Si molestás a los creadores de South Park, Trey Parker y Matt Stone, te lo van a hacer pagar. Y no solo en lo económico, también en lo satírico. El 2 de julio, después de que Comedy Central postergara el estreno de la temporada 27 por una pelea con los derechos de transmisión —todo mientras Paramount, dueña del canal, atravesaba una negociación tensa en medio de su venta a Skydance Media, de David Ellison—, Parker y Stone no se quedaron callados. Publicaron un mensaje en X y dispararon: "Esta fusión es un desastre", escribieron. "Y está arruinando a South Park".
Todo se destrabó esta semana. El lunes, Parker y Stone firmaron un contrato de streaming por cinco años y US$ 1.500 millones que llevará South Park a Paramount+ en todo el mundo. Y el jueves, la FCC dio luz verde a la compra de Skydance. Con este nuevo acuerdo, el dúo no solo se convirtió en los showrunners mejor pagos de Hollywood, sino también en multimillonarios: cada uno acumula una fortuna estimada en US$ 1.200 millones.
Igual, los problemas para Paramount no terminaron ahí. En el episodio estreno de South Park, que se emitió el miércoles, aparece Donald Trump en la cama con Satanás, y Jesús les lanza una advertencia a los chicos protagonistas sobre el riesgo de provocarlo. "¿Vieron lo que le pasó a CBS? Bueno, ¿adivinen quién es el dueño de CBS? Paramount", dice el personaje de Jesús. "¿De verdad quieren acabar como Colbert?".
Parker y Stone, con su humor filoso e incorrección política, ahora forman parte del exclusivo grupo de multimillonarios de la televisión. Se suman a figuras como Oprah Winfrey, Tyler Perry, Dick Wolf y Jerry Seinfeld en el famoso "club de las tres comas".
La cifra que embolsaron refleja la vigencia de South Park, que desde su debut en 1997 se convirtió en un fenómeno cultural. Ya en su segunda temporada rompió récords: fue el programa no deportivo más visto de la historia del cable básico, con casi seis millones de personas prendidas al televisor. Con el tiempo, se volvió imprescindible para Comedy Central, que llegó a repetir sus más de 300 episodios varias veces por semana.
El verdadero salto de Parker y Stone se dio en 2007. Junto con su abogado y socio comercial, Kevin Morris, cerraron un trato con la cadena para subir los episodios a internet usando un reproductor Flash bastante rudimentario. Acordaron repartir los ingresos digitales —que en ese momento ni existían— en partes iguales y "a perpetuidad".
Después vino la explosión del streaming. En 2014, Hulu compró los derechos por US$ 87,5 millones y los renovó por US$ 110 millones hasta 2019. Más tarde, HBO Max se impuso en una puja contra Peacock, Netflix y otras plataformas y consiguió la exclusividad nacional para transmitir South Park online durante cinco años, por un total de US$ 550 millones. Ese contrato venció en junio.
En lugar de quedarse con su parte del acuerdo con HBO, en 2021 Parker y Stone firmaron un nuevo contrato con Paramount, dueña de Comedy Central. A cambio de nuevos episodios de la serie y una parte de los ingresos por streaming, recibieron una indemnización garantizada de US$ 155 millones por año. El acuerdo del lunes reconfiguró esos términos y elevó el pago anual a US$ 250 millones.
Parker y Stone reinvierten esa fortuna en el Condado de Park. No solo es el nombre del pueblo ficticio de South Park, también es el nombre del estudio de producción que casi en su totalidad les pertenece. Fundado en 2012, el estudio concentra todos los ingresos de la serie, sus películas y las producciones teatrales de El Libro de Mormón, que también escribieron. A través de esa estructura, cobran solo unos US$ 10 millones anuales como salario.
Ese esquema empresarial es común en las compañías más rentables de Hollywood. Sin embargo, a diferencia de productoras como Hello Sunshine, de Reese Witherspoon, o Plan B Entertainment, de Brad Pitt, Park County nunca aceptó socios de capital ni inversores externos.
