Ubicados en dos paisajes distintos —uno sobre una pequeña colina en la costa oeste de Cerdeña y el otro a orillas del Lago di Como—, Bosa y Nesso son dos pueblos italianos pintorescos que figuran entre los primeros puestos de la lista de Mejores joyas ocultas elaborada por European Best Destinations.
Mientras los destinos más conocidos de Europa se preparan para otra temporada de turismo masivo, la nueva lista propone una forma de viajar más pausada y con más identidad, con alternativas vírgenes lejos de los recorridos habituales y de las complicaciones del turismo tradicional. "Con pueblos pintorescos, hermosos pueblos en la montaña, balnearios y aldeas medievales entre viñedos y lagos, Europa abunda en destinos 'secretos' para quienes buscan estar lejos de las multitudes", dice European Best Destinations (EBD).
Aunque las ciudades más emblemáticas de Europa reciben a millones de visitantes cada año, la verdadera magia del continente suele estar lejos de las multitudes. Enclavados entre montañas, a lo largo de costas poco transitadas o en valles intactos por el paso del tiempo, estos destinos ofrecen algo difícil de encontrar: autenticidad.
La nueva clasificación invita a recorrer desde las calles de colores pastel de Bosa, en Cerdeña, hasta las aguas termales naturales de Saturnia, en la Toscana; desde la belleza intacta de Halki, una isla griega sin autos donde la vida sigue el ritmo del mar, hasta los callejones rosados de Albarracín, en España.
La lista de European Best Destinations, elaborada a partir de las votaciones de más de un millón de viajeros de 172 países, propone descubrir lugares menos conocidos de Europa y vivir experiencias distintas a las del turismo tradicional. Llegar a algunos de estos destinos no siempre resulta tan sencillo como ir a París, por ejemplo. Pero justamente esa distancia fue lo que los mantuvo preservados: auténticos, intactos y listos para ser explorados.
1. Bosa, Cerdeña, Italia
Famosa por sus casas coloridas y el castillo medieval de Malaspina, Bosa se ubica en una pequeña colina a unos 3 kilómetros tierra adentro, sobre la margen norte del río Temo, en la costa oeste de Cerdeña.
"Paseá por el centro histórico, explorá el castillo y relajate en la cercana playa de Bosa Marina", recomienda European Best Destinations.
- Comida local: Probá platos típicos de la isla como el porceddu (cochinillo asado) y las seadas (pasteles rellenos de queso con miel). Y no te vayas sin brindar con una copa de Malvasia di Bosa, el vino de la zona.
- Cómo llegar: Podés volar al aeropuerto de Alghero-Fertilia. Desde ahí, Bosa queda a unos 55 kilómetros, lo que representa aproximadamente una hora de viaje en auto por las rutas SP49 y SP105.
2. Nesso, Lago de Como, Italia
El pintoresco pueblo de Nesso, sobre el Lago di Como, se caracteriza por estar literalmente dividido por un desfiladero y una cascada natural: el Orrido di Nesso.
Ubicado en la rama occidental del lago, conserva un encanto auténtico y callejuelas empedradas con historia. Desde el antiguo puente romano Ponte della Civera, se obtienen vistas que valen la pena.
- Comida local: Probá las especialidades con pescado del lago, como los missoltini (sábalo secado al sol) y el risotto al pesce persico (risotto con perca).
- Cómo llegar: Podés volar al aeropuerto de Milán Malpensa. Desde ahí, Nesso queda a unos 75 kilómetros y se llega en aproximadamente una hora y media en auto por las rutas A9 y SP583.
3. Isla de Corvo, Azores, Portugal
La soledad volcánica de la Isla de Corvo, la más chica de las Azores, invita a la tranquilidad y a la introspección.
Este archipiélago del Atlántico medio, que forma parte de una región autónoma de Portugal, está compuesto por nueve islas principales y un grupo de islotes, entre ellos Corvo.
Las islas se destacan por sus paisajes imponentes, pueblos de pescadores, pastos verdes y cercos de hortensias azules.
Corvo se destaca por el imponente Caldeirão, un gran cráter volcánico con lagos e islotes en su interior. El único pueblo de la isla, Vila do Corvo, permite asomarse a la vida tradicional azoriana.
- Comida local: Probá el caldo de peixe (sopa de pescado) y los biscoitos de orelha, unas galletas típicas de la región.
- Cómo llegar: Podés volar al aeropuerto João Paulo II, en Ponta Delgada, isla de São Miguel. Desde ahí, hay vuelos regionales al aeropuerto de Corvo. La isla es pequeña, y la mayoría de sus atractivos se recorre a pie o en transporte público.
4. Albarracín, España
Considerado uno de los pueblos más lindos de España, Albarracín se ubica en las colinas del centro-este del país, sobre una curva del río Guadalaviar.
Sus murallas medievales imponen presencia sobre la ladera vecina. En lo alto del casco antiguo, se levantan las ruinas de un alcázar —un castillo de origen árabe—.
La Catedral del Salvador, del siglo XVI, tiene un campanario erigido sobre los restos de un templo románico, rodeado de callejones angostos y sinuosos, casas de tonos rosados y los vestigios de las antiguas murallas.
- Comida local: Probá el ternasco (cordero asado) y las migas, pan rallado frito con chorizo y ajo.
