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Millonarios

Cómo este emprendedor convirtió un fracaso en Israel en la mejor inversión de su vida y terminó entrando al club de los multimillonarios

Monica Hunter-Hart

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Lo que empezó como una operación frustrada terminó convirtiéndose en su mayor acierto financiero. Una década después del fallido intento por quedarse con una aseguradora israelí, Jared Kushner cerró una jugada que le permitió multiplicar su inversión por nueve y lo catapultó a la elite global del capital privado.

6 Octubre de 2025 12.46

La mayor adquisición de capital privado de Ed Kushner hasta ahora es una empresa israelí que intentó comprar hace más de una década.

En 2014, Kushner tenía 33 años y era el director ejecutivo de Kushner Companies, la inmobiliaria neoyorquina que fundaron su padre y su abuelo. Mientras buscaba nuevas inversiones, puso la mira en Phoenix, una firma israelí de seguros y servicios financieros. Firmó un acuerdo preliminar para comprar el 47% de la compañía, una operación posible en parte por un préstamo del propio vendedor. Todo indicaba que el negocio avanzaba. Sin embargo, las trabas regulatorias se volvieron demasiado complejas y la oferta se cayó.

Diez años más tarde, tuvo una segunda oportunidad. A través de Affinity Partners —la firma de capital privado que fundó a principios de 2021— invirtió unos US$ 250 millones para comprar casi el 10% de Phoenix desde julio de 2024. Se trata de una de las mayores apuestas de Affinity hasta ahora y, según Kushner, también de su "mejor inversión". Con 44 años, el empresario asegura que ya obtuvo una rentabilidad superior a nueve veces lo invertido.

Gracias a apuestas como esta y a su capacidad para reunir fondos de inversores de alto perfil en Medio Oriente, Kushner es hoy multimillonario. Forbes calcula su fortuna en algo más de US$ 1.000 millones, frente a los al menos US$ 900 millones que tenía hace un año. Se suma así a la lista de multimillonarios junto a su hermano Josh —con un patrimonio de US$ 5.200 millones— y su suegro, el presidente Donald Trump, que cuenta con US$ 7.300 millones. A diferencia de Josh, cuya firma de capital riesgo se enfoca en inversiones tecnológicas, y de Trump, que hoy obtiene gran parte de sus ingresos con apuestas en criptomonedas, Kushner eligió seguir su propio camino.

Kushner dejó el negocio inmobiliario familiar en 2017 para sumarse a la Casa Blanca como asesor principal durante el primer mandato de Trump. Ese rol lo llevó a Medio Oriente, donde terminó participando en la negociación de los Acuerdos de Abraham, una serie de pactos de normalización entre Israel, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y otros países. En enero de 2021, el mismo mes en que Trump dejó la Casa Blanca, Kushner fundó Affinity Partners en Sunny Isles Beach, un suburbio de Miami. Desde entonces, recaudó US$ 4.600 millones, incluidos US$ 1.500 millones el año pasado de dos de sus primeros patrocinadores: el fondo soberano de Catar y Lunate, con sede en Abu Dabi, que forma parte del Royal Group del jeque Tahnoon, miembro de la realeza emiratí.

Kushner es dueño del 100% de Affinity, que según Forbes hoy vale US$ 215 millones, frente a los US$ 170 millones de octubre. Es su segundo activo más importante, después del 20% que conserva en Kushner Companies, la empresa familiar, valuado en US$ 560 millones (antes eran US$ 580 millones). Otra jugada acertada fue la compra de una casa en Indian Creek, la isla de Florida conocida como el "búnker de los multimillonarios", donde también tienen propiedades Jeff Bezos y el emir de Catar. En 2020, pagó US$ 32 millones por esa casa, que hoy comparte con su esposa Ivanka Trump y que ahora vale al menos US$ 105 millones, sin contar la hipoteca. Es decir, casi triplicó su valor. El resto de su patrimonio se reparte entre efectivo, obras de arte y otras inversiones personales. A diferencia de sus cuñados y del presidente, no parece tener criptomonedas.

Aunque su cartera es muy amplia, hoy está completamente enfocado en Affinity. El capital privado representa un terreno nuevo para Kushner, cuya trayectoria previa estuvo ligada sobre todo al negocio inmobiliario. Quizás con prudencia, empezó con cautela: invirtió menos de US$ 500 millones hasta 2023. Pero ahora está acelerando fuerte. Hasta abril, Affinity había invertido públicamente más de US$ 2.000 millones, y se espera que solo este año destine al menos US$ 1.000 millones más. La firma administra US$ 4.800 millones en activos, según su última declaración financiera, presentada en marzo. Actualmente tiene unas 25 inversiones, entre ellas 22 empresas que forman parte de su portafolio, distribuidas en al menos ocho países, en sectores tan diversos como tecnología del fitness o alquiler de autos.

"Al principio, buscábamos posicionarnos en el sector", dijo Kushner a Forbes. "Pero ahora nos hemos consolidado como un socio de referencia", agregó.

Lo millones de Jared
Lo millones de Jared.

Entre sus inversiones más recientes, Affinity compró el 8% del banco digital británico OakNorth, aunque no se dio a conocer el monto de la operación, que se concretó en agosto. La firma también está participando del auge de la inteligencia artificial. Hace poco respaldó a Universal AI, una empresa de infraestructura de IA que recaudó US$ 10 millones de una lista de inversores de alto perfil, entre ellos el exCEO de Google, Eric Schmidt, y el reconocido inversor israelí Elad Gil. Y el miércoles, Kushner y Gil presentaron Brain Co., una nueva startup de IA con sede en San Francisco, que ya consiguió US$ 30 millones de Affinity, Gil y otros nombres importantes, como Brian Armstrong (Coinbase), Reid Hoffman (LinkedIn) y Patrick Collison (Stripe).

