Alan Ohnsman Colaborador
El berrinche de Elon Musk por el proyecto de ley presupuestaria del presidente Donald Trump, que suma billones de dólares al déficit federal de Estados Unidos, plantea nuevos riesgos para sus empresas, en especial Tesla. La disputa aparece en un momento delicado, en medio de una caída del 13% en las ventas de vehículos eléctricos. Además, la automotriz pronto perderá los incentivos federales para la venta de estos autos y los servicios de carga. Su negocio de robotaxis también podría quedar condicionado por las regulaciones federales que la administración Trump defina.
"La administración Trump sabe lo importantes que son los vehículos autónomos para el futuro de Musk y Tesla, por lo que hacer todo lo posible para frenar el lanzamiento de los robotaxis sería especialmente doloroso", declaró Loren McDonald, analista jefe de Paren, una empresa de datos de la industria de vehículos eléctricos. "El otro impacto, por supuesto, se refiere a los contratos entre el gobierno estadounidense y SpaceX, que ahora podrían estar en grave riesgo", agregó.
Las empresas de Musk recibieron al menos US$ 30.000 millones de apoyo público desde 2010
Dada la dependencia que Tesla y SpaceX tuvieron del apoyo federal durante los últimos 15 años, Musk arriesga mucho. Forbes calcula que sus empresas captaron al menos US$30.000 millones de dinero público desde 2010. Esa cifra incluye contratos millonarios para el lanzamiento de cohetes y satélites de SpaceX, un préstamo federal de bajo costo que financió la primera fábrica de Tesla y miles de millones que generó con la venta de créditos de contaminación federales y de California.
"Elon podría recibir, con diferencia, más subsidios que cualquier otra persona en la historia, y sin ellos, probablemente tendría que cerrar y regresar a Sudáfrica", dijo Trump en Truth Social. "Se acabaron los lanzamientos de cohetes, los satélites y la producción de coches eléctricos, y nuestro país ahorraría una fortuna", añadió.
Estados Unidos depende mucho de SpaceX, por lo que la empresa tiene menos probabilidades de sufrir en el corto plazo. Sin embargo, Tesla quedará perjudicada por la eliminación de los créditos fiscales de US$7.500 para compradores de autos eléctricos, que probablemente desaparecerán en septiembre. También perderá el respaldo estatal a la red nacional de carga de autos eléctricos, que le reportaba ingresos. La compañía podría enfrentar más problemas si el Departamento de Transporte de EE.UU. fija requisitos de seguridad más estrictos para los vehículos autónomos y los robotaxis. Musk viene promocionando estos últimos como una fuente clave de ingresos para Tesla.
Tras una década de crecimiento global constante, las ventas de Tesla se estancaron el último año. En el primer trimestre, cayeron un 13%. Las estimaciones de consenso indican que Tesla, con sede en Austin, anunciará mañana entregas de unos 380.000 autos eléctricos y crossovers en el trimestre que cerró el 30 de junio, un 14% menos que hace un año. Sin embargo, ese pronóstico podría resultar optimista. Analistas como Edison Yu, de Deutsche Bank, anticipan una caída mucho mayor, de hasta un 20%, con unas 355.000 unidades. La merma sería más marcada en Europa, Norteamérica e incluso en China, que sigue siendo el mayor centro de beneficios de Tesla.
"Prevemos que las entregas de Tesla en el segundo trimestre de 2025 no alcanzarán las expectativas de consenso del mercado vendedor, pero esto no debería sorprender, ya que las expectativas del mercado comprador ya son considerablemente más bajas", señaló Yu en una nota de investigación. Para todo el año, estima que la compañía venderá cerca de 1,6 millones de vehículos, casi un 10% menos que en 2024.
La caída de Tesla durante el último año coincidió con el apoyo abierto y generoso en términos financieros que Musk ofreció a Trump hasta hace poco. Pero, tras renunciar en mayo a su puesto al frente de la iniciativa DOGE, criticada por despedir de manera desordenada a miles de empleados federales, Musk se enfrentó a Trump a comienzos de junio por el llamado "One Big Beautiful Budget Bill". Se quejó de cuánto incrementaba el gasto federal. Seis días después, cambió de postura y buscó calmar las tensiones con el presidente. Incluso borró una publicación que vinculaba a Trump con el escándalo de Jeffrey Epstein. No obstante, rompió su relativo silencio la semana pasada, luego de que se difundió un borrador del proyecto de ley del Senado que aumentaría el déficit en US$3,2 billones, aún más que la versión que aprobó la Cámara de Representantes por un voto.
"Es obvio con el gasto demencial de este proyecto de ley, que aumenta el techo de la deuda en un récord de CINCO BILLONES DE DÓLARES, que vivimos en un país de partido único: ¡el PARTIDO DEL CERDO CERDITO!", escribió Musk en X el lunes.
Si bien sus críticas apuntaron sobre todo al gasto público, también se quejó de que "el proyecto de ley de Trump eliminará millones de empleos en Estados Unidos y causará un enorme daño estratégico a nuestro país". Según dijo, el plan "otorga concesiones a las industrias tradicionales, pero destruirá las industrias futuras".
En respuesta a esas quejas y a las amenazas de Musk de gastar grandes sumas para derrotar a los congresistas que votaron a favor de la ley, Trump advirtió que podría "ponerle DOGE a Elon... DOGE es el monstruo que podría tener que volver y devorar a Elon. No creo que deba estar jugando ese juego conmigo".
El presidente incluso sugirió que "consideraría" deportar a Musk, el sudafricano que se naturalizó ciudadano estadounidense. Aunque ese escenario parece poco probable, Trump podría causarle muchos problemas si decide intensificar las investigaciones sobre Tesla. Por ejemplo, podría presionar a la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) para que avance con su investigación sobre el piloto automático y la conducción autónoma total, implicadas en varios accidentes mortales. También podría alentar a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) a revisar la veracidad de ciertos comentarios públicos de Musk sobre Tesla o a investigar la fuerte dependencia de la compañía de la fabricación en China. "Está molesto por perder su mandato de vehículos eléctricos. Está muy molesto", declaró Trump a la prensa el martes. "Podría perder mucho más que eso, se lo aseguro", sostuvo.
Las acciones de Tesla bajaron un 5,3%, hasta US$ 300,71 en el Nasdaq el martes. Acumulan un descenso del 26% en lo que va del año.
Con información de Forbes US.