Streaming vs TV en Uruguay: el año en que un reality show venció al fútbol mundial y Argentina reconquistó las pantallas
Un análisis de las métricas de consumo audiovisual hogareño revela cómo la nostalgia, los eventos en vivo y la ficción rioplatense predominan un ecosistema donde la televisión todavía mantiene un lugar destacado.

La industria audiovisual atraviesa un proceso de transformaciones, pero en Uruguay (y en cierta medida en Latinoamérica), los datos de 2025 relevados por la empresa de medición multiplataforma Audiencias Latinoamérica (ALA), demuestran que las viejas costumbres siguen más vigentes de lo que parece. 

Para entender este fenómeno vale tomar en cuenta el contexto regional proporcionado por ALA y contrastarlo, de forma diferenciada, con los registros exactos de consumo extraídos de los informes oficiales de las plataformas uruguayas TCC Vivo y NS NOW (las dos que respondieron para esta nota de Forbes). 

Canales de YouTube que terminan por llenar estadios con sus shows (Fede Vigevani, Luzu, etc.). Series de streaming con impacto cultural perdurable como Stranger Things y El eternauta. Reality shows tan viejos como Gran Hermano. Todos fenómenos que conviven en tiempos de TikTok, en los que las horas audiovisuales producidas son inabarcables y generan un panorama que parece difícil de comprender. 

El Eternauta. Foto: Difusión.

Para este caso, una combinación de las fuentes citadas permite comprender un poco más de la realidad y de cómo se cruzan los consumos. La realidad pone en evidencia que la tecnología avanza, pero el contenido tradicional todavía es el rey absoluto.

La plataformización del vivo y el reinado de los superformatos

Si algo confirma el reporte anual de ALA para Uruguay es que el evento en vivo mantiene su hegemonía como aglutinador social, una tendencia que se replica en toda la región donde festivales y debates políticos suelen paralizar las agujas de audiencia. 

Sin embargo, el panorama actual revela una tendencia hacia la "plataformización" de la televisión lineal. Esto significa que, si bien el contenido es tradicional en su estructura, el vehículo de consumo es puramente digital. Plataformas como TCC Vivo y NS Now dan cuenta de esto mediante sus informes, sumado al hecho de que algunos grandes programas se complementan con sus propios programas de streaming. 

El usuario uruguayo transformó plataformas como YouTube o las aplicaciones de los canales en su nuevo cableoperador portátil para acceder a señales en vivo. El mejor ejemplo de este fenómeno híbrido se observa en el ranking de Deportes y Shows elaborado por ALA, donde la edición de Gran Hermano Argentina se coronó como el contenido más visto del año

Participantes de Gran Hermano 2025. Foto: Difusión.

La presencia de participantes fuertes uruguayos (ganador incluido), renovó el interés desde este lado del río y potenció el programa, a tal punto de que habrá versión nacional pero realizada en Argentina este año. 

Este liderazgo de este programa sobre eventos de magnitud global como el Mundial de Clubes FIFA 2025, la Copa Libertadores y la Champions League ratifica la vigencia de los "superformatos". Estas producciones gigantescas funcionan como aglutinadores digitales donde las audiencias se reúne en tiempo real, demostrando que la narrativa del reality show vecino opera con la misma urgencia que una final deportiva. 

En este contexto, el Río de la Plata se muestra como un mercado donde la televisión abierta sigue marcando el pulso de la conversación masiva (programas como Master Chef y La voz continúan marcando conversaciones). A su vez, a pesar de la invasión de competencias internacionales como la Liga Española, existe un bastión de resistencia local digno de análisis: el básquetbol uruguayo logró infiltrarse en el top 7 de los contenidos más vistos (en el ránking de TCC Now fue el tercer evento deportivo más visto con una pequeñísima diferencia ante el Mundial de Clubes, que estuvo segundo).

Esto demuestra que el nicho deportivo local conserva una fidelidad capaz de competir por el tiempo de pantalla contra presupuestos multimillonarios tanto deportivos como de ficción. Los motivos para mirar las dos propuestas son, por razones obvias, distintos. 

