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El papel de Broadcom pegó un salto tras aliarse con Alphabet para fabricar chips diseñados a medida. Los analistas creen que, si sostiene su posición en inteligencia artificial y consolida los ingresos por software, su precio podría seguir trepando a pesar de la volatilidad.

25 Noviembre de 2025 11.04

Las acciones de Broadcom (NASDAQ: AVGO) subieron 11% el 24 de noviembre, impulsadas por el entusiasmo generado por su colaboración con el chip de inteligencia artificial de Google y por el lanzamiento del nuevo modelo Gemini 3 de Alphabet. El valor del papel ya se duplicó en el último año y hoy cotiza cerca de los US$ 380. Ante este escenario, la pregunta resulta inevitable: ¿qué haría falta para que volviera a duplicarse?

Broadcom hoy registra ingresos por unos US$ 60.000 millones, con un margen neto ajustado superior al 50% y un margen neto GAAP del 32%. Esto significa que, por cada nuevo dólar que entra, la compañía genera cerca de 50 centavos de ganancia. Un dato impactante que alimenta el crecimiento acelerado de sus beneficios.

Si los ingresos llegan a los US$ 120.000 millones en 2028 —impulsados principalmente por los chips de inteligencia artificial y las suscripciones a VMware—, es razonable esperar que el BPA ajustado suba desde los US$ 6,29 actuales a más de US$ 12. Esta casi duplicación de las ganancias sería la base del crecimiento.

Ahora bien, el aumento de las ganancias no se traduce automáticamente en un alza equivalente en el precio de la acción. ¿Qué pasa entonces con la valuación?

En este momento, la acción cotiza a más de 60 veces sus ganancias acumuladas, un múltiplo elevado que refleja el lugar estratégico que ocupa Broadcom. Si ese múltiplo se mantiene, un BPA de US$ 12 llevaría el precio de la acción a US$ 720. ¿Y si la narrativa en torno a la inteligencia artificial toma todavía más fuerza? Ese múltiplo podría ampliarse y elevar aún más el valor de la acción.

¿Qué podría realmente impulsar ese crecimiento en los ingresos?

El catalizador Gemini 3 resulta interesante, pero la pregunta es si se trata de un verdadero punto de inflexión. Más que nada, funciona como una señal de validación. El buen desempeño de Google con Gemini 3 sugiere que los modelos de inteligencia artificial ya salieron del laboratorio y se están aplicando a gran escala. A medida que Alphabet incorpora IA avanzada en búsquedas, servicios en la nube y productos para el consumidor, necesita una capacidad enorme para procesar inferencias. Ahí es donde los chips TPU personalizados de Broadcom tienen un rol central.

Y este es el punto clave: la inferencia pasó a ser el verdadero motor del crecimiento. El entrenamiento de los modelos fue la primera etapa y requiere una potencia informática gigantesca. Pero la inferencia —la ejecución constante de esos modelos miles de millones de veces por día, con usuarios reales— es donde se concentra la demanda sostenida a largo plazo. Broadcom lidera esta fase gracias a sus soluciones de silicio y redes personalizadas, diseñadas para procesar tareas de inferencia a gran escala con bajo consumo.

¿Qué tan grande puede ser esta oportunidad en inferencia?

Broadcom ya tiene confirmados cuatro clientes de hiperescala, entre ellos Google y Meta, para el desarrollo de chips de inteligencia artificial personalizados. A medida que estas empresas expanden sus servicios vinculados a la IA, van a necesitar generaciones sucesivas de chips más veloces y eficientes. Las barreras técnicas son altas: diseñar aceleradores a medida requiere años de trabajo conjunto en ingeniería y una integración profunda. Una vez que esa relación se consolida, resulta muy difícil que otro proveedor reemplace a Broadcom.

 

Broadcom
Broadcom ya tiene confirmados cuatro clientes de hiperescala, entre ellos Google y Meta, para el desarrollo de chips de inteligencia artificial personalizados. 

 

Las últimas actualizaciones de los analistas no se basan en un solo dato. Reflejan el reconocimiento de que Broadcom ocupa una posición estratégica: los hiperescaladores necesitan silicio personalizado para diferenciar sus plataformas de inteligencia artificial, y Broadcom es una de las pocas compañías capaces de entregar resultados a gran escala.

Más allá de los chips de IA: la ventaja en redes

¿Los chips son solo una parte del negocio? En realidad, acá es donde el posicionamiento de Broadcom se vuelve especialmente atractivo. Armar un clúster de inteligencia artificial no depende únicamente de los procesadores; también requiere redes de altísima velocidad para conectar miles de aceleradores. Los conmutadores Tomahawk Ultra de Broadcom permiten enlazar hasta 1.024 aceleradores en un solo rack, superando ampliamente a la competencia. Estos chips de red forman parte de la infraestructura crítica y ya se están fabricando en grandes volúmenes.

A medida que los hiperescaladores avanzan con clústeres cada vez más grandes —algunos superan las 100.000 GPU—, la infraestructura de red cobra aún más importancia. La ventaja de Broadcom en fotónica de silicio coempaquetada —una tecnología que mejora la velocidad y la eficiencia en la transferencia de datos— le asegura una posición competitiva sólida en un mercado que no deja de crecer.

El comodín de VMware

VMware parece quedar al margen en la discusión sobre inteligencia artificial. ¿Realmente tiene relevancia?

