Cómo los gigantes tecnológicos están impulsando sus operaciones con energía nuclear y renovable
La creciente adopción de estas fuentes de energía por parte de las empresas tecnológicas es una señal de que la industria se enfrenta a un escrutinio cada vez mayor sobre su uso de la energía.

En un movimiento digno de mención, Amazon Web Services (AWS) adquirió recientemente el campus del centro de datos de 960 MW de Talen Energy en Pensilvania, que se abastece de energía de la vecina central nuclear de Susquehanna, de 2,5 GW. 

El acuerdo de 650 millones de dólares no es sólo una inversión significativa para AWS, sino también un claro indicador de una tendencia más amplia en la industria tecnológica: las empresas recurren cada vez más a fuentes de energía nuclear y renovable para alimentar las operaciones de sus centros de datos.

AWS no está sola. Microsoft también dio un paso hacia la energía nuclear, firmando un acuerdo el año pasado con Helion Energy, una empresa privada estadounidense de fusión nuclear. Se espera que Helion suministre electricidad a Microsoft al cabo de unos cinco años, lo que supone el primer acuerdo de compra de electricidad de este tipo para la energía de fusión. 

 

Aunque está por verse si Helion será capaz de cumplir su ambiciosa promesa de suministrar energía de fusión fiable en cinco años, el mero hecho de que una empresa tan reputada como Microsoft estuviera dispuesta a firmar el acuerdo da motivos para ser optimistas.

La tendencia a analizar fuentes de energía de vanguardia para alimentar sus operaciones se extiende más allá de estos dos gigantes tecnológicos. Las empresas de minería de criptomonedas, a menudo criticadas por su elevado consumo energético, también están haciendo progresos en la obtención de electricidad a partir de fuentes nucleares y renovables.

Por ejemplo, Aspen Creek, una empresa de minería de criptomonedas, tiene como principio básico el uso de electricidad renovable, como la solar y la eólica, para alimentar sus operaciones mineras. Del mismo modo, Blockfusion y U.S. Bitcoin Corp son dos empresas que estrenaron instalaciones en las cataratas del Niágara para aprovechar la abundante energía hidroeléctrica de la región. 

 

La cripto minería también está desempeñando un papel en la reducción de las emisiones derivadas de la producción de petróleo. Al situarse cerca de los yacimientos petrolíferos, las empresas mineras pueden apoyar tecnologías que capturan y utilizan el gas natural que, de otro modo, se quemaría o expulsaría, reduciendo así los residuos.

Las empresas de minería de criptomonedas también están dando un impulso a la energía nuclear. TeraWulf, una empresa minera, estrenó en 2023 la primera instalación minera de criptomonedas de EE.UU. alimentada totalmente por energía nuclear. 

 

Además, Oklo, una startup energética que planea construir pequeños reactores nucleares avanzados, firmó un acuerdo de 20 años con la empresa minera Compass Mining.

La creciente adopción de fuentes de energía nuclear y renovable por parte de las empresas tecnológicas es una señal de que la industria se enfrenta a un escrutinio cada vez mayor sobre su uso de la energía. 

La Administración de Información Energética de EE.UU. retiró recientemente una encuesta sobre el uso de electricidad de las empresas de cripto minería debido a que la agencia no siguió los procedimientos bien establecidos de recopilación de datos. El incidente resalta la presión a la que se enfrentan la minería de criptomonedas y otras empresas tecnológicas por parte de los gobiernos, así como del público.

 

Sin embargo, es importante reconocer que la industria tecnológica no se queda de brazos cruzados. A medida que aumenta la concienciación sobre su consumo energético, las empresas buscan soluciones de forma proactiva y forman asociaciones con los proveedores de energía.

 Esta tendencia demuestra que la industria es perfectamente capaz de adaptarse y responder a las preocupaciones del público, con frecuencia antes de que el gobierno tenga tiempo de intervenir para hacer algo.

La lección que cabe extraer de estos acontecimientos es que el sector privado está con frecuencia mejor equipado para identificar y abordar los desafíos dentro de su propia industria. Ante las críticas por su consumo energético, las empresas tecnológicas respondieron analizando e invirtiendo en fuentes de energía de bajas emisiones. 

 

Mientras que los gobiernos podrían intentar reducir de forma contundente su consumo de energía en general -por ejemplo, a través de impuestos sobre la electricidad-, al orientarse hacia fuentes de bajas emisiones, estas empresas pueden aumentar su uso de energía con el tiempo según lo demande la tecnología, sin preocuparse por el bagaje asociado al medio ambiente.

Este enfoque no sólo beneficia a las empresas desde el punto de vista de las relaciones públicas, sino que tiene la ventaja añadida de abordar las preocupaciones medioambientales sin dejar de innovar.

A medida que el centro de atención se desplaza hacia otras tecnologías que consumen mucha energía, como la inteligencia artificial, es importante tener presente esta historia. Es probable que la IA, con su creciente protagonismo y sus enormes necesidades computacionales, se enfrente a un escrutinio similar sobre su consumo energético. 

 

El enfoque adoptado en los espacios de la minería y la computación en nube puede servir de modelo para las empresas de IA. Al anticiparse por adelantado a las posibles preocupaciones y buscar activamente asociaciones con los proveedores de energía, las empresas de IA pueden demostrar su compromiso con el uso responsable de la energía.

Dicho esto, las campañas de presión para hacer que las empresas tecnológicas se sientan culpables de su uso de la energía pueden ser fácilmente contraproducentes. Si estos acuerdos suben el costo de la energía porque las empresas buscan fuentes de energía más arriesgadas o menos fiables por el deseo de no ser puestas en la picota en la plaza pública, los consumidores podrían salir perdiendo.

Aún así, los recientes acuerdos entre las empresas tecnológicas y los proveedores de energía nuclear y renovable son un testimonio del compromiso de la industria para abordar las preocupaciones públicas sobre su consumo energético. Estas empresas no sólo están asegurando sus propios intereses desde la perspectiva de sus cuentas de resultados, sino que están allanando el camino para un futuro más abundante en energía al convertirse en socios y clientes fiables para las fuentes de energía del mañana.

Nota publicada en Forbes US.