La mayoría de los inversores de Affinity llegaron por los contactos que Kushner construyó durante su paso por la Casa Blanca. Aunque se retiró formalmente de la política para el segundo mandato de Trump, sigue asesorando en algunos temas a la distancia y todavía aparece en público con el presidente, como ocurrió a principios de septiembre en el Abierto de Tenis de Estados Unidos. Los patrocinadores de Affinity pagan cerca de US$ 60 millones al año en honorarios.

El rendimiento de la cartera de la firma se va a medir, en gran parte, en el largo plazo. Mientras que el ciclo de vida habitual de un fondo de capital privado ronda los 10 años, el primero de Affinity se extenderá a 13. Aun así, ya se ven algunos resultados concretos. Uno de los más claros es QXO, una distribuidora de productos de construcción creada por Brad Jacobs, quien ya fundó ocho empresas valoradas en más de US$ 1.000 millones. Entre julio de 2024 y abril de este año, Affinity invirtió US$ 350 millones en QXO y, desde su primera inversión, obtuvo una ganancia del 98%.

Revolut, el banco digital con sede en Londres fundado por Nik Storonsky y Vlad Yatsenko, también aparece con buen potencial. Affinity invirtió en agosto de 2024, cuando la compañía estaba valuada en US$ 45.000 millones. Según trascendió, Revolut lanzó una venta secundaria de acciones que eleva su valoración a US$ 75.000 millones, lo que implicaría una rentabilidad del 67% en poco más de un año. Otra de las primeras compañías respaldadas por Kushner, Dubizzle Group —una plataforma de clasificados con base en Dubái—, analiza salir a la bolsa.

Y está también Phoenix, una de las primeras aseguradoras israelíes en avanzar hacia el crédito privado y la gestión de activos. Kushner volvió a pensar en la empresa en 2022, antes del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, que sacudió a la región. En ese momento, creía que el mercado bursátil subestimaba el valor de la compañía porque cotizaba como una aseguradora tradicional (que suelen valorarse por su patrimonio neto) y no como una firma generadora de comisiones, que cotizan según sus ganancias.

Affinity hizo su primera inversión en Phoenix en julio de 2024. "En aquel momento, la mayoría tenía miedo de invertir en Israel debido a la incertidumbre de la guerra", cuenta Kushner. "Vimos a Phoenix como un activo fundamental incomprendido y dijimos: 'Apostemos fuerte por Israel'", agrega.

Phoenix administra unos US$ 170.000 millones en activos. Kushner la describe como "el JPMorgan de Israel". Desde entonces, el mercado empezó a ver lo mismo que él. El precio de las acciones casi se triplicó, pero gracias al apalancamiento, Kushner multiplicó aún más su rentabilidad: hoy, su capital vale más de nueve veces lo que invirtió al principio.

Kushner no tiene un rol formal en Phoenix, pero mantiene lo que él mismo llama "un diálogo muy activo con la empresa". Se reúne con el equipo cada pocas semanas —más seguido que otros patrocinadores de Phoenix— para hablar sobre novedades, tendencias del mercado e ideas para vincularse con inversores y gestores de activos.

"Es una minoría, pero una minoría importante", bromea el CEO, Eyal Ben Simon. Su número dos, David Alexander, agrega: "Tenemos mucha experiencia con fondos de capital privado globales de primer nivel. Kushner armó un gran equipo y capacidades excelentes, por lo que la interacción se siente como la de un fondo de capital privado líder, con una visión profunda y buenas preguntas".

No todas las apuestas de Kushner salieron bien. Mosaic, una entidad crediticia con sede en California dedicada a financiar proyectos solares residenciales y respaldada por Affinity en 2022, se declaró en quiebra en junio. Y su desarrollo de lujo de US$ 500 millones en el antiguo cuartel general del ejército yugoslavo, en Belgrado —la capital de Serbia— también enfrentó un revés en mayo. El proyecto, que incluye un hotel de la marca Trump y tres torres de lujo, lo desarrolla junto al multimillonario inmobiliario Mohamed Alabbar, con sede en Dubái. El sitio había sido bombardeado por la OTAN en 1999 y sus ruinas fueron declaradas patrimonio cultural. Pero la fiscalía local reveló que un funcionario del área falsificó un documento clave que permitió al gobierno levantar esa protección patrimonial.

"Podríamos tener un hotel hermoso que genere empleos y pague impuestos, en lugar de un edificio bombardeado que es un espantajo", dice Kushner, confiado en que el proyecto va a seguir adelante. "Aún tenemos un diseño hermoso y seguimos planificando y trabajando para hacerlo realidad", indica.

Hacia adelante, Affinity continúa en la búsqueda de nuevas oportunidades. Por ejemplo, Kushner todavía planea invertir en una empresa mexicana de infraestructura cuyo nombre no trascendió. La operación se retrasó por los aranceles impuestos por Trump. Según explican desde su entorno, él presiona para que la empresa compre más equipos fabricados en Estados Unidos antes de cerrar el compromiso.

Tras casi cinco años al frente de Affinity, Kushner todavía es un actor menor dentro del mundo del capital privado. Aunque logró algunos buenos resultados, todavía es temprano para evaluar con claridad el desempeño de la firma, en un sector donde la rentabilidad se mide en ciclos de una década. Sin embargo, eso no frenó a los inversores con grandes fortunas de Medio Oriente, que siguen apostando por sus fondos. Si la tendencia se mantiene, su historial podría pesar menos que su capacidad para atraer dinero.

 

Nota publicada por Forbes US

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