Aunque cueste, hay procesos que no se pueden apurar. Saber leer el ritmo propio de los equipos y aguantar la espera puede marcar la diferencia entre forzar resultados o permitir que algo valioso crezca con fuerza real.
La idea de un empresario exitoso está asociada a la figura de alguien que toma decisiones difíciles sin dudar. ¿Qué papel tienen las emociones en la construcción de esa clase de liderazgo?