Las llamadas empresas de tesorería de criptomonedas —compañías que cotizan en bolsa y se dedican a adquirir activos digitales como bitcoin— se convirtieron en una de las tendencias con mayor repercusión de 2025. Y con motivos concretos. Estas firmas recaudan dinero, se fusionan con empresas fantasma ya listadas y compran tokens a toda velocidad. Así, se transforman en vehículos que permiten a inversores institucionales y particulares acceder a los activos digitales sin lidiar con el submundo turbio de las plataformas de intercambio de criptomonedas ni exponerse a billeteras digitales vulnerables a hackeos.
La estrategia de tesorería de bitcoin impulsada por MicroStrategy —la empresa del multimillonario Michael Saylor, ahora rebautizada como Strategy— sigue firme. Más de 70 compañías que cotizan en bolsa alrededor del mundo ya tienen en sus balances más de US$ 67.000 millones en activos digitales. Sin embargo, lo más llamativo es la velocidad a la que se vuelca capital en estas tesorerías cripto. Desde abril, más de 30 empresas públicas anunciaron planes para adoptar movimientos similares, con la intención de reunir unos US$ 19.000 millones, según datos de Elliot Chun, de Architect Partners, una firma de asesoría financiera con sede en Palo Alto.
La semana pasada, el Grupo de Medios y Tecnología Trump —propiedad del presidente y operador de la red social Truth Social— informó que obtuvo US$ 2.300 millones mediante la venta de acciones y bonos convertibles. Se trata de una de las mayores operaciones de tesorería en bitcoin hasta el momento. Este lunes, el multimillonario Justin Sun, uno de los principales inversores cripto ligados a la familia Trump, anunció que su plataforma de activos digitales, Tron, saldrá a bolsa en EE.UU. a través de una fusión inversa con SRM Entertainment, que cotiza en el Nasdaq. Como parte del acuerdo, Tron aportará hasta US$ 210 millones en su token homónimo a la nueva empresa.
Las acciones de muchas de estas empresas sin experiencia en el sector se disparan. Janover, una plataforma de financiación para propiedades comerciales, subió más de un 5300 % desde abril, cuando adoptó una estrategia centrada en Solana y cambió su nombre a DeFi Development Corporation. Metaplanet, la cadena hotelera japonesa que se convirtió en hodler, acumula un alza del 472 % en lo que va del año. Strategy, la empresa de Michael Saylor cargada de bitcoins, aumentó un 30 % en lo que va de 2025 y trepó un 3000 % en los últimos cinco años.
La mayoría de estos recién llegados al mundo cripto aprovechan el entusiasmo inversor, ahora que el gobierno estadounidense muestra un respaldo claro a la industria. Otro punto central es el apalancamiento. Casi todas estas compañías incorporan criptomonedas a sus balances luego de emitir deuda convertible o levantar capital, un método similar al usado por Strategy. Esta herramienta amplifica las ganancias: cuando suben los precios del bitcoin y otras criptomonedas, estas acciones rinden mucho más.
También influye la volatilidad, algo que los fondos de cobertura y los operadores de opciones buscan activamente. Estas firmas públicas, con criptomonedas apalancadas en sus balances, tienden a moverse con fuerza según lo haga el activo subyacente. Por eso tienen una volatilidad implícita muy alta. Son el escenario ideal para la especulación.
"Ahora existe una variedad de inversores que desean acceder al riesgo [cripto] de una manera regulada que se ajuste a su mandato de inversión, y lo que estas compañías de tesorería están permitiendo es esencialmente la creación de muchos vehículos diferentes para hacerlo", afirma Jeff Park, director de estrategias alfa en la gestora de criptoactivos Bitwise.
Pero no es solo el apalancamiento ni la volatilidad lo que diferencia a estas compañías. Operar en los mercados públicos —en lugar del mundo oscuro del trading de criptomonedas— les permitió crecer con rapidez. Al cotizar en las principales bolsas, acceden a mercados de capital institucional mucho más profundos. Eso les da la posibilidad de recaudar miles de millones casi de un día para otro y concretar inversiones gigantescas que las empresas privadas no pueden igualar. La facilidad para conseguir préstamos baratos también resulta clave en el atractivo de esta nueva camada de empresas de tesorería de criptomonedas, según Jeff Park.
