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Dwayne Johnson, alias "La Roca", interpreta a Mark Kerr en La Máquina. Foto: Dif
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Qué ver: La máquina, cuando la vida ya no está en la pelea ni en el ring

Matías Castro

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La vida de un luchador de artes marciales mixtas durante tiempos de poca regulación se refleja de una manera atípica en esta película protagonizada por La Roca.

7 Noviembre de 2025 16.11

Siempre que un actor taquillero se sale de los personajes y tipos de películas con los que suele tener éxito, la crítica presta atención. Arnold Schwarzenegger tuvo algo de suerte cuando pasó de la acción a la comedia con Gemelos, y le fue bien, pero luego no tuvo suerte con otros cambios. La Roca (Dwayne Johnson), a quien Arnold le había pasado la antorcha del héroe de acción musculoso, dio su paso con La máquina, que se estrena en cines. 

Dwayne Johnson, alias "La Roca", interpreta a Mark Kerr en La Máquina. Foto: Difusión.
Dwayne Johnson, alias "La Roca", interpreta a Mark Kerr en La Máquina. Foto: Difusión.

En este caso, no se trata de comedia como en el primer ejemplo, sino de drama. Y de uno bastante particular. Una película que va casi a contrapelo de La Roca y de lo que cabría esperar sobre el tema del que trata, la lucha y las artes marciales mixtas.

Expectativas de sangre

El título original de esta película es algo más brutal que su versión en castellano, La máquina de aplastar. Se refiere al seudónimo del luchador Mark Kerr, quien fue estrella de la lucha libre y de las artes marciales mixtas en tiempos donde el abuso de drogas y los límites para los golpes tenían poca o nula regulación. 

Con ese título y antecedentes de películas sobre el tema como El luchador (de Darren Aronofsky) y Warrior (de Gavin O'Connor, con Tom Hardy), lo primero que se espera es violencia descarnada y drama visceral. A esto se le puede sumar las expectativas, positiva o negativa, que generan las artes marciales mixtas como espectáculo de violencia y ensañamiento contra el otro. 

Sin embargo, el director y guionista Benny Safdie elige ir por otro camino. 

Safdie, que ya había sacado con éxito a un actor de sus papeles estereotipados con Adam Sandler en Uncut gems, evita todo lo que se podría prever luego esos antecedentes. Si se esperan escenas de luchadores aporreando la cabeza de sus rivales contra el piso, ahogándolos hasta desmayarlos o imágenes de dientes partidos y público enfervorizado por las golpizas, esta no es la mejor elección. 

Se muestran escenas de combate sobre el ring, pero no se lo convierte en un espectáculo. Safdie parece haberse dado cuenta de que ya hay suficientes películas en las que la lucha física es en sí misma el show cinematográfico, historias en las que la pelea es la expresión del drama interno.

Con Rocky sobre el cuadrilátero como gran referente, cualquiera puede interpretar la pelea en el cine como una metáfora de las batallas cotidianas por hacer camino en la vida. El luchador (no la de Aronofsky, sino la de Ron Howard protagonizada por Russell Crowe, de 2005), explotaba eso con una historia real en una película que cosechó éxito entre crítica y público.

Dwayne Johnson, alias "La Roca", interpreta a Mark Kerr en La Máquina. Foto: Difusión.
Dwayne Johnson, alias "La Roca", interpreta a Mark Kerr en La Máquina. Foto: Difusión.

En ese sentido, conviene adaptarse y disfrutar el camino que proponen el director junto a La Roca.

La máquinaes una película muy íntima, plagada de escenas cotidianas de drama mínimo. Comienza con una entrevista previa a una pelea, en la que el protagonista habla con naturalidad sobre cómo explica su éxito en el combate. Hay un deportista consagrado, que no es glorificado. Es una escena prácticamente casual, filmada y editada de tal manera que transmite un aire de naturalidad y estabilidad distinta a lo que uno esperaría. La cámara juega a que está presente sin que los actores se den cuenta, más o menos como sucedía en Uncut gems.

La película, luego, transcurre en un tono más o menos parecido. Mark Kerr tiene discusiones con su novia, usa y abusa de las drogas, entrena, enfrenta problemas para competir o recibir pagos y recibe la ayuda de un amigo. Todo va contado en un tono que respeta al espectador, que evita ser estruendoso o melodramático y al mismo tiempo consigue atrapar con sus modos

Es el costado no espectacular de una vida de espectáculo. Por lo tanto, es un costado más crudo y que simula mejor parecerse a lo real.

De un luchador de artes marciales mixtas adicto a los calmantes y otras drogas, se podrían esperar exabruptos o violencia intrafamiliar. Sin embargo, Mark Kerr parece ser un tipo extremadamente amable y respetuoso, para nada violento; una personalidad a tono con la que proyecta La Roca y que se refuerza con unas imágenes del verdadero Mark Kerr, comprando en un supermercado, al final de la película. 

El tamaño que importa

La Roca dijo en una entrevista con ESPN que, a la hora de prepararse para este papel, se sometió a un entrenamiento totalmente distinto al habitual. Es un actor que suele mostrar cómo entrena en su casa, por lo que la rutina que hizo durante meses de entrenar artes marciales mixtas y ejercicios cardiovasculares llamó la atención. 

Claro que con entrenamiento solo no se construye una actuación. Robert De Niro y Christian Bale entrenaron mucho para sus papeles respectivos en Cabo de miedo y American Psycho, pero sus carismas eran lo que sostenía a sus personajes. La Roca dice haber subido más de 15 kilos para este papel, principalmente de músculos. No se nota, porque la manera de filmar de Benny Safdie no explota tanto eso, sino su cambio actoral. 

Dwayne Johnson, alias "La Roca", interpreta a Mark Kerr en La Máquina. Foto: Difusión.
Dwayne Johnson, alias "La Roca", interpreta a Mark Kerr en La Máquina. Foto: Difusión.

A diferencia de lo que sucede con su tamaño en Rápido y furioso, por ejemplo, en las que su tamaño muestra que es un rival para los demás, acá sus dimensiones físicas pesan más por oposición al personaje de su pareja, interpretada por Emily Blunt. Cuando discuten, el lugar común sería esperar que él fuera una amenaza para ella. Sin embargo, ni siquiera cuando su personaje está drogado funciona de ese modo, ya que ella le hace frente sin temor y tiene un diálogo de igual a igual. Eso habla sobre sus respectivos personajes más que cualquier discurso explícito. 

Benny Safdie dio en la tecla correcta a la hora de tratar esta historia de caídas, ascensos y caídas. De alguna manera, parece recordar que filmar para pantalla grande no es solo posible si se hacen grandes y sonoros espectáculos, sino que se trata de enredar al espectador en una historia creíble, sin golpes bajos, a la que la concentración de una sala de cine ayuda como si fuera su aliada. 

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