En cambio, en 2012, Parker y Stone usaron los ingresos actuales y los que proyectaban ganar con South Park y otros proyectos para conseguir US$ 60 millones en financiación de deuda convertible del banco especializado en medios The Raine Group. Mientras cumplieran con los pagos del préstamo, mantenían el control total.
La jugada les salió redonda. A medida que la plata del streaming empezó a entrar, en 2016 compraron Raine y desde entonces son los únicos dueños.
El condado de Park sigue recurriendo a la deuda para financiar el crecimiento de su empresa. En 2023, consiguió una línea de crédito de US$ 800 millones del gigante del capital privado The Carlyle Group. Gracias al costo de esa deuda y a una contabilidad hollywoodense muy conveniente para depreciar el valor de su catálogo, logró reducir y demorar considerablemente sus facturas impositivas.
El plan final sería vender la empresa, saldar las cuentas con acreedores y el fisco, y quedarse con el efectivo que sobre.
Según fuentes citadas por Forbes, en 2019 Viacom (que en ese momento era la dueña de Comedy Central) y Park County discutieron exactamente eso: un posible acuerdo de venta, similar al que firmó Disney cuando compró marcas como Lucasfilm o Marvel. Ambas partes llegaron a valorar la empresa en mil millones de dólares, pero las negociaciones no prosperaron.
Ese año, Viacom atravesaba una fusión compleja con CBS, lo que complicaba cualquier compra costosa. Cuando retomaron las charlas en 2021, cerraron un contrato de producción por US$ 935 millones en seis años, un número muy parecido al que se había manejado en la posible venta, aunque sin que cambiara la propiedad.
Con ingresos garantizados y una rentabilidad fuerte, Forbes estima que el valor empresarial de Park County podría llegar hoy a los US$ 3.000 millones en caso de una venta. Eso dejaría a Parker y Stone con más de US$ 1.000 millones cada uno.
La última ronda de negociaciones entre Paramount y Park County fue la más dura hasta ahora y, en los hechos, se convirtió en una especie de referéndum anticipado sobre la gestión de David Ellison, de Skydance, hijo de Larry Ellison, el segundo hombre más rico del mundo. David aseguró ante analistas que su objetivo es transformar a la nueva Paramount en "un estudio que priorice la creatividad y la primera opción para los mejores narradores".
A diferencia de los dueños anteriores, que habían licenciado títulos clave como South Park y Yellowstone a otras plataformas para conseguir efectivo rápido, Ellison parece decidido a que todo el contenido vuelva a estar disponible solo en Paramount+, el servicio de streaming de la compañía.
Pero no todo fue sencillo. A fines de junio, Park County amenazó con iniciar acciones legales contra Skydance porque sospechaban que interfería en las conversaciones con Netflix y Warner Bros. para vender los derechos de transmisión de South Park. Paramount quería cerrar un trato y evitar más escándalos, como el que se generó después de pagarle US$ 16 millones a Donald Trump por una entrevista en 60 Minutes con Kamala Harris, o como la reciente cancelación de The Late Show con Stephen Colbert.
Ante la posibilidad de otro retraso en el estreno de la temporada y comentarios incómodos en el escenario de la Comic-Con de San Diego esta semana —donde Parker y Stone se salieron de lo habitual—, Skydance y Paramount decidieron el lunes reformular el acuerdo de producción con Park County. También cerraron un nuevo acuerdo por los derechos de transmisión, uno de los puntos que más trabó las negociaciones.
Con los bolsillos más que cómodos tras el contrato de US$ 1.500 millones, Parker y Stone se comprometieron a producir 10 episodios nuevos de South Park por año hasta 2030. Y no hay dudas de que seguirán riéndose tanto de su empresa madre como del presidente, que ya mostró ser muy dado a las demandas.
Durante un panel en la Comic-Con, el jueves por la noche, les preguntaron qué se podía esperar del resto de la temporada. Stone, entre risas, respondió: "Sin política", y el público estalló. Más serio, Parker contestó sobre la reacción negativa de Trump al primer episodio: "Lo sentimos muchísimo".
Nota publicada en Forbes US.