- Cómo llegar: Volá al aeropuerto de Madrid-Barajas (MAD). Desde allí, Albarracín queda a unos 280 kilómetros y se llega en unas tres horas por las autovías A-2 y A-23.
5. Blagaj, en Buna, Bosnia-Herzegovina
Blagaj es un pueblo con historia y patrimonio protegido en Bosnia y Herzegovina, ubicado en el sureste de la cuenca de Mostar, dentro del cantón de Herzegovina-Neretva.
Allí se encuentra uno de los "lugares secretos mejor guardados de Europa": el Blagaj Tekija, un monasterio derviche del siglo XVI que fue construido al borde de un manantial turquesa del río Buna.
Su entorno sereno es ideal para contemplar y para sacar fotos.
- Comida local: Probá los ćevapi (carne picada a la parrilla) y el burek, un pastel relleno de carne.
- Cómo llegar: Volá al Aeropuerto Internacional de Sarajevo. Desde allí, Blagaj queda a unos 130 kilómetros y se llega en aproximadamente dos horas por la autopista M17.
6. Rupit, Cataluña, España
Rupit es un pueblo medieval encantador en Cataluña, que conserva la esencia de la Europa antigua con sus calles empedradas, casas de piedra y un puente colgante de madera que cruza el río Rupit.
Podés visitar la Iglesia de Sant Miquel, construida en el siglo XII, y caminar hasta la cercana cascada Salt de Sallent para apreciar una vista imponente del paisaje.
- Comida local: Probá platos típicos catalanes como la escudella (guiso de carne y verduras) y la butifarra, una salchicha tradicional.
- Cómo llegar: Volá al aeropuerto de Barcelona-El Prat. Desde allí, Rupit está a unos 90 minutos en auto.
7. Halki, Grecia
Halki es una isla chica, montañosa y con aire rústico, ubicada en el archipiélago del Dodecaneso, a solo 6 kilómetros al oeste de Rodas. Se distingue por sus aguas transparentes y su arquitectura neoclásica.
Sus playas solitarias, como Kania y Potamos, invitan al descanso, aunque varias solo se alcanzan a pie. Los ferries desde Rodas y El Pireo arriban al puerto de Nimborio, un rincón pintoresco con tabernas frente al mar, bares al aire libre y villas de lujo para pasar unos días.
Los senderos atraviesan capillas blancas como la Iglesia de Agios Nikolaos, con su campanario imponente, el Castillo de los Caballeros de San Juan y el pueblo abandonado de Chorio.
- Comida local: Probá mariscos frescos como el pulpo a la parrilla y la astakomakaronada (langosta con pasta).
- Cómo llegar: Volá al Aeropuerto Internacional de Rodas. Desde ahí, tomá un ferry desde el puerto de Kamiros Skala hasta Halki. El viaje dura cerca de una hora.
8. Tenby, Gales, Reino Unido
Tenby es una ciudad portuaria de postal en el suroeste de Gales, conocida por sus murallas medievales del siglo XIII, casas de colores pastel, playas amplias y el sendero costero de Pembrokeshire.
Entre sus tramos de arena, destaca Castle Beach, que ofrece vistas al puerto y las ruinas del castillo de Tenby, ubicado en un promontorio.
Podés visitar la Casa del Comerciante Tudor y tomar un barco hacia la isla Caldey, famosa por su monasterio.
- Comida local: Probá platos típicos de Gales como el cawl (estofado de cordero) y el bara brith, un pan dulce con frutas secas.
- Cómo llegar: Volá al aeropuerto de Cardiff. Desde ahí, Tenby queda a unos 150 kilómetros y se llega en aproximadamente dos horas en auto por las rutas M4 y A48.
9. Saturnia, Italia
Saturnia es una ciudad balneario en la región de Toscana, al centro-norte de Italia, considerada una de las joyas ocultas del país. Tiene historia antigua y se mantiene habitada desde tiempos remotos.
Es famosa por sus aguas termales naturales, en especial la Cascada del Mulino, donde el agua caliente cae sobre terrazas de piedra caliza, formando pozas naturales al aire libre.
Durante la visita, vale la pena recorrer el centro medieval de la ciudad y explorar los sitios arqueológicos de los alrededores.
- Comida local: Probá platos típicos de Toscana como los pici (una pasta gruesa hecha a mano) y la acquacotta, una sopa de verduras sencilla y sabrosa.
- Cómo llegar: Volá al aeropuerto de Roma Fiumicino. Desde ahí, Saturnia queda a unos 150 kilómetros y se llega en aproximadamente dos horas en auto por las rutas A12 y SS1.
10. Vik, Islandia
Vik es un pueblo pequeño en la costa sur de Islandia, conocido por sus playas de arena negra, en especial Reynisfjara, y los impresionantes farallones de Reynisdrangar que emergen del mar.
"Vik nos recuerda que, a veces, el fin del mundo es el comienzo de algo extraordinario", dice European Best Destinations. En lo alto de una colina se alza la iglesia de Vik Myrdal, y cerca está el promontorio de Dyrhólaey, desde donde se aprecian vistas abiertas del océano y los acantilados.
- Comida local: Probá platos islandeses como el plokkfiskur (estofado de pescado) y el skyr, un lácteo similar al yogur pero más espeso.
- Cómo llegar: Volá al Aeropuerto Internacional de Keflavík. Desde ahí, Vik queda a unos 180 kilómetros y se llega en unas dos horas y media por la Ruta 1.
*Con información de Forbes US.