Dado que las salidas a bolsa tradicionales son costosas, requieren asesoría legal extensa y pueden demorar años, estos nuevos jugadores optan por usar Sociedades de Adquisición de Propósito Especial (SPAC, por sus siglas en inglés) o encontrar firmas públicas ya existentes. Suelen elegir empresas de microcapitalización listas para fusionarse a través de lo que se conoce como fusión inversa.
Un ejemplo es Twenty One Capital, que cuenta con el respaldo de Tether y SoftBank. Está en proceso de fusión con Cantor Fitzgerald, la SPAC de la familia Lutnick, en una operación valuada en US$ 3.600 millones. Hace menos de dos meses, las acciones de Cantor Equity Partners —la firma vehículo— cotizaban a US$ 10,80. Hoy alcanzan los US$ 35, aunque la fusión todavía no se concretó.
Otro caso es el de Strive Asset Management, del excandidato presidencial Vivek Ramaswamy. En mayo, anunció una fusión inversa con Asset Entities, una empresa de distribución de contenido valuada en US$ 86 millones, que atravesaba una situación delicada. El objetivo: comprar bitcoin. Desde el anuncio, las acciones de Asset Entities pasaron de unos US$ 0,60 a US$ 13. Ahora se estabilizan en US$ 5,42.
"La acción del precio que se observa actualmente es anterior a que se completen estas transacciones, y eso es un poco desconcertante", dice Park, que apuesta a que la buena racha seguirá para estas empresas pioneras en adoptar bitcoin. "Si creen que hay una montaña de dinero que viene a comprar bitcoin y todos esperan a que se aprueben sus transacciones, más les vale esperar ser los primeros", remata.
Park también cree que gran parte del entusiasmo en torno a estos nuevos bonos corporativos cripto se explica por los retornos esperados. "Lo que todavía no vimos es una exploración agresiva del lado izquierdo del balance, que realmente esté generando un rendimiento y una rentabilidad valiosos a través del bitcoin que se mantiene en estas empresas operativas", sostiene.
Otro elemento clave es que las criptomonedas que compran estas firmas salen del mercado. Esa retirada genera escasez, lo que puede amplificar las fluctuaciones de precios y acelerar el alza de los tokens. Así, el impacto de estas estrategias de tesorería puede ser todavía mayor en términos de rentabilidad.
Elliot Chun, de Architect Partners, prefiere mostrarse cauto ante la velocidad con la que estas nuevas compradoras de activos digitales acumulan criptomonedas en sus balances. "Esto es ingeniería financiera en su máxima expresión", advierte. "Acciones directas, PIPEs, bonos convertibles, ATMs: es un curso de MBA en sí mismo en cada estructura de capital público imaginable", agrega.
GameStop, la cadena de videojuegos que alguna vez fue el emblema de las acciones meme, ahora apuesta fuerte al bitcoin. Está usando más de US$ 3.000 millones en deuda convertible para financiar esta nueva estrategia de tesorería. Ya destinó US$ 500 millones a la compra del activo digital, aunque todavía no explicó cómo planea obtener rentabilidad con esa inversión.
Por ahora, mientras el precio del bitcoin siga en alza y arrastre consigo a las acciones de la empresa, el tema parece no incomodar a sus directivos. El rendimiento financiero, al menos en el corto plazo, no es el foco.
"Hay mucha expectación. Hay mucha gente que no es nativa del mundo de las criptomonedas, que es nueva en esto y no comprende las complejidades de operar con esta clase de activos", dice Elliot Chun. "Después de tanto tiempo en el mundo de las criptomonedas, siempre estamos buscando la siguiente novedad que nos permita llegar al próximo invierno. Esto sin duda tiene las características de algo así", concluye.
Con información en Forbes US.