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La carne uruguaya busca obtener 'pasaporte natural' para diferenciarse

Lucas Farías

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Ante la creciente demanda social de una producción de alimentos ambientalmente sustentable, Uruguay se aferra al carácter natural de su ganadería para diferenciarla en el mercado internacional.

01 Noviembre de 2022 18.56

Al promover el consumo de carne sintética, Bill Gates declaró en febrero de 2021 que la ganadería a gran escala “es un desastre climático, que provoca el calentamiento global y dejará más muertos que la pandemia del covid-19”.

En abril pasado, integrantes de la Fundación Bill y Melinda Gates llegaron a Uruguay a conocer el sistema de producción de la ganadería local y su reacción fue muy positiva.

Samuel Thevasagayam, integrante de la Fundación, declaró durante su visita a la estación experimental La Estanzuela, del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), que “Uruguay es un país hermoso, con excepcionales investigadores y productores. 

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Quedé muy impresionado con el sistema de producción animal en Uruguay y cómo son capaces de producir de forma sostenible, cuidando el ambiente, y al mismo tiempo tener un sistema económicamente viable y beneficioso para la gente”.

Los integrantes de la Fundación volvieron a su sede en Seattle, EE.UU., pensando en desarrollar colaboraciones, tomando a Uruguay como observatorio y ejemplo que inspire la producción ganadera en países africanos del Sub Sahara.

DEL PROBLEMA A LA SOLUCIÓN

El presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Conrado Ferber, lamentó que se haya señalado a la ganadería como responsable del cambio climático. Si bien reconoció que los rumiantes emiten metano, señaló que su ciclo es de 10 años –a diferencia del dióxido de carbono, que permanece por 1.000 años en la atmósfera– cuando vuelve a ser capturado por las pasturas. 

Destacó que la ganadería puede reducir esas emisiones implementando procesos más eficientes, utilizando pasturas más digestibles y seleccionando los individuos que menos gases emiten por kilo producido.

Ferber también subrayó que en los últimos años Uruguay triplicó su producción de carne sin aumentar su rodeo, y planteó que “ese es el camino, porque en pocos años seremos 9.000 millones de seres humanos en el planeta y se necesitarán más alimentos”.

Consideró que todo esto representa “una gran oportunidad para Uruguay”, que puede capitalizar midiendo emisiones y capturas de metano, con mucha seriedad, para sumar la sustentabilidad ambiental a la tradicional calidad, inocuidad

Al promover el consumo de carne sintética, Bill Gates declaró en febrero de 2021 que la ganadería a gran escala “es un desastre climático, que provoca el calentamiento global y dejará más muertos que la pandemia del covid-19”. y respeto por el bienestar animal de las carnes uruguayas. “INAC se planteó este objetivo en la primera línea de su plan estratégico y está trabajando en consecuencia”, indicó.

EL CAMINO CIENTÍFICO

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Para el ingeniero agrónomo Walter Baethgen, investigador científico senior de la Universidad de Columbia y vicepresidente del INIA, Uruguay tiene que “poner énfasis en diferenciar la forma de producción de su carne”.

La producción sobre campo natural es considerada una fortaleza de Uruguay en el actual contexto, al compararla con la de otros países. Además, a nivel local se siembran pasturas en rotación con los cultivos, donde también se desarrolla la ganadería.

Esas son grandes diferencias con otros países donde la ganadería se realiza en corrales, donde encierran terneros durante un año, alimentándolos a granos y tratándolos con antibióticos y hormonas.

“Uruguay tiene la suerte de tener clima, suelos, pasturas, leguminosas y gramíneas que permiten producir de forma eficiente cuando están bien manejadas, y de forma económicamente rentable”, valoró Baethgen.

Destacó que ambientalmente esto es “muy bueno”, porque se mantiene un ecosistema natural, con biodiversidad, con cientos de especies de pastos, de leguminosas, insectos y demás, “todo lo que los ecólogos quieren que exista”.

Baethgen admitió que, si se mide la huella de carbono, tal vez el balance sea positivo, porque es más lo que se emite de carbono equivalente, como CO², de lo que puede estar secuestrando. Pero enfatizó que el ambiente “no es solo carbono”, sino que también es biodiversidad, es mantener el ecosistema natural y el agua limpia, algo que es favorecido por las pasturas naturales que están a orillas de cañadas, ríos y arroyos.

En tal sentido, dijo que el de Uruguay “es un gran sistema de producción”, que lo diferencia, y que “tiene que explicar”. Otra fortaleza del país es que tiene el 100% de su ganado trazado y que prohíbe el uso de hormonas y antibióticos, temas que también preocupan a los consumidores de carne en el mundo.

MEDIR Y DEMOSTRAR

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El vicepresidente de INIA consideró que Uruguay debe medir los aspectos ambientales de su ganadería, para darles un sostén científico a sus argumentos, demostrando lo que pasa con el carbono, con la biodiversidad, el agua, el bienestar animal y la inocuidad, entre otros.

