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Lifestyle

De ruinas olvidadas a un paraíso boutique: la historia del hotel que revive el alma de un monasterio medieval

Jim Dobson

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En un monasterio restaurado de Umbría, una pareja de hoteleros convierte su sueño en un refugio donde cada decisión, desde los materiales hasta el trato con los huéspedes, revela una forma distinta de pensar el futuro de la hospitalidad.

3 Junio de 2025 11.06

Era una mañana perfecta de fines de primavera. Una suave niebla se disipaba sobre los cerros verdes y los valles profundos de Umbría. Esta región, ubicada entre Roma y Florencia, combina tierras de cultivo con pueblos que parecen detenidos en el tiempo. Su belleza sorprende. La llaman el Corazón Verde de Italia, y con razón.

Mi destino era Vocabolo Moscatelli, un refugio boutique extraordinario cerca de Umbertide, en medio de un bosque centenario. El chef conserje Frederik Kubierschky y su socia, Catharina Lütjens, descubrieron la propiedad y decidieron restaurar el complejo de edificios de piedra, que tiene 800 años de antigüedad. Con la colaboración del arquitecto Jacopo Venerosi Pesciolini, del estudio Archiloop, iniciaron un proceso minucioso para devolverle vida al antiguo caserío.

La pareja se conoció mientras trabajaba en el Park Hyatt de Zúrich y compartía el sueño de abrir algún día su propio hotel boutique. Cuando surgió la oportunidad de restaurar un monasterio abandonado, no lo dudaron. Querían crear un hotel de diseño donde los huéspedes se sintieran bienvenidos desde el primer momento.

"Tras muchos años trabajando en la industria hotelera, sentimos la necesidad de crear algo propio, algo más personal, significativo y que reflejara nuestros valores", dijo Frederik. "Cuando descubrimos este monasterio del siglo XII en Umbría, nos conectó de inmediato. Su ubicación, enclavada en el Corazón Verde de Italia, ofrecía la paz, la belleza y la autenticidad que buscábamos. Parecía el lienzo perfecto para lo que queríamos construir: un santuario donde la gente pudiera realmente relajarse, conectar y sentirse a gusto", agregó.

Vista aérea de Vocabolo Moscatelli con su piscina, capilla y villa principal.
Vista aérea de Vocabolo Moscatelli con su piscina, capilla y villa principal.

La visión y la restauración

El monasterio había pertenecido a monjes de Gubbio, que lo abandonaron con el tiempo. Frederik y Catharina lo compraron en una subasta en 2019 y durante los 18 meses siguientes trabajaron en su renovación. Su intención fue mantener el encanto histórico y conservar tantos elementos originales como fuera posible. El equipo preservó los pisos de madera, los ladrillos de terracota a la vista y las vigas del techo. También cuidaron los detalles en latón, hierro y piedra.

El arquitecto Pesciolini explicó que el objetivo fue preservar las características originales del edificio e incorporar, al mismo tiempo, elementos de diseño actuales. "Fue un reto complejo, pero profundamente gratificante", afirmó. "La restauración requirió un enfoque meticuloso y personalizado: se recuperaron elementos originales mediante técnicas tradicionales, se consolidó la piedra y la mampostería de ladrillo histórica, y se restauraron superficies de madera, como vigas a la vista y marcos de ventanas. Se integraron materiales y sistemas tecnológicos modernos sin comprometer la estructura original", señaló.

Para los propietarios, el proceso tuvo un significado profundamente personal. "Se trataba menos de transformar el lugar y más de revelar su potencial como refugio, con un nuevo propósito", dijo Catharina. "Nuestro enfoque se basó en un profundo respeto por el patrimonio de la región, combinado con nuestra clara visión de cómo debería ser y sentirse la hospitalidad moderna hoy en día", explicó.

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Jardines floridos en Vocabolo Moscatelli.

Frederik sumó su mirada: "Vengo del mundo de la hotelería, y nunca antes había construido una cochera, así que esta restauración fue, sin duda, el proyecto más grande que emprendí. Fue un proceso de aprendizaje muy complejo, pero también increíblemente gratificante".

"Me tocaba supervisar tareas que ni siquiera yo mismo entendía", contó. "Mi respuesta a ese problema, como siempre, fue la hospitalidad. Siempre había música en la obra, y todos los viernes hacíamos una barbacoa. Rápidamente, me gané su respeto, y ese espíritu de colaboración nos permitió terminar la obra en apenas un año y medio", señaló.

"Lo que me enorgullece especialmente es nuestra colaboración con artesanos locales: todo se fabrica en Italia, principalmente en Umbría y Toscana, dice Catharina. Se trata de artesanía y atención al detalle. Nuestras coloridas baldosas umbrianas hechas a mano, creadas por Cotto Etrusco, son realmente especiales. Los muebles de jardín, algunas camas e incluso la pérgola fueron hechos por Lispi, una empresa familiar de Umbría, donde todo se sigue produciendo a mano. Intentamos diseñar todo de la misma manera que lo haríamos para nosotros y nuestros amigos", profundizó.

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Restaurante y Capilla en Vocabolo Moscatelli.

