Cuando Tyler Niday vio que los productores de almendras en California tenían cada vez más dificultades para conseguir trabajadores que pudieran responder a la demanda de la cosecha, identificó tanto un problema como una oportunidad. Con su experiencia en robótica aplicada al agro, decidió desarrollar máquinas preparadas para soportar las condiciones exigentes del campo: caminos polvorientos, suelos irregulares y la presión constante del ritmo de cosecha.
Así nació Bonsai Robotics, una startup de tecnología agrícola que hoy aplica inteligencia artificial y visión computacional para enfrentar ese escenario. Su propuesta no solo representa una mejora tecnológica, sino también una respuesta concreta a una crisis laboral que se vuelve cada vez más difícil de resolver.
Transformar el campo desde adentro
Antes de crear Bonsai, Tyler Niday trabajó durante siete años en Blue River Technology. Allí fue clave en el desarrollo de la tecnología See and Spray, y más adelante en los primeros avances hacia la autonomía. Cuando la inteligencia artificial integrada empezó a volverse una opción concreta, la compañía apostó por la pulverización de precisión basada en IA, lo que terminó con su compra por parte de John Deere. En esa nueva etapa, Niday se convirtió en el primer ingeniero del equipo de autonomía. "Esa experiencia me permitió ver en primera fila cómo la IA y la agricultura de precisión podrían transformar la agricultura, escalando de cero a uno y luego de uno a muchos", afirmó.
Antes de eso, en Orchard Machinery Corporation, diseñó equipos y software para el sector de los frutos secos. Allí trabajó con sistemas mecánicos, eléctricos, hidráulicos y de accionamiento electrónico, una experiencia temprana en la integración entre hardware y software. Ese recorrido marcó tanto el potencial como las limitaciones que todavía tiene la autonomía en el agro.
La urgencia de una autonomía real
"Los agricultores se enfrentan a la escasez de mano de obra, al aumento de los costes y a equipos que no siempre están diseñados para sus realidades. Los agricultores no quieren oír conceptos futuristas; necesitan una autonomía que funcione hoy, en sus campos, en condiciones reales. Eso es lo que me llevó a fundar Bonsai Robotics: ofrecer una autonomía práctica, fiable, asequible y adaptada a la forma en que funcionan las explotaciones agrícolas", explicó Niday.
Bonsai busca resolver justamente eso: una autonomía agrícola que sea confiable, accesible y fácil de incorporar al trabajo diario. Su sistema, basado en visión computacional, puede operar en cultivos, tareas y contextos complejos. Logra mantenerse en funcionamiento aun frente al polvo, los escombros y la falta de luz, gracias a una inteligencia contextual que adapta el comportamiento del equipo sin frenar el ritmo.
Las soluciones de Bonsai pueden adaptarse a máquinas que ya están en uso o integrarse directamente en equipos nuevos. A través de su aplicación, los productores pueden supervisar y gestionar sus equipos en todo momento y desde cualquier lugar. "Hemos visto a clientes completar trabajos un 60% más rápido y reducir los costes operativos un 45%", señaló Niday. "Los resultados: mayor productividad, mayor rendimiento y mayores márgenes".
Tecnología para un campo complejo
Bonsai apunta hoy a cultivos especializados, un segmento donde la automatización todavía está poco desarrollada y la necesidad de soluciones concretas es más urgente. En estos casos, los costos de mano de obra son entre 30 y 50 veces más altos por hectárea que en los cultivos a campo abierto, ya que el trabajo exige destreza, manejo de diferentes tipos de cultivos y la capacidad de moverse sobre terrenos irregulares.
Aunque la empresa comenzó enfocándose en ciertos entornos de cultivo, su plataforma de autonomía fue diseñada para adaptarse y escalar en distintos contextos. Bonsai apunta a una agricultura de precisión real, que permita a los productores gestionar sus cultivos de forma rentable a nivel de planta, y no a gran escala como tradicionalmente se hace.
Al buscar una autonomía que funcione en el campo, Bonsai tuvo que resolver desafíos importantes, como lograr compatibilidad con maquinaria ya en uso y también con los equipos más modernos. El equipo necesitaba demostrar resultados de manera inmediata. "Lo logramos centrándonos en implementaciones reales y colaboraciones con fabricantes de equipos originales (OEM) para que los agricultores pudieran ver los resultados en sus campos, no solo en presentaciones", explicó Niday. "Y formar el equipo adecuado fue esencial. Hemos reunido a expertos en agricultura, robótica e IA que comparten la misma misión: brindar autonomía a los agricultores de forma práctica", precisó.