“Tenemos que medir para que sea científicamente incuestionable la sostenibilidad de lo que está haciendo Uruguay, contar con indicadores científicos, robustos. Que mañana venga un científico de cualquier parte del mundo y pueda verificarlo”, declaró.

Sobre las investigaciones de INIA en este sentido, señaló que en la parte de mejoramiento del campo natural hay varios estudios publicados y que muchos productores ya los han adoptado, llegando a producir 300 kilos de carne por hectárea al año sobre campo natural, un nivel de productividad muy superior al promedio. En los primeros días de agosto INIA publicó una guía para ayudar a quienes están tratando de medir la huella de carbono, con datos nacionales sobre la producción de las pasturas en las distintas regiones de Uruguay y qué digestibilidad tienen. “Esto es fundamental porque, cuanto más alta la digestibilidad de un animal, menos metano produce”, dijo Baethgen.

Por otra parte, destacó que se están realizando muchos trabajos de investigación que pretenden guiar al productor para que mida la captura de carbono en su predio.

CERTIFICACIONES CARBONO NEUTRAL

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En junio de 2021 la forestal Montes del Plata y el frigorífico de capitales japoneses BPU Meat firmaron un acuerdo con el objetivo de generar la primera certificación de carne carbono neutral del Uruguay, atendiendo la demanda de productos amigables con el ambiente.

El proyecto involucró a 200 productores ganaderos que pastorean su ganado en los predios de Montes del Plata, que podrán acceder a nuevos mercados a través de BPU Meat con el sello carne carbono neutral.

Por otra parte, la empresa uruguaya Mosaica SA logró el primer sello de carne Carbono Neutro del mundo, verificado por la certificadora internacional LSQA, exportando a Suiza su carne de la marca Sol Dorado, a fines de 2021.

El objetivo de la empresa fue darle un diferencial al producto, primero a través de las certificaciones Never Ever 3 (animales alimentados exclusivamente a pasto, libre de hormonas y antibióticos), Carne Angus y Bienestar Animal durante el 100% de la vida del animal.

Otro caso fue el de Minerva Foods, multinacional brasileña que en Uruguay es propietaria de los frigoríficos Pul, Carrasco y Canelones, que en mayo anunció su primera exportación de carne carbono neutro. A través de una certificadora multinacional independiente, la compañía logró un nuevo sello de CO² que da fe de la medición y la compensación de carbono a lo largo de la producción.

Paralelamente, Minerva Foods implementa un plan de reducción de emisiones en sus unidades productivas y en las haciendas proveedoras socias para mitigar de manera continua las emisiones originadas en el proceso productivo, las que deben ser compensadas, expresó la empresa en un comunicado.

MEDIR ASPECTOS AMBIENTALES AYUDA A DEMOSTRAR LO QUE PASA EN LA PRODUCCIÓN GANADERA CON EL CARBONO, LA BIODIVERSIDAD, EL AGUA Y EL BIENESTAR ANIMAL

“Este es un hito importante en el trabajo que estamos haciendo hacia el carbono neutro. Iniciamos la inclusión de este nuevo sello en las líneas producidas en Uruguay, como resultado de las mejores prácticas adoptadas por los ganaderos locales en el trabajo de reducción de emisiones de GEI. Uruguay es también un país estratégico para nuestra compañías con entrada en los principales mercados mundiales.

Además de demostrar otro avance en nuestras iniciativas de descarbonización, este lanzamiento ofrece al mercado global una opción de producto aún más sostenible”, destacó Gracie Selva, gerente de Sustentabilidad de Minerva Foods.

Con los resultados de la medición, Minerva Foods, a través de MyCarbon –su filial dedicada al desarrollo y comercialización de créditos de carbono–, compró bonos de carbono de acuerdo con el volumen necesario para compensar las emisiones generadas durante todo el proceso de producción del lote de carne bovina, considerando la producción en el campo, el transporte y la industria.

Otra compañía de la industria cárnica que realizó anuncios en este sentido fue Marfrig, que en Uruguay es propietaria de los frigoríficos Tacuarembó, San José, Colonia, La Caballada (Salto) y Fray Bentos.

En junio lanzó en Uruguay un programa de medición de la huella de carbono, que ya estaba siendo utilizado en Brasil, y está disponible para todos los productores ganaderos. Se trata de una aplicación donde se pueden cargar datos y apunta a optimizar los sistemas productivos, con la posibilidad de medir la huella ambiental y gestionar su impacto.

Empresas que no están en la producción pero sí se vinculan comercialmente con la ganadería también se suman a esta tendencia de dar respuesta a las demandas del mercado. Una de ellas es Plaza Rural, consorcio de rematadores que vende ganados por pantalla, que en abril de este año anunció que recorrerá el camino de la verificación carbono neutro.
 

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