Ruido social vs. tiempo real: la ilusión del streaming

Es crucial distinguir en este análisis la diferencia que existe entre el "ruido social" y el verdadero tiempo de consumo. O bien se podría hablar del impacto cultural global de producciones como Stranger things y El eternauta, ante las mayores pero menos impactantes horas de visualización de Tv abierta. 

Stranger Things. Foto: Difusión.

En estas métricas ALA aporta algunos datos interesantes. A menudo se confunde el impacto cultural de tanques del streaming como los citados con una dominación del tiempo libre, pero los datos sugieren otra realidad. 

Aunque estas series generan una conversación masiva, portadas de medios y un impacto en la vida cotidiana que atraviesa fronteras (el ejemplo más gráfico es la frase “Lo viejo funciona”, de El eternauta), no logran superar en volumen de horas visualizadas a la que tuvo la televisión tradicional, que en la región sigue acaparando cerca del 80% del tiempo de consumo audiovisual

El espectador promedio continúa dedicando la inmensa mayoría de su día a noticieros, talk shows y deportes, dejando el VOD como un consumo que podría ser considerado "premium", reservado mayoritariamente para los fines de semana.

En publicaciones de redes sociales, ALA analizó diversos fenómenos a lo largo del año. Entre otros, habló del caso que denomina “Habemus Papam” (8 de mayo). La elección del papa fue un caso testigo del poder de la actualidad e inmediatez en un ecosistema mediático habitualmente fragmentado. En una era donde las audiencias suelen estar dispersas en nichos inconexos, la elección del nuevo pontífice actuó como un evento híbrido —una amalgama de historia, emoción y símbolo— capaz de romper la burbuja del algoritmo y sincronizar la atención global. 

León XIV. Foto: Difusión.

Este tipo de acontecimientos valida que, a pesar de la hiperoferta de entretenimiento, los rituales de peso histórico conservan la gravedad suficiente para detener el scroll infinito, obligando al usuario a buscar la conexión en tiempo real con una experiencia colectiva que trasciende la pantalla individual.

Esta sincronización masiva derivó en una "sustitución de consumo" inmediata, según su análisis. Los datos de ALA revelaron una migración repentina de la audiencia: mientras que los canales de streaming de estilo de vida y entretenimiento sufrieron caídas de hasta un 20% en sus métricas habituales en esa jornada de mayo, las señales de noticias y el canal oficial del Vaticano experimentaron picos de cientos de miles de visualizaciones. 

Entre la nostalgia de Disney y el espejo argentino

Cuando ese consumo de fin de semana ocurre y el espectador uruguayo decide qué ver en plataformas de streaming, su comportamiento en 2025 fue por lo seguro, como reflejo de lo que sucede en otros lados del mundo y lo que proponen las grandes productoras que dominan el mercado. 

El ranking de películas está dominado casi exclusivamente por remakes de franquicias familiares y secuelas, con títulos como las versiones de acción real de Lilo & Stitch, Mufasa: El rey león y Moana liderando las preferencias, seguidos por la acción de Superman y Ballerina (derivado con protagonista femenina de la exitosa franquicia John Wick). 

No hay espacio para la experimentación; la audiencia busca refugio en marcas conocidas y universos preestablecidos. Esta tendencia hacia lo seguro contrasta con la oferta inmensa de los catálogos digitales, sugiriendo que, ante la parálisis de la elección, el público parecería optar por lo que ya conoce.

Por otro lado, el consumo de series en Uruguay reafirma una dependencia cultural y afectiva con Argentina. Si bien fenómenos globales de Netflix como El juego del calamar (serie que terminó este año) y Merlina mantienen su tracción, la ficción rioplatense ocupa la mayor parte del interés. 

El juego del calamar 3. Foto: Difusión.

Producciones como En el barro, el spin-off de El Marginal, junto con la cada vez más polémica El Encargado y la admirada Envidiosa, demuestran que las grandes estrellas argentinas (con Francella a la cabeza) aún son percibidas como propias. 

A diferencia de otros mercados donde lo local lucha por sobrevivir al streaming global, en Uruguay las historias vecinas se consumen con avidez. De este modo se podría afirmar que la cercanía cultural oficia como un motor de consumo más potente que cualquier algoritmo. En definitiva, 2025 cierra como el año en que las pantallas uruguayas, lejos de fragmentarse, se unieron bajo la bandera de los grandes eventos y la ficción regional.