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Fernando Pache, presidente en F Pache Industrial y Comercial SA. Fotos: Nicolás
Negocios

El jugador estrella de la industria del cacao invierte casi US$ 10 millones para dar un nuevo salto en su producción: sus claves para salir al mundo

Magdalena Cabrera

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Fernando Pache, presidente de F. Pache S.A. y de Cacao del Plata, tenía claro que para crecer no podía pensar solamente en el mercado uruguayo, ni siquiera en el Mercosur. Se animó a "ir al mundo" y le fue muy bien. Hoy tiene prevista para 2026 la construcción de una nueva planta de cacao, única en Uruguay, con una inversión de US$7 millones.

8 Septiembre de 2025 09.26

Ni el tipo de cambio poco favorecedor, ni la falta de competitividad, ni las escasas políticas de defensa de la industria, que han caracterizado a Uruguay en las últimas décadas, fueron excusas para que Fernando Pache no visualizara en Uruguay un montón de oportunidades para fundar en 1995 F. Pache S.A., importadora y distribuidora de azúcar y cacao en polvo de uso industrial, y para que en 2014 redoblara la apuesta, inaugurando Cacao del Plata, una fábrica de cacao en polvo con fines de exportación, la cual actualmente no solo abastece buena parte del mercado brasilero y argentino, sino que además ha traspasado las fronteras regionales, llegando a destinos tan exóticos, como Turkmenistán, Estonia, Egipto y Turquía.

Fiel a su estilo y convencido de que para progresar hay que innovar y crecer, este año invirtió US$2.5 millones en la ampliación de la fábrica de cacao en polvo, con el objetivo de ampliar en un 40% su capacidad de producción mensual y poder así abastecer a nuevos mercados. Y no solo eso, sino que para 2026 tiene prevista la construcción de una fábrica paralela que permitirá a Cacao del Plata trabajar a partir del grano de cacao y sumarle valor agregado. Una inversión que calcula rondará los US$7 millones.

Pache, quien además de ser presidente de F. Pache S.A. y de Cacao del Plata es presidente del Parque Industrial y Logístico Zona Este, donde se encuentra instalada su fábrica y se ubicará la que proyecta, fue también, durante el período 2022 - 2024 presidente de la Cámara de Industria del Uruguay. En diálogo con Forbes Uruguay, manifestó que para que la industria uruguaya crezca no tiene que ser "gobierno dependiente", sino "crear y explorar las posibilidades". Al tiempo que se necesita de "madurez sindical" para no "hackear" los avances que se puedan dar. 

¿Cómo ha evolucionado la industria del cacao y, en concreto, Cacao del Plata en los últimos años? 

En Uruguay, somos la primera y única industria elaboradora de polvo de cacao, partiendo de materia prima originaria de África, Camerún, Costa de Marfil, Ghana y Nigeria, principalmente. En los últimos 10 años, con la instalación de una nueva planta de alta tecnología y certificaciones a nivel internacional, hemos podido pasar de 200 toneladas de producción por mes a 1.100. Teniendo en cuenta que en Uruguay se consumen 1.200 toneladas anualmente, el 95% de lo que producimos es exportación. El negocio creció mucho y actualmente estamos en un proceso de mayor capacidad productiva para los próximos 120 días. Se trata de una decisión que se tomó hace años, con el objetivo de aumentar un 40% nuestra capacidad de producción mensual. En el mes de enero, calculamos, tendremos las primeras producciones de esta ampliación y junio estaremos completando el 100% de esa capacidad productiva, que sería en el entorno de 1.500 toneladas al mes. 

También construirá una nueva planta que les va a permitir importar el grano de cacao y agregarle valor. ¿Va a funcionar de forma paralela a esta que están ampliando? 

Sí, son dos cosas diferentes. Hoy tenemos una operación de cacao, donde partimos de materia prima, que es la segunda etapa después del grano. Para 2026 o 2027, proyectamos una línea nueva que va a partir del grano de cacao. Es decir, la materia prima que hoy importamos, va a ser elaborada por nosotros mismos. Además, vamos a agregar un segundo producto, que es la manteca de cacao para la tableta de chocolate. Esta fábrica va a funcionar de forma paralela a la actual. 

¿Se trata de una innovación importante para el país?

