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Cecilia Ortega
Macroeconomía

Celia Ortega, representante del Banco Mundial en Uruguay: “La comercialización es la gran asignatura pendiente”

Carlos Montero

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La representante del Banco Mundial en Uruguay analiza las fortalezas, oportunidades y desafíos para el crecimiento. Cómo impacta el impulso de las nuevas generaciones.

13 Diciembre de 2022 10.55

Con una trayectoria de más de 20 años en el Banco Mundial, Celia Ortega experimentó los desafíos más disímiles: de África a Nepal, hasta llegar a Sudamérica donde estuvo en Paraguay (2016) y desde hace dos años en Uruguay. 

Recibe a Forbes Uruguay desde su despacho con un ventanal al Cerro de Montevideo y otro hacia el Palacio Estévez. 

Festeja que la mirada “de arriba” de los Doing Business del organismo coincida en sus conclusiones con la mirada “de abajo” sobre cuáles son las barreras principales para las empresas de todo el país que relevó entre 500 Mipymes un sondeo de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, presentado el 17 de octubre tras 30 meses de trabajo financiado por Unión Europea. Extractos de la charla: En aulas salmantinas -adonde estudió Derecho acuñaron “lo que natura non da, Salamanca non presta”. 

Cecilia Ortega del Banco Mundial
Celia Ortega del Banco Mundial. Foto: Nicolás Garrido.

¿Cuánto depende el éxito en los negocios de la naturaleza personal, cuánto de la formación y cuánto de la cultura emprendedora en que se crece?, ¿Ve esa cultura en Uruguay?

En ciertos grupos de edad, cada vez más, y en ciertos sectores sí como el de nuevas tecnologías, con revoluciones que van más rápido que una persona normal y vemos a jóvenes que hacen cosas sorprendentes. Ese grupo puntero sigue siendo una minoría. A nivel general, veo que falta algo de dinamismo. El entorno es fundamental. Todos buscamos referentes de éxito o negocios. Vivir en una cultura de emprendedurismo marca mucho el camino.

A las nuevas generaciones, más allá de lo tecnológico, ¿el contexto les motiva a abrir mipymes?

Cuando Equipos Consultores hizo una encuesta-país para aportar a la Comisión del Futuro del Parlamento, vimos que los más jóvenes y calificados tenían más voluntad de emprender. Se sienten preparados, tienen el capital humano que les da confianza y es probable que vengan de quintiles más altos. Entre los grupos que respondieron a nuestra encuesta, de 18 a 25 años, hasta 40 y más de 40, había diferencia clara y los jóvenes se veían avanzando con su propio negocio como primera opción.

¿Y los demás?

Los otros lo veían como no tengo otra opción, me falta empleo, así que me lo voy a intentar montar por mi cuenta. Si eran mujeres se decían “no me queda más remedio” porque tengo tareas de cuidado, necesito flexibilidad, así que me voy a montar yo (el emprendimiento). No era la primera opción, sino el último recurso. Como ex secretaria ejecutiva de la Asociación Mundial de Agencias de Promoción de Inversión Extranjera (WAIPA), ¿diría que en Uruguay falta más aporte de capital con ahorro local?

La Inversión Extranjera Directa (IED) es un aporte que sirve para movilizar las inversiones locales. Primero por lo que aporta en materia de competencia, en que nos esforzamos por hacer mejor servicio y producto, con beneficio inmediato en los consumidores. La creación de empleo es fundamental, dependiendo del tipo de inversión, sea extractivos o manufacturas, por empleo directo, indirecto, movilización de proveedores e industria local. El ecosistema se transforma.

¿Qué mixing de capital local e IED sugiere para que Uruguay no dependa solamente de afuera?

La total dependencia nunca es deseable. En un país de talla pequeña como Uruguay, adonde el ahorro es bajo, no estamos para nada en esa dicotomía. Todo lo que sea inversión extranjera puede ser bienvenida por atraer talento que nos hace mucha falta. Fortalece capital humano, interactúa con empresas locales, trae nuevas tecnologías y buenas prácticas de integración de género. Generalmente, la multinacional suele contratar más mujeres con empleo de calidad.

¿Cómo funciona su metáfora muy tech de que las inversiones son el hardware y que el software es el clima de negocios, cuya mejora exige menos dinero para generar más empleo?

Por supuesto. Es obvio que si queremos duplicar el tamaño del puerto, mejorar el de Nueva Palmira o las carreteras, si nos ponemos a sumar llegamos a la línea de billones de dólares. No sucederá mañana y lo llamo hardware porque es infraestructura que necesitamos pero nos va a costar tiempo y dinero.

¿Y qué se puede hacer en el corto plazo?

Retoques legales e institucionales al clima de negocios, con trámites y procesos que empresas necesitan para formalizarse, contratar personas y acceder al crédito, se pueden hacer casi a golpe de pluma, en una acción rápida con un costo/beneficio más alto.

El Banco Mundial apoyó la encuesta de más de 500 mipymes de la CNCS sobre barreras a las empresas en todo el país. En la presentación de resultados, usted dijo que el trabajo de su banco “es la foto de arriba sobre fallas” y la encuesta solventada por Unión Europea es la “foto de abajo”.

