En el marco de una industria que mueve más de tres billones de dólares anuales y reúne a más de tres mil millones de jugadores en todo el mundo, Sebastien Borget, co-fundador de The Sandbox -junto a Arthur Madrid- y referente mundial en gaming con blockchain, destaca que el mercado "sigue creciendo, pero en 2024 los ingresos se estabilizaron por primera vez, afectados por la crisis y la inflación".
Borget observa cómo Arabia Saudita y fondos soberanos del Medio Oriente buscan que el valor generado por los juegos regrese a la región, con adquisiciones multimillonarias en estudios como Electronic Arts. Sin embargo, advierte: "la innovación no tiene fronteras. Aunque el dinero se mueva, el liderazgo creativo y técnico sigue siendo global".
Indie Games, Fragmentación y Web3: ¿Dónde está el valor?
Mientras el segmento de juegos indie explota en plataformas como Steam y multiplica nuevos desarrolladores, Borget insiste en que el gaming descentralizado y Web3 "nunca fue tan grande en usuarios y activos, aunque el mercado está más fragmentado que nunca".
El fenómeno, lejos de ser una moda pasajera, representa cambios estructurales que podrían transformar la propiedad digital y la gestión de activos para los jugadores. "Hoy son los usuarios quienes deciden cómo y dónde invertir sus recursos virtuales, ampliando su aprendizaje financiero desde la infancia", señala.
Latinoamérica: Talento en modo de expansión
Consultado sobre los países de la región, Borget reconoce un "potencial creativo notable, sobre todo en equipos pequeños y desarrolladores independientes que se concentran en juegos móviles y propuestas originales para consolas". Empresas como Globant funcionan como proveedores para los grandes estudios internacionales, aunque todavía no producen IP propias de alto impacto.
"Lo que falta es escala, pero el ecosistema de la región está listo para crecer si la economía se estabiliza y la infraestructura mejora". Borget coincide con críticas históricas sobre conectividad y servicios, pero resalta las inversiones en 5G y la posibilidad de saltos tecnológicos que transforman el consumo y la creación local en gaming.
El desafío educativo: aprender jugando y programando
Uno de los ejes centrales de la entrevista es la educación digital y el rol de los videojuegos en el aprendizaje. Borget sostiene que "el sistema actual está pensando para el siglo XIX, y no se prepara para trabajos del siglo XXI y XXII donde la inteligencia artificial, las habilidades técnicas y la lógica digital son fundamentales".
Propone sumar programación desde la infancia y utilizar los videojuegos como laboratorio de práctica: "en la escuela tradicional sólo se escucha y observa; en juegos se decide, se resuelve, se maximiza recursos y se aprende aplicando".
Desde el juego blockchain, la adquisición y manejo de activos digitales permite a los jóvenes experimentar conceptos financieros y desarrollar criterios ante inversiones y ahorro. "No se trata sólo de especulación: es cultura de decisión y responsabilidad, algo que el juego puede enseñar mejor que muchas materias tradicionales".
El futuro: infraestructura, comunidad y propiedad intelectual
El cierre de la conversación reafirma que el futuro del juego en Argentina dependerá de la calidad de infraestructura y de una comunidad capaz de crear y sostener proyectos propios. "La clave no está sólo en copiar modelos globales", advierte Borget.
"Es necesario crear propiedad intelectual local y adaptarse a la realidad argentina, para que el talento tenga impacto internacional". El entrevistado deja abierta la invitación: "El gaming puede ser el motor de una economía de conocimiento si gobierno, empresas y educación convergen en una visión de futuro".