Sí, ya lo es la (planta) de polvo, porque no hay otra igual en Uruguay, ni en Sudamérica, más allá de que Brasil es el líder. Una vez que nuestro negocio parta del grano, vamos a estar en un proceso industrial similar al que maneja Brasil, Ecuador y Perú. La inversión para la nueva planta va a rondar en el entorno de los US$7 millones. La ampliación de la planta de polvo, que estamos haciendo ahora, supuso una inversión de US$2.5 millones.

Fernando Pache, presidente en F Pache Industrial y Comercial SA. Fotos: Nicolás Garrido
Fernando Pache, presidente en F Pache Industrial y Comercial SA. Fotos: Nicolás Garrido

¿Cómo se para Uruguay, teniendo vecinos potentes en el rubro? 

Brasil no solo es un vecino potente, sino que fue de los tres productores más grandes del mundo hace 20 y pico de años. En los años 80 y 90 tuvo una plaga, que le hizo perder la producción de cacao de Bahía, su centro productivo. Hoy se sigue recuperando y todavía no se autoabastece. F. Pache S.A. abastece el 30% de polvo de cacao que Brasil necesita importar. A su vez, Argentina importa el 100% de lo que precisa de cacao y nosotros representamos el 33% de sus importaciones de cacao en polvo. Por lo tanto, entre los dos países somos un jugador importante, pero atendemos 27 países en todo el mundo. Entre el 70% y 80% de nuestra capacidad productiva se va a Argentina y Brasil, el resto a muchos otros países, como Colombia, México, Estonia, Rusia, Bielorrusia, Turkmenistán, Turquía, Egipto, Argelia, entre otros. Nuestro objetivo era no concentrar nuestra venta en el Mercosur por las constantes problemáticas y tratar de ir al mundo. Fuimos y tuvimos éxito. Además, abastecemos entre el 70% y 90% de lo que se consume Uruguay. 

Hace casi un año que dejó la presidencia de la Cámara de Industrias. ¿Cuáles son los principales desafíos que ve hoy en el sector industrial en Uruguay?

Los desafíos son muchos. Para empezar, sabemos que Uruguay es un país caro, que el tipo de cambio no nos protege y que las políticas de defensa de la industria no van de la mano con otro tipo de equilibrios que requiere la economía nacional, por lo cual, el empresario industrial uruguayo tiene que encontrar otros caminos de salida que le generen la posibilidad de invertir en el país para desarrollar industrias. Uruguay no es competitivo per se. Por lo tanto, entiendo que no hay que esperar por nadie, ni por nada, más allá de que sí hay que pelear los beneficios. Pero no hay que ser gobierno dependiente. Hay que crear las posibilidades. Creo que, con vecinos de este tamaño, esas posibilidades existen y hay que explorarlas. 

¿El camino es salirse de frontera? 

El camino es estudiar qué necesita Brasil del Uruguay o qué necesita Brasil del mundo, que se pueda producir en el Uruguay. Si Brasil es un producto externo dependiente, el empresario uruguayo tiene que verlo y salir de lo que es la pequeña masa crítica que tiene Uruguay. Toda inversión que dependa de los tres millones de habitantes del Uruguay no va a ser una inversión aparentemente rentable porque es muy poca la masa crítica en la cual puede diluirse los costos fijos caros que tiene Uruguay. 

¿Hay mano de obra capacitada en Uruguay?

Considero que, según el rubro, sí, la hay, en disminución. Mucha de la mano de obra capacitada en muchos rubros se ha ido jubilando. No se repone por la falta de competitividad, por un lado y por otro, por el tema sindical, que siempre ha hackeado esa situación. Más vale disminuir, cerrar y no agregar nuevos sectores en la empresa porque todo agregado termina siendo un problema. Esa es una situación que lamentablemente vive Uruguay. Aunque no se publicite mucho, la presión sindical juega y mucho en cualquier decisión. Antes era cuánto vale el alquiler, cuánto vale la situación logística, cuánto vale el tipo de cambio. Hoy, en toda reunión de proyección de inversión, el tema sindical está dentro de los primeros cuatro acertijos que hay que considerar para poder decidir una inversión.

¿Tiene solución?

Si hay interés político de que tenga solución, la tiene. Si no hay interés político, ni madurez sindical y seguimos con el concepto de que el mundo está dividido en dos, explotados y explotadores, como he escuchado a algún miembro de la política de relevancia, evidentemente, no sé si tiene solución. 

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