Habitaciones antiguas con comodidad moderna

El hotel tiene solo 12 habitaciones, donde los muros de piedra del antiguo monasterio se combinan con arte y diseño contemporáneos. Algunas suites del piso superior, en el edificio principal, tienen una bañera exterior en el balcón, con cortinas que se pueden cerrar para ganar privacidad. En un anexo se ubican otras habitaciones, entre ellas la Suite Jardín —conocida como Suite Nupcial— y la Suite Spa.

La propiedad funciona de manera sustentable. Usa ropa de cama de cáñamo, productos alimenticios locales y también ingredientes de sus propios huertos. Para invitar al descanso, las habitaciones no tienen televisor ni teléfono fijo. Aunque, si necesitás conectarte con el mundo exterior, el wifi funciona muy bien.

Anexo de jardín de lujo
Habitación Deluxe Garden.
Anexo de jardín de lujo
Habitación Deluxe Garden.

La Suite Terraza tiene una gran chimenea, sofás de terciopelo, techos con vigas y mucha luz natural. Una colección de arte contemporáneo y muebles de diseño único suman un aire moderno a los ambientes. En la terraza amplia hay una bañera ovalada al aire libre, ideal para mirar el cielo de noche.

Una de mis preferidas es la Suite Spa, que incluye un jacuzzi privado al aire libre y un invernadero circular vidriado con estufa a leña. La Habitación Deluxe Garden, en la planta baja, también sorprende, con cama king y jardín privado.

Experiencias sostenibles

"La sostenibilidad y la comunidad son la base de todo lo que hacemos acá", afirma Frederik. "Tomamos decisiones deliberadas, desde la conservación de energía y agua hasta el uso de materiales ecológicos durante la renovación. Incluso antes de empezar la obra, decidimos hacer un esfuerzo adicional para que la mayor parte del dinero invertido quedara en nuestra comunidad local. Contratamos empresas de la zona. Nuestra comida es de origen local y trabajamos codo a codo con artesanos, agricultores y creativos de Umbría para ofrecer experiencias con raíces en esta tierra. Ya sea buscando trufas con nuestra perra Wilma, haciendo cerámica con la artista local Elena, de Endiadi Studio, o compartiendo historias junto al fuego, queremos que cada huésped se sienta conectado con Umbría y su gente. No lo pregonamos, simplemente lo vivimos cada día", añade.

Anexo de la Suite Jardín (Suite Nupcial) (9)
Baño de la Suite Jardín con azulejos del artista italiano Cotto Etrusco.
Anexo de la Suite Jardín (Suite Nupcial) (9)
Baño de la Suite Jardín con azulejos del artista italiano Cotto Etrusco.

Comidas centradas en las verduras

El chef Lorenzo Cantoni prepara platos frescos con productos del huerto y ofrece una propuesta gastronómica interesante. Las verduras ocupan el centro de la mesa, mientras que una selección de carnes a la parrilla se sirve como acompañamiento. Los huéspedes que se quedan varios días pueden disfrutar de una cena familiar: una noche dedicada a la pizza y otra a la cocina italiana tradicional.

El desayuno no tiene horario fijo, lo que es ideal para quienes prefieren dormir hasta tarde. Pueden salir a la terraza o acercarse al comedor cuando les dé gusto.

"El restaurante refleja nuestra filosofía: local, de temporada y sencillo, de la mejor manera", dice Catharina. "Priorizamos las verduras, usando ingredientes de nuestro huerto siempre que podemos. Queremos que quienes nos visitan se sientan nutridos y sorprendidos, ya sea con un plato presentado con detalle o con una versión inesperada de un clásico de la zona. Creemos que el lujo, hoy, está en saber exactamente qué estás comiendo. La transparencia es clave. Incluso la barra está pensada para generar cercanía: es cuadrada, como la mesada de la cocina de un amigo. Si bien nuestros bármanes pueden preparar cualquier trago clásico, nos gusta invitar a la gente a probar algo de la región que nunca haya probado. Dicho esto, si alguien quiere su bebida favorita, claro que la hacemos", agrega.

copia de perro
La perra trufera residente Wilma (izq.) y Chapel (der.).
copia de perro
La perra trufera residente Wilma (izq.) y Chapel (der.).

Mirando hacia el futuro

"En nuestro tercer año de operaciones, estamos en constante evolución porque entendemos la hospitalidad como algo vivo", dice Frederik. "Cada temporada trae una energía distinta. A veces, con nuevas propuestas como talleres de acuarela entre las flores de allium púrpura del jardín, yoga, cerámica, picnics privados bajo nuestra nueva instalación de cúpula de bambú, o momentos simples como la Noche de las Hogueras, donde nos reunimos alrededor del fuego y conectamos sin distracciones.

Antes de cada visita, nos ponemos en contacto con los huéspedes para adaptar la experiencia a lo que buscan. Y siempre estamos presentes: Cathi y yo vivimos cerca y, siempre que podemos, los recibimos en persona. Para mí, cada huésped es una excusa viviente para no escribir correos electrónicos. Me encanta disfrutar de su atención. Esto no es un proyecto estático, es una pasión que crece todo el tiempo", concluye.

 

Nota publicada por Forbes US

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