el Financial Times.
  • 14 de julio
    Google comunicó que invertirá US$ 25.000 millones en centros de datos e infraestructura vinculada a la inteligencia artificial durante los próximos dos años. Según la empresa, la inversión permitirá ampliar "la capacidad energética, la innovación y las oportunidades en la economía impulsada por la IA".
  • 30 de junio
    Oracle, en una presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores, reveló varios contratos "grandes" vinculados a servicios en la nube. Uno de ellos, valuado en US$ 30.000 millones, se identificó luego como un acuerdo con OpenAI.
  • 23 de mayo
    Oracle anunció que comprará chips de inteligencia artificial a Nvidia por US$ 40.000 millones, con el objetivo de alimentar el centro de datos que OpenAI está desarrollando en Abilene, Texas. Se trata del primer proyecto en marcha de Stargate, según informó el Financial Times.
  • 21 de enero
    El presidente Trump informó que OpenAI, SoftBank y Oracle formarán una nueva compañía llamada Stargate. La iniciativa apunta a desarrollar infraestructura para inteligencia artificial en Estados Unidos, con una inversión prevista de hasta US$ 500.000 millones y la creación de 100.000 empleos. Trump lo calificó como "el proyecto de infraestructura de IA más grande de la historia".

El gasto en inteligencia artificial alimenta una red de acuerdos cruzados

La mayoría de las compañías vinculadas a la inteligencia artificial están conectadas entre sí desde hace años a través de una red de inversiones cruzadas. Ese entramado comenzó a tomar forma en julio de 2019, cuando Microsoft invirtió US$ 1.000 millones en OpenAI. 

La relación se profundizó en enero de 2023, cuando la inversión trepó a unos US$ 14.000 millones, lo que convirtió a Microsoft en el proveedor exclusivo de servicios de computación en la nube de OpenAI. Amazon, por su parte, destinó hasta US$ 4.000 millones a Anthropic en septiembre de 2023, y repitió ese monto en noviembre de 2024. A esos aportes se sumaron los US$ 2.000 millones que Google comprometió con Anthropic en octubre de 2023, más US$ 1.000 millones adicionales desembolsados a comienzos de este año.

Estados Unidos cerró un acuerdo por US$ 1.000 millones con AMD para desarrollar supercomputadoras que utilizarán chips de inteligencia artificial fabricados por la compañía. 

SoftBank también se posicionó como uno de los principales inversores en la ronda de financiación de US$ 40.000 millones que OpenAI concretó este año. En agosto, además, invirtió US$ 2.000 millones en Nvidia, que en septiembre inyectó US$ 5.000 millones en Intel y US$ 100.000 millones en OpenAI a través de dos acuerdos separados. 

Ante este escenario, varios economistas advirtieron que el entramado de inversiones entre compañías de inteligencia artificial recuerda a los acuerdos que marcaron la burbuja puntocom a fines de la década del 90. Sostienen que el flujo constante de financiación entre empresas podría estar inflando artificialmente el mercado.

El caso de CoreWeave es ilustrativo: su capitalización bursátil trepó a casi US$ 67.000 millones desde su salida a la bolsa en marzo, con un alza del 221% en el precio de sus acciones en los últimos seis meses, impulsada por su participación en múltiples alianzas. Pese al entusiasmo inversor, algunos analistas del mercado advierten que buena parte de esas apuestas todavía no genera resultados concretos. 

Un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) reveló que el 95% de los 300 desarrollos de inteligencia artificial relevados aún no dieron ganancias, a pesar de que las empresas involucradas invirtieron en conjunto US$ 400.000 millones.

Un número grande

US$ 375.000 millones. Esa es la cifra que, según las proyecciones de UBS, alcanzará el gasto global anual en inteligencia artificial para fines de este año. El banco de inversión estima que ese monto llegará a US$ 500.000 millones en 2026, y que los gastos en energía y recursos necesarios para cubrir la demanda eléctrica superarán los US$ 3 billones anuales en 2030. Además, las empresas invertirán en total US$ 6,7 billones en centros de datos de acá a 2030, con la mayor parte de ese capital destinado a sistemas que funcionen con chips de inteligencia artificial, de acuerdo con cálculos de la consultora McKinsey.

¿Existe una burbuja de inteligencia artificial?

Algunos economistas alertan que el volumen de inversiones que está recibiendo el sector podría distorsionar el mercado global. Varios comparan el contexto actual con lo que ocurrió durante el estallido de la burbuja puntocom en el año 2000. A comienzos de este mes, Bank of America publicó los resultados de una encuesta en la que el 54% de los inversores consultados sostuvo que los activos vinculados a la inteligencia artificial ya se encuentran en territorio de burbuja. La cifra sugiere que muchas acciones tecnológicas estarían infladas por una expectativa excesiva y podrían sufrir una fuerte caída.

Bryan Yeo, director de inversiones del fondo soberano de Singapur GIC, advirtió que las startups del sector están recibiendo niveles récord de financiación. "Cualquier empresa que tenga una 'etiqueta de IA' está muy sobrevalorada", sostuvo. En paralelo, Forbes consultó a distintos chatbots sobre la posibilidad de una burbuja.

 ChatGPT de OpenAI y Grok, de xAI, afirmaron que sí existe. Perplexity y Microsoft Copilot hablaron de indicios de una burbuja "incipiente", mientras que Meta AI y Gemini consideraron que el fenómeno es "debatible". La mayoría de estas herramientas señalaron que el entusiasmo por parte de los inversores podría no ser sostenible. Sin embargo, coincidieron en que ni la tecnología ni los productos vinculados a la inteligencia artificial presentan fallas estructurales.

 

Nota publicada por Forbes US