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María Corina Machado: la Nobel de la Paz que le ganó a Trump y sacude la política en Latinoamérica

Juan Romero

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La líder opositora venezolana recibe el máximo galardón internacional por su lucha incansable a favor de los derechos democráticos, en medio de su clandestinidad y bajo la persecución del régimen de Maduro.

10 Octubre de 2025 09.15

La opositora venezolana María Corina Machado, de 58 años y con tres décadas de trayectoria política, ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025 por el Comité Noruego, que destacó su "incansable trabajo promoviendo los derechos democráticos para el pueblo de Venezuela" y su esfuerzo por una transición "justa y pacífica" hacia la democracia. 

La noticia llega mientras la propia Machado permanece en la clandestinidad desde agosto de 2024, tras la represión desatada por Nicolás Maduro luego de unos comicios presidenciales marcados por denuncias de fraude y militarización de las calles.

El anuncio lo realizó el presidente del Comité Nobel, Jorgen Watne Frydnes, quien subrayó que "como líder del movimiento democrático en Venezuela, María Corina Machado es uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en América Latina en los últimos tiempos". El reconocimiento, señaló, premia también su capacidad de unir a una oposición históricamente dividida bajo la consigna de exigir elecciones libres y un gobierno representativo.

Machado reaccionó con emoción. "Estoy en shock... no me puedo creer esto", dijo en una llamada telefónica a Edmundo González Urrutia, el candidato opositor que respaldó en las presidenciales de 2024 y que hoy vive exiliado en España. Ambos ya habían recibido el Premio Sájarov 2024 del Parlamento Europeo por la libertad de conciencia.

Del triunfo opositor a la clandestinidad

El ascenso de Machado como figura unificadora se cristalizó en octubre de 2023, cuando arrasó en las primarias opositoras con un 92,5% de los votos, un hito que proyectó su candidatura presidencial. Sin embargo, la inhabilitación impuesta por la Contraloría obligó a su coalición, la Plataforma Unitaria Democrática, a designar a González Urrutia como aspirante. 

Tras la proclamación sin pruebas de Maduro como vencedor y la difusión por parte de la oposición de actas que mostraban otra realidad, se desencadenó una ola de protestas. La respuesta del aparato chavista fue la represión y la apertura de una investigación penal contra Machado, acusándola de promover sanciones estadounidenses contra Caracas.

La líder opositora rompió su silencio en enero pasado al participar en las protestas contra la investidura de Maduro. "Decidí dedicar mi vida a la libertad de Venezuela. Si bien esto es durísimo, también me ha permitido estar absolutamente concentrada en nuestro trabajo. Estamos listos", afirmó desde su lugar de refugio.

Un Comité Nobel bajo presión

El Nobel de la Paz es otorgado desde 1901 por el Comité Noruego, compuesto por cinco miembros designados por el Parlamento de Noruega y elegidos por períodos de seis años. El presidente actual, Jorgen Watne Frydnes, dirige el organismo desde 2021 y ha reiterado que las decisiones del comité se toman de forma independiente, pese a las campañas de presión, como la ejercida este año por el presidente estadounidense Donald Trump, que esperaba ganar el galardón alegando haber "resuelto ocho guerras" en el mundo.

El resto del comité lo integran Asle Toje (vicepresidente), Anne Enger, Kristin Clemet y Gry Larsen, todos con trayectorias en política, derechos humanos y organizaciones internacionales. Ninguno reveló sus preferencias antes del fallo, y el proceso permaneció, como es tradición, bajo absoluto secreto. 

Según Frydnes, las discusiones internas son intensas, pero se busca siempre una decisión consensuada que honre el propósito original del premio: fomentar la hermandad entre naciones, reducir los ejércitos permanentes y promover congresos de paz.

Impacto y reacciones

Para Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch, este galardón puede "revitalizar los esfuerzos internacionales para promover una transición pacífica hacia la democracia en Venezuela". Agregó que "los gobiernos extranjeros deben apoyar a los venezolanos en su lucha por una democracia que respete los derechos humanos".

En un país marcado por crisis humanitaria y represión sistemática, el Nobel de la Paz a María Corina Machado no solo es un reconocimiento personal, sino un golpe simbólico al régimen de Maduro y una voz amplificada para la causa democrática venezolana. Como ella misma lo expresó: "Es duro, durísimo... pero estamos listos". Esta vez, el mundo entero la está escuchando.

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