Desde José Ignacio, Sergio Fogel, cofundador del unicornio uruguayo dLocal, pasó por el ciclo de entrevistas Forbes Líderes Unplugged y dejó una radiografía precisa de cómo se construye una compañía global desde mercados emergentes, qué implica ser una empresa pública en una industria hiper regulada y por qué la inteligencia artificial está cambiando los negocios y las carreras profesionales.
“Nosotros lo que hacemos es facilitar pagos transfronterizos”, resumió Fogel. “A diferencia de muchas empresas que hacen esto mismo, solo nos enfocamos en países emergentes y permitimos que consumidores de Brasil, Bangladesh o África paguen servicios internacionales, de todo tipo”, dijo.
Ese foco fue clave desde el origen. “dLocal empieza como un spin off de Astropay, que inició hace 16 años. Era algo muy chiquito, que fue creciendo, y fuimos a más y más. Empezamos con un nicho, con una necesidad específica, y seguimos creciendo”, recordó. “Es un esfuerzo de mucha gente a lo largo del tiempo”, dijo.
Los momentos bisagra
En el recorrido de la compañía, Fogel identifica hitos que cambiaron la escala del proyecto. Uno de ellos fue la relación con Facebook. “Teníamos a Facebook como cliente, pero de manera indirecta. Intentábamos convencerlos de trabajar de forma directa y era muy difícil”, relató. En una caminata por el campus de la compañía, el gerente de Finanzas fue directo: necesitaban un proveedor en Medio Oriente y África.
“Le dije: yo sé dónde queda en el mapa Medio Oriente y África, pero no tenemos nada. Me dijo que si estábamos dispuestos a hacer el esfuerzo, ellos nos apoyaban. Ahí pensé que era algo mucho más grande de lo que creíamos”.
Otro punto de inflexión fue la llegada de grandes clientes globales. “Cuando logramos que GoDaddy nos tomara como clientes fue otro momento clave. Hay varios hitos así, acompañados de clientes importantes, que te abren la puerta porque les solucionás dolores”.
Ser una empresa pública: ventajas y costos
La salida a bolsa fue uno de los movimientos más relevantes en la historia de dLocal. “No me arrepiento para nada, fue un hito superimportante para la compañía”, afirmó Fogel. “No es para todas las empresas, ser una compañía pública tiene ventajas y desventajas. Te da una exposición muy grande y, en una de las industrias más reguladas del mundo como pagos, eso genera confianza”.
Esa confianza fue decisiva para relacionarse con bancos. “Una empresa de pagos tiene muchos stakeholders: clientes, reguladores, bancos. Hasta que fuimos públicos, los bancos más grandes no nos abrían las puertas”, explicó.
“El banco quiere saber de dónde viene el dinero, quién paga, a quién y por qué. Cuando hay una empresa de pagos en el medio, pierden parte de esa transparencia”.
Además, ser pública habilita crecimiento inorgánico. “La manera natural de seguir creciendo es mediante fusiones y adquisiciones. Ser una empresa pública te permite tener una moneda de pago, que son las acciones”.
Pero también hay costos. “El primero es el costo directo, como el de los abogados. Otro es la cantidad de funciones que una empresa privada no tiene: auditoría interna, normas, estructuras. Y el tercero, el más difícil de dimensionar, es que te volvés más conservador”, señaló. “Empezás a pensar cómo lo va a mirar el mercado. El apetito de riesgo de una empresa pública es más bajo”.
Aun así, dLocal tiene una particularidad: “Es una empresa atípica porque los fundadores controlamos un porcentaje muy alto. Eso nos permite seguir pensando en un horizonte muy largo”.
Ciberseguridad: asumir que el ataque va a llegar
En el mundo de los pagos, la seguridad es una batalla permanente. “Hay dos tipos de empresas: las que fueron hackeadas y las que todavía no saben que fueron hackeadas”, lanzó Fogel. “No existe empresa que no haya sido atacada. Estamos bajo ataque constante”, advirtió.
Su mayor temor no es el ataque en sí. “Mi pesadilla más grande no es ser atacado, sino ser atacado y no darme cuenta. Siempre tenés que partir de la base de que el hacker va a entrar”.
Con el crecimiento, la sofisticación también aumentó. “Al principio no teníamos el nivel que tenemos hoy. Siempre tuvimos equipos potentes, pero hoy son equipos de clase mundial”.
IA: productividad, carreras y destrucción creativa
Fogel se muestra abiertamente fascinado con la inteligencia artificial. “No me dejo de asombrar de la capacidad que tiene para todo”, dijo, citando al economista Tyler Cowen: “Él decía que la próxima vez debería entrevistarlo ChatGPT”.
En dLocal, el impacto ya es concreto. “Tenemos un producto que se llama dCoder. Antes, un desarrollador tomaba un ticket, buscaba el código, hacía tests y lo enviaba a otro programador. Hoy todo eso lo hace la IA”. El resultado es contundente: “Hoy el 40% de los tickets los resuelve directamente la IA, y estimamos que va a subir al 60%”.
“El cambio más violento es que te cambia todo, incluso los planes de carrera, porque muchas de esas tareas eran las que hacía un junior”, dimensionó.
Aun así, el empresario es optimista. “Creo mucho en la destrucción creativa. Cada revolución generó mucho más de lo que destruyó, especialmente en un mundo con problemas de natalidad y una pirámide poblacional que se está invirtiendo”.
Liderazgo, errores y socios
Los aprendizajes, admite, vienen de equivocarse. “Las dos fuentes más grandes de aprendizaje son los errores y la gente con la que interactuás”. Uno de los mayores fue no cortar a tiempo. “El slogan ‘fail fast’ de Silicon Valley lo traduzco como tomar riesgos y cortar rápido cuando te equivocás. Una característica negativa mía es no cortar rápido, y mis socios me ayudaron mucho con eso”.
Sobre las sociedades, es tajante: “La regla de oro es la confianza ciega. Confianza absoluta en la honestidad y también en la ejecución”. Y destaca la complementariedad: “Somos muy diferentes, y ahí está el valor. Incluso la diferencia de edad fue clave”.
Uruguay, familia y deseos
Sobre Uruguay, se mostró optimista. “Tuvo un gran acierto en no hacer grandes inventos y mantener una línea económica estable. Eso permite inversiones a 20 años”. Aunque cree que podría asumir más riesgos: “Es un país que no termina de comprar del todo el modelo capitalista”.
De todo lo logrado, su mayor orgullo no es empresarial. “Tiene que ver con la familia que formamos. Estoy muy orgulloso de mis tres hijos. Que estén unidos es el logro más significativo”.
Para 2026, su deseo es simple y elocuente: “Para el mundo, ojalá sea un año muy aburrido. Sin guerras, sin complicaciones geopolíticas, sin todo lo que generó tantos titulares en 2025”.

