En muchas casas, clubes y centros educativos queda algún viejo piano que alguna vez fue el centro de la vida musical familiar. Muchos se volvieron muebles descuidados, pero tienen potencial artístico y valor. Comprarlos, restaurarlos, puede convertirlos en un verdadero tesoro.
Instrumentos de cuerda. De centros alemanes como Mittenwald o Bubenreuth, piezas francesas de luthiers como Adolphe Gand, e italianos de Cremona o Mantua, aunque no sean Stradivarius, conservan la tradición, la calidad y el valor de los grandes maestros.
Un bandoneón. Tras años de relativa escasez, este sofisticado y expresivo instrumento recupera adeptos y es cada vez más buscado tanto por profesionales como por aficionados. Es una oportunidad para quien tenga uno guardado y quiera darle un mejor uso o destino.
*Este artículo fue publicado originalmente en la edición impresa de Forbes Uruguay de Octubre de 2025. Para suscribirte y recibirla bimestralmente en tu casa, clic acá.