A pesar de estar muy por debajo de los máximos alcanzados en 2021, el S&P 500 todavía tiene un valor relativamente alto en comparación con su propia historia y otros mercados internacionales.
Los inversores deberían considerar comprar bonos del Tesoro a corto plazo que podrían pagar generosamente si EE.UU. incumple su deuda o se enfrenta a una rebaja de calificación crediticia, según BlackRock.
Si bien los inversores pueden perdonar a las acciones por sus pérdidas, la caída de los bonos puede haberlos conmocionado. Este shock, sin embargo, puede haber sido más agudo para los tenedores de bonos de fondos mutuos en comparación con los inversores que tienen bonos individuales.
Si bien las soluciones ecológicas, como los vehículos eléctricos y la energía solar, alguna vez se consideraron marginales, ahora se han convertido en la corriente principal para abordar el cambio climático.
Un aburrido bono del gobierno de EE.UU. con calificación AAA proporcionó un rendimiento acumulativo de su dinero mucho mejor que el que han devuelto las acciones globales durante más de dos décadas.
La estrategia simple se conoce como reequilibrio. Muchos inversores institucionales, como los fondos de pensiones y las dotaciones, la utilizan sistemáticamente. Entre los inversores individuales, el reequilibrio es quizás la acción de inversión más descuidada.
Comprender las posibles ventajas y desventajas de ambos estilos de inversión, así como la importancia de tener una cartera diversificada, puede ayudarte a determinar si implementar un enfoque de inversión activo o pasivo, y cuándo hacerlo.
La Reserva Federal de Estados Unidos sube las tasas de interés para combatir la inflación. La pregunta clave es si podrá hacerlo sin llevar la economía a una recesión. Por qué títulos conviene apostar ahora.
Los nuevos fondos alternativos y las oportunidades de inversión directa de la actualidad están cada vez más disponibles para inversionistas individuales y oficinas familiares.
Todavía queda un largo camino por recorrer y hay mucho espacio para que aumenten los rendimientos reales, lo que no es un buen augurio para las valoraciones de las acciones.