Sí. Y lo importante es que las fotos se encontraron en el medio y nos autovalidamos al llegar a datos que tenían sentido. La metodología del Banco es standard para todos los países y compara cuantos días tarda en aprobarse una empresa, aunque la norma dicte en 10 días.

La realidad en Etiopía era el triple. Esa foto de arriba es valiosa por comparativa. Aquí nos comparamos con el barrio y decimos que “estamos bien”. Nos permite hacerlo con el mundo -con Singapur, Irlanda o Nueva Zelanda- para ir más allá del barrio y ser aspiracionales.

¿En qué medida coinciden las conclusiones sacadas desde arriba con las del contrapicado?

Lo de Unión Europea y CNCS fue muy interesante. Encuestan a 500 empresas en todo el país y resultó que salieron los mismos temas prioritarios que teníamos en Doing Business: Acceso a financiación fue la barrera uno y servicios de apertura o cierre de empresas, la dos. Los temas clave que reconfirmamos no solo afectan a empresas pequeñas sino a las mucho mayores. 60% de Mipymes no pidió crédito y viven de contado. Las que tomaron crédito no financian crecimiento sino primer activo fijo o una crisis…

El no acceso al crédito es por no tener garantías necesarias para obtenerlo. Si va al banco le preguntarán con qué lo respaldará. Buscan casas o tierras, bienes inmuebles que la mayoría de estas empresas –y sobre todo las mujeres- no los tienen. Poner prendas no es tan fácil. O sea que faltan instrumentos…

Cecilia Ortega del Banco Mundial
Celia Ortega del Banco Mundial. Foto: Nicolás Garrido.

Grandes empresas de insumos del agro toman como garantía la futura cosecha, pero lo hacen informalmente. Se puede agilizar con un sistema de garantías mobiliarias. El ganado puede ser una prenda, pero no tendré que llevárselo a casa del acreedor para que se quede tranquilo. 

Un registro electrónico de estas garantías en el Banco Central da constancia. Si pide dinero a otra persona, verá que está empeñado. Usar bienes mobiliarios permitiría ampliar las personas que tienen acceso al crédito y manejar un menor riesgo de los bancos, lo que les bajaría el costo.

La emprendedora muchas veces no es titular de la empresa o no tiene la casa a su nombre como garantía para préstamos... ¿hay barreras culturales vinculadas al machismo que afectan el acceso al crédito? Otro indicador en el BM es el de las mujeres y la ley.

Las mujeres pueden poseer la tierra pero, por la cultura, a los padres les gusta dejársela a los varones y a las hijas otras herencias. Así las mujeres tienen muchas menos propiedades a su nombre, lo que las limita enormemente.

¿Qué falta aquí al Sistema Nacional de Garantías (SIGa) para más garantías a mipymes que en pandemia saltaron 10 veces pero ahora bajó a la mitad?

El SIGa ha funcionado muy bien y mostró que esas garantías faltaban. Hoy falta un instrumento que sea de privado con privado para ser sostenible y no tener que llamar al Ministerio de Economía para que renueve su presupuesto. El SIGa funcionó en una época de crisis y ha sido un buen laboratorio de pruebas para destilar que siga y mejore.

De su gestión en el Instituto de Comercio Exterior de España internacionalizando pymes, ¿no parece mucha pretensión que las micro puedan exportar con barreras e informalidad, sin herramientas como la consolidación de envíos de varias empresas en el mismo contenedor?

Si pensamos en consolidar un contenedor, enhorabuena, pues ya hicimos la venta. El problema es cómo llegamos con esta pyme al momento del envío. Antes está la formalización que no tienen, crédito a la producción y a la exportación, porque el importador me va a pagar en 90 días… esperemos. Hay riesgos asociados a la exportación y hay que abrir mercado, que no pasa solo por firmar un tratado.

¿Entonces?

Hay que ir allí a vender, cuando apenas vendo en mi departamento, si no hablo idiomas o nunca fui a Europa a buscar un distribuidor. Son fundamentales agencias como Uruguay XXI que ya conocen el mercado, tienen expertos allí y saben las ferias en que vale la pena poner un stand para hacer contactos y vender. Asesoran a pymes, como el ICEX que enviaba becarios de Salamanca como yo para que organizaran un grupo de pymes. Para personas con más de 40 años en su departamento, habiendo cursado secundaria como mucho, ese salto por si mismas es imposible, si no hacemos esa transferencia de capital humano. Esos programas los gobiernos los amortizan pues aumenta la exportación y esas pymes crecen.

¿Qué fronteras debe superar Uruguay para seguir creciendo?

Será materializar en negocios los beneficios de estos acuerdos bilaterales y multilaterales, dando fuerte impulso a la facilitación del comercio. Reducir las trabas a la exportación e importación, para ser menos costoso o más ágil. Y dar fuerte impulso a la comercialización, que es la asignatura pendiente. Las oportunidades pueden estar allí, pero si no las materializamos saltando a un mercado e integrarnos a cadenas internacionales de valor, esas puertas seguirán abiertas, pero nosotros no estaremos cruzando al otro lado.

FOTOS: Nicolás Garrido

*Este artículo fue publicado originalmente en Forbes Uruguay del mes de Octubre.
 

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