Una adquisición para acelerar el desarrollo
En julio de este año, Bonsai adquirió farm-ng, una empresa pionera en robótica eléctrica modular aplicada al agro. Su producto principal, el Amiga, fue diseñado para explotaciones pequeñas y medianas, centros de investigación y desarrolladores.
Para Tyler Niday, la decisión fue lógica por la sintonía entre ambas propuestas. "Bonsai siempre se ha centrado en la autonomía basada en la visión, mientras que farm-ng construyó robótica eléctrica modular diseñada con la autonomía en mente, ligera, personalizable y adaptable a cualquier entorno", explicó. "Juntos, esta combinación nos permite dotar de autonomía a tareas esenciales como la pulverización, el corte y el deshierbe, que representan una parte significativa de los costos en cultivos especializados y aún carecen de soluciones de automatización efectivas hoy en día", profundizó.
La incorporación del conocimiento en hardware de farm-ng le permitió a Bonsai acelerar los tiempos de desarrollo junto a sus socios fabricantes, facilitando la incorporación de autonomía basada en visión en las flotas de maquinaria. "Ya sea actualizando el equipo que ya poseen o eligiendo una máquina compatible con Bonsai, es una plataforma que crece con ellos con el tiempo", destacó Niday.
La respuesta de los productores fue ampliamente positiva. Gracias a los vehículos eléctricos modulares de farm-ng, ahora cuentan con máquinas de baja potencia que pueden adaptarse a tareas específicas, operando de forma eficiente y rentable en paralelo con sus equipos más grandes.
Una tecnología que cruza fronteras
Bonsai tiene su sede en San José y cuenta con granjas de prueba en Watsonville y Davis, en California. Esa cercanía con los productores les permite mantener un contacto directo con sus necesidades y ajustar sus soluciones sobre el terreno. Sus principales mercados hoy son la agricultura de cultivos especializados en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, donde ya implementaron sistemas autónomos en tareas de alto valor comercial como la pulverización, el corte y el deshierbe en huertos, viñedos y cultivos en bancales.
Hasta ahora, la empresa entregó más de 250 unidades Amiga a productores, investigadores y desarrolladores, y concretó más de 45 implementaciones comerciales junto a fabricantes como OMC y Flory.
Olam Orchards Australia se alió con Bonsai por una visión compartida: inteligencia artificial, innovación, sostenibilidad y cadenas de suministro resilientes. Esa coincidencia hizo que la colaboración se diera de manera natural. Aunque aún están en una etapa inicial, Brad Taggert, subdirector general de operaciones de huertos, señaló que trabajar con Bonsai les abrió nuevas perspectivas sobre cómo la IA y la autonomía pueden potenciar su negocio.
"La colaboración ha brindado a nuestros equipos mayor visibilidad sobre las oportunidades para optimizar procesos, mejorar la toma de decisiones y explorar enfoques más sostenibles en toda nuestra cadena de valor. Igualmente importante, reforzó nuestra cultura de innovación, ayudándonos a probar nuevos modelos y a aprender con rapidez. Esta colaboración busca sentar las bases para un crecimiento más inteligente y resiliente en el futuro", afirmó.
El impulso de los inversores
Bonsai Robotics despertó el interés de inversores como Acre Venture Partners, una firma de capital de riesgo enfocada en tecnología alimentaria y agrícola, que comparte el objetivo de Bonsai: llevar soluciones de inteligencia artificial aplicada al agro directamente al terreno.
Lucas Mann, socio director de Acre, destacó: "Bonsai está construyendo una empresa integral de autonomía todoterreno. Las máquinas habilitadas con su plataforma no solo funcionan en algunos de los entornos más exigentes del mundo, sino que están redefiniendo lo posible. Al integrarse a la perfección con las plataformas OEM, Bonsai está acelerando la adopción de la autonomía a gran escala. Lo que realmente los distingue es su equipo: una experiencia inigualable forjada en la agricultura, que ahora se extiende a sectores donde la autonomía robusta y fiable es un factor decisivo. El mercado está tomando nota, y Bonsai está preparada para liderar la próxima ola de automatización".
En el corto plazo, Bonsai apunta a integrar por completo su plataforma de autonomía con el sistema Amiga y hacerla totalmente gestionable desde su aplicación. También planea ampliar su uso a más tareas dentro de los cultivos especializados, donde la demanda de mano de obra y los costos de insumos son más altos, y luego avanzar hacia otros tipos de producción, como la agricultura extensiva.
"A largo plazo, nos estamos expandiendo más allá de la agricultura hacia industrias adyacentes, como la minería, la construcción y la defensa, que demandan soluciones robustas de autonomía todoterreno", adelantó Niday. "Nuestra misión es convertirnos en la plataforma de autonomía agrotecnológica de facto para cultivos, geografías e industrias", delizó.
*Con información de Forbes US.