Sí, y es clave dentro de la hipótesis de duplicación, porque representa un segundo motor de crecimiento independiente, con características propias. Mientras que la IA promete un crecimiento acelerado pero más concentrado, VMware aporta ingresos estables, recurrentes y con márgenes muy altos.

La integración avanza según lo previsto. Dentro del segmento de software de infraestructura, VMware creció 17% interanual y alcanzó los US$ 6.800 millones en el tercer trimestre. Broadcom ya está migrando con éxito a sus clientes hacia modelos de suscripción. No se trata solo de sumar ingresos, sino de transformar licencias perpetuas en ingresos anuales recurrentes, más predecibles y con costos adicionales muy bajos. El flujo de caja que generará VMware será significativo y sostenido, lo que permitirá financiar tanto la reinversión en investigación y desarrollo en inteligencia artificial como la rentabilidad para los accionistas.

¿Cómo contribuye esto a duplicar el valor de las acciones?

Reduce el riesgo de toda la historia. Si la demanda de chips de inteligencia artificial fuera el único factor detrás del crecimiento de Broadcom, cualquier enfriamiento del sector afectaría de forma directa a sus acciones. Pero el flujo de caja constante que genera VMware le da un respaldo sólido. Esa estabilidad le permite a Broadcom atravesar los vaivenes del mercado de semiconductores sin comprometer sus finanzas. La combinación entre el crecimiento acelerado de la IA y la previsibilidad del negocio de software es, justamente, lo que sostiene un múltiplo elevado y estable.

Los riesgos que no se pueden ignorar

¿Qué podría desviar esta trayectoria?

Hay tres factores que justifican cierta cautela:

  • Primero, la concentración de clientes. Los ingresos de Broadcom vinculados a inteligencia artificial dependen de un puñado de hiperescaladores. Si alguno de ellos reduce su nivel de inversión o decide avanzar con diseños de chips propios, las cifras podrían verse seriamente afectadas. Aunque estas asociaciones son sólidas, también están muy concentradas.
  • Segundo, la competencia no se queda quieta. Marvell compite con fuerza en el segmento de silicio personalizado —ver: "Acciones de Marvell: ¿Ganador olvidado en IA?"— y NVIDIA tampoco está inmóvil. Además, todos los hiperescaladores están destinando recursos a equipos propios de diseño de chips. Las ventajas de Broadcom son importantes, pero no imposibles de superar. Cualquier señal de pérdida de participación de mercado o presión sobre precios impactaría en las ganancias y en el múltiplo de valuación.
  • Tercero, esta acción tiende a la volatilidad. Broadcom sufrió caídas de hasta 50% durante correcciones amplias del mercado. En la crisis del COVID-19 y en la ola de ventas por inflación de 2022, cayó más que el S&P 500. Si se produjera una recesión o una pausa en el gasto tecnológico, Broadcom probablemente sentiría el impacto con fuerza.

Por eso, invertir en una sola acción sin un análisis profundo puede implicar riesgos considerables. Una alternativa a considerar es la Cartera Trefis Reinforced Value (RV), que logró superar a su índice de referencia compuesto por acciones de alta capitalización —una combinación de los índices S&P 500, S&P Midcap y Russell 2000—, generando una rentabilidad destacada para sus inversores. ¿La clave? La cartera RV incluye una selección reequilibrada cada trimestre de acciones de gran, mediana y baja capitalización, lo que permite aprovechar las condiciones favorables del mercado y, al mismo tiempo, reducir las pérdidas cuando los mercados caen. Esto se refleja en sus métricas de rendimiento.

Entonces, ¿es posible duplicar?

¿Cuál es el escenario más realista?

Si Broadcom logra ejecutar bien su estrategia en inteligencia artificial —sumando más clientes, aumentando la producción del Tomahawk Ultra y conservando su liderazgo en inferencia— mientras consolida los ingresos recurrentes de VMware, el objetivo de superar los US$ 700 en los próximos años parece alcanzable. El reciente impulso que generó Gemini 3 muestra que el mercado sigue de cerca estos catalizadores.

Los números cierran: una duplicación de las ganancias con un múltiplo sostenido de 60 veces podría llevar la acción hasta ese nivel. Y si la inversión en infraestructura de inteligencia artificial se acelera más de lo previsto, o si los márgenes de VMware mejoran con mayor rapidez, la acción podría incluso superar los US$ 800.

¿Vale la pena el riesgo?

Para quienes invierten con una mirada a tres años y están dispuestos a tolerar caídas de entre 30% y 50%, Broadcom representa una oportunidad concreta para duplicar su inversión. La compañía se encuentra en el cruce de dos movimientos clave: la infraestructura de inteligencia artificial y las suscripciones de software en la nube. Su ejecución y rentabilidad hasta ahora fueron destacadas.

Pero también implica invertir en volatilidad, no solo en crecimiento. No se trata de una acción que suba de forma pareja, sino de una apuesta de alta beta ligada al ciclo de inversión en inteligencia artificial. Si ese ciclo se desacelera o si algún cliente clave cambia de estrategia, el golpe podría ser fuerte. La verdadera pregunta no es si Broadcom puede duplicar su valor, sino si vos estás preparado para atravesar la turbulencia que ese camino puede implicar.

 

*Con información de Forbes US.

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