El viernes pasado, el público pudo conocer las estrategias de inversión de algunos de los analistas más destacados de Wall Street. La mayoría de los gestores de fondos de cobertura y profesionales presentó ante la SEC sus informes 13F correspondientes al tercer trimestre. Desde entonces, los expertos discuten si los inversores más hábiles están adoptando una postura optimista o pesimista. Como suele ocurrir, muchos analistas no logran captar lo esencial, incluso cuando lo tienen frente a sus ojos: deberían observar el método.
La verdadera lección va a contramano de lo que se suele creer. Mientras el sector financiero promueve la diversificación para el resto de los inversores, quienes se ganaron un lugar en la historia de Wall Street toman decisiones con una selectividad extrema y una fuerte convicción.
Los mejores del mercado no son los que siguen los datos macroeconómicos, sino los que eligen acciones.

Berkshire Hathaway, la firma de Warren Buffett, es el mejor ejemplo de esa lógica. Su enorme cartera, valuada en US$ 267.000 millones, está cuidadosamente concentrada. Solo la posición en Apple representa más del 20% del total, incluso después de una reducción importante en los últimos años. Durante el tercer trimestre, Berkshire también invirtió US$ 4.300 millones en Alphabet. A la vez, mantuvo posiciones clave en compañías como American Express, Coca-Cola, Bank of America y Chevron.
La oficina de inversión familiar de Stanley Druckenmiller, Duquesne, reordenó su cartera con una estrategia de alta convicción. Incorporó participaciones significativas en gigantes tecnológicos como Amazon, Meta Platforms y Alphabet, además de GE Vernova, fabricante de turbinas de gas. También triplicó su posición en Bank of America y destinó capital a mercados emergentes. Para financiar estas nuevas apuestas, Druckenmiller se desprendió de sus acciones de Microsoft, Eli Lilly y Philip Morris.

La cartera de 45 acciones de Appaloosa Management, la firma de David Tepper, incorporó una inversión destacada en Whirlpool, que pasó a ser la principal posición del fondo. También aumentó su exposición a Advanced Micro Devices. De hecho, las diez principales participaciones concentran más del 57% del total. Como parte de una estrategia activa de rebalanceo, Tepper redujo sus posiciones en Broadcom, Amazon y Meta Platforms.

Por su parte, Pershing Square, la firma de Bill Ackman, administra US$ 14.600 millones distribuidos entre solo once compañías. Un impresionante 70% del valor de la cartera se concentra en las cinco principales inversiones, entre las que figuran Uber Technologies, Brookfield, Howard Hughes Holdings y Alphabet. Ackman no realizó compras ni ventas relevantes durante el trimestre.

Omega Advisors, la firma de Leon Cooperman, aumentó de forma significativa su participación en Sunoco durante el tercer trimestre. Redireccionó su cartera hacia los sectores energético y financiero, y salió de Microsoft y Las Vegas Sands. Esta oficina de gestión patrimonial familiar, que administra un patrimonio de US$ 3.200 millones, tiene una cartera compuesta por 41 acciones de menor capitalización, entre las que se destacan Mr. Cooper, MP Materials, Amrize AG y Miron Technologies.

Estos gigantes de las finanzas comparten una estrategia clara y agresiva: concentran su capital en sus mejores ideas. No responden a las fluctuaciones del mercado, confían en sus propias convicciones. Su cartera debería hacer lo mismo.
Tu objetivo no debería ser tener todas las acciones ni imitar el rendimiento del mercado. Lo ideal es invertir en un grupo reducido de empresas de alta calidad que conozcas en profundidad, como las once de Ackman o las 41 de Cooperman. No sigas el ruido de los medios financieros: enfocate en armar una cartera sólida, basada en convicciones y pensada para el largo plazo.
Con información de Forbes US.