La historia de OTRA Workshop, tienda de indumentaria uruguaya con locales en José Ignacio, Montevideo y EE.UU.
La travesía de Gustavo Rodríguez Olivera es la de un emprendedor que dejó una carrera corporativa global por una misión íntima y relacionada a su crianza.

Marcas de indumentaria con identidad uruguaya hay muchas, tantas como diseñadores y diseñadoras con sello propio. Sin embargo, no es tan frecuente encontrar emprendedores con una práctica y un discurso que, tanto en sus diseños como en sus modos de trabajar, crucen la cultura del rock anglosajón con las tradiciones del campo, que vean en la estampa del gaucho a un antecesor de los rockstar modernos. Gustavo Rodríguez Olivera, propietario de las tiendas Otra, construyó ese sello identificatorio.

Su historia se escucha sólida, coherente y pensada. Pero no fue previsible. Y menos si se toma en cuenta que, entre la apertura de su tienda en 2021 hasta ahora ha vivido un crecimiento en ventas estimado en un 400%

Fue todavía menos previsible si se entiende que su emprendimiento empezó en 2016 dentro de un espacio en su casa, cuando confeccionaba y vendía persona a persona, recorriendo Montevideo. Ese camino continuó hasta alcanzar logros como el del último año, con más de 600 prendas vendidas a distintos locales de Europa.

En sus dos locales de Ciudad Vieja y La Juanita, sus prendas pueden ir de los US$ 500 a los US$ 2500. Tienen diseños propios, de inspiración entre gauchesca y roquera y están hechas en base a materia prima completamente uruguaya. El primer paso de su expansión se dio recientemente con una puerta comercial en Virginia, Estados Unidos y aspira a continuarse con gestiones que tiene con Inglaterra para tener otro punto estable de ventas allí.

Expansión internacional

La trayectoria de la marca ha sido una progresión constante. Tras años en el garaje de su casa en Pocitos (cuando vendía en bicicleta y por encargos), el primer gran paso fue la apertura de "El Refugio Oriental" en La Juanita (José Ignacio) en 2021, un local que construyó con sus manos, las de sus hermanos y su padre. Esto le permitió validar la marca ante el público extranjero. Luego, un encuentro fortuito en Uruguay con John Pierce, sastre de los Rolling Stones, derivó en una pasantía en Londres y una gira por Europa que le abrió contactos y nuevas posibilidades de mercados.

Al volver a Uruguay, en 2023, inauguró la tienda y taller en Ciudad Vieja, un espacio en el que lo primero que se ve son las rejas de una antigua pulpería, colocadas sobre una mesa de trabajo que era de su padre. Entre toda la ropa de diseño, el espíritu rural se puede percibir en la atmósfera.

Diseñado para ofrecer una "experiencia bien inmersiva", en sus palabras (experiencia que tiene que ver con su propio discurso y la emoción con la que cuenta su historia) el cliente puede ver el backstage de la producción y validar el sello "Hecho en Uruguay". 

Finalmente, el proyecto dio el salto definitivo con la apertura de una incipiente filiar en Virginia, Estados Unidos, de la mano de su colaboradora Juliana Hill. Lo que tiene allí es un local que funciona como el que tuvo en sus primeros años, confeccionando para venta mano a mano y en ferias pop up, construyendo para expandirse. 

Con un equipo de ocho personas de diversas nacionalidades y clientes que son en su mayoría neoyorquinos y europeos, Gustavo aplica día a día su idea de que la nostalgia como lamento no sirve, sino que se debe combinar con creatividad y mucha fuerza de trabajo para resignificarse. 

Del trading al taller

Tras estudiar en la Udelar y formarse en el exterior con becas que lo llevaron a Oxford y China, Gustavo pasó casi ocho años en el sector corporativo y llegó a trabajar en comercio exterior de commodities en ANCAP. A pesar de lo bien remunerado que era su trabajo, sentía que le faltaba propósito. 

El click decisivo se dio en 2015, impulsado por una frustración personal que para cualquiera puede representar una anécdota mínima: al buscar un bolso de viaje duradero y representativo de Uruguay, notó un vacío. Esto le generó la idea de que podía encontrar una misión detrás de ese problema. "Llegó ess momento en mi vida que me pregunté: '¿Dónde están todas esas cosas que se hacían antes en Uruguay?'. Sentía la necesidad de contribuir en algo a mi patria, de reivindicar esa época dorada de prestigio de la que nos hablaban nuestros padres".

La idea de cómo resolver esa misión y llenar ese vacío que detectaba, se concretó al comprar un bolso vintage de lona y cuero en Londres. Inspirado por la canción "On The Road Again" (OTRA) de la banda Canned Heat, sintió que era el detonante para el cambio y en 2016 fundó la marca. Comenzó a trabajar de forma autodidacta y a puertas cerradas en el garage de su casa en Pocitos, una etapa de ocho años donde soñó con la independencia productiva. Pero, claro, su formación pasaba por el comercio internacional, no la confección de prendas. 

El oficio y el rescate de la historia

El modelo de negocio de OTRA Workshop se basa en la reivindicación de la industria nacional y en el diseño con memoria. Gustavo se propuso aprender el oficio, decidido a no permitir que en un eventual futuro se siguiera repitiendo el lamento por lo que antes se hacía en Uruguay y que se había discontinuado. Ante la falta de mentores, tuvo que hacerse "a los ponchazos", en sus palabras, hasta que conoció a Edison Fernández, un sastre que hoy tiene 74 años, quien se convirtió en su mentor y socio. "Edy es un verdadero bastión de una época pasada".

Antes de llegar a Edy, apeló a su ojo y al trabajo con talleres. También a la marca que le habían dejado sus padres que cuidaban mucho su indumentaria y, sobre todo, la típica. Ellos y en particular su padre le habían enseñado a apreciar los detalles, el cuidado por los pequeños aspectos que jerarquizaban la ropa tradicional del campo uruguayo.

Su trabajo hoy en día se distingue por el rescate de materiales icónicos nacionales que ya no se producen, una práctica que le da todo un sentido extra a su trabajo cotidiano. Entre sus tesoros, cuenta con rollos de paños de lana de la antigua fábrica Paylana y telas sanforizadas de calidad Alpargatas de los años 70 y hasta telas del London París. Con esos materiales y muchos otros ha ido elaborando distintas piezas que están en su tienda. 

"Acá no vendemos solo una pieza en sí, sino una pieza con una carga histórica de trasfondo. Producimos cosas en el 2025 con materiales que tienen 70 años y están en perfectas condiciones". Este enfoque, que combina la funcionalidad del diseño con la durabilidad de la manufactura uruguaya, le permitió crear piezas con un fuerte valor narrativo. 

Un ejemplo de su audacia fue la gestión de una chaqueta para Jack White (The White Stripes) en 2022, una prenda con los colores de la bandera uruguaya. Mediante una serie de conocidos en Estados Unidos, le hizo llegar la propuesta de darle indumentaria a Jack White para su arribo a Uruguay. Su proceder fue tan convincente, que logro que le encargaran la ropa. 

Antes del show en el Teatro de Verano en 2022 se presentó ante el músico y le entregó la ropa. Pero le agregó un detalle personal. En el paquete, incluyó una foto de su propio padre con ropas tradicionales del campo uruguayo y le explicó cómo intentaba respetar la historia en sus diseños modernos. En el reverso de la foto incluyó la letra de un tema de los White Stripes que se vinculaba con eso. Y así logró emocionarlo, a tal punto de que en ese show, el vestuario que usó fue el suyo.