Pesquerías Belnova es un consorcio conformado por cinco empresas a nivel global. Con una trayectoria de 50 años, se dedica a la captura y procesamiento de merluza, brótola, pota y rubio. Hace cuatro años decidió poner la mira en Uruguay al adquirir los activos de la española Pescanova y así pasar a ser la principal empresa pesquera del país.
En diálogo con Forbes Uruguay, Albano González, CEO de Belnova, habló sobre cómo fue ese desembarco y los desafíos que enfrenta un sector rezagado, aunque con potencial.
Invertir para ganar
La adquisición de Pescanova se dio tras un concurso con otras tres empresas del sector. "Era una empresa (Pescanova) que estaba muy endeudada, tenía mucha pérdida y era muy difícil dar la vuelta. Nosotros conseguimos hacerlo con una inversión muy grande", dice el ejecutivo español, que todos los días viaja desde Punta del Este a su oficina en Montevideo cuando no está viajando por otros países.
Es que además de operar en aguas territoriales uruguayas e internacionales de América del Sur, Belnova tiene empresas asociadas que pescan en España, Canadá y en las Islas Malvinas con una flota de casi 40 barcos. El primer gran desembolso que hizo Belnova en Uruguay fue llevar al barco Río Solís II a un astillero español, lo que demandó una inversión de unos US$ 11 millones.
"Eso fue en los primeros tres meses. Sabíamos que si no invertíamos no podíamos obtener los retornos que esperábamos", recuerda. Además, se encontró con que la embarcación Río Solís III era un "barco muy grande" que no producía lo que debía. Por eso fue que el año pasado se decidió adquirir un barco noruego en las Islas Feroes, Río Solís IV, que costó US$ 4.300 millones y al que se le invirtieron otros US$ 11 millones en equipamiento.
"Entre otras inversiones que realizamos en aparejos y demás, creo que fuimos la empresa pesquera que más invirtió en Uruguay", dice González.
Aguas turbulentas
El CEO de Belnova dice que la empresa está "conforme" con los resultados, pero asegura que las cosas en Uruguay se "podrían hacer muchísimo mejor". Uno de los grandes escollos que enfrenta la industria pesquera uruguaya es el frente sindical.
"Aquí los sindicatos son terribles. Al mínimo problema, un sindicato para la empresa. No hay protección o amparo de ningún tipo, que es lo más preocupante", advierte el ejecutivo.
Puso como ejemplo que llegó a tener inconvenientes por el tipo o marca de galleta que la empresa lleva cada vez que zarpa un barco del puerto. Una de las grandes diferencias que se encontró Belnova respecto a otros países como España, por ejemplo, es que los costos laborales deben afrontarse por todo el año y no solo durante los siete meses que suelen durar las zafras de capturas.
En España, la remuneración tiene un componente variable atado a la captura. "En la pesca no hay pescado del 1º de enero al 31 de diciembre", explica. "Aquí tenés que pagar sueldos por cinco meses sin poder pescar y esto te mata en materia de costos", añade. Un marinero de Belnova obtiene una remuneración de media mensual de US$ 4.500.
"Antes de que llegáramos nosotros, un marinero ganaba entre US$ 1.500 y US$1.600", asegura. La principal empresa pesquera uruguaya logró duplicar el año pasado el volumen de pesca.
Anteriormente, Pescanova producía unas 4.800 toneladas anuales, mientras que, tras el primer año, Belnova ya elevó ese volumen a 10.500 toneladas anuales, lo que posibilitó duplicar las exportaciones. El 90% de la captura es de merluza, mientras que el restante 20% se distribuye entre pota (una variedad similar al calamar) y rubio. La merluza se vende en el mercado internacional hoy entre US$ 1,7 y US$1,80 por kilo.
En Uruguay, la plantilla laboral se lleva alrededor del 60% de ese precio versus el 18% "del impacto que tiene el personal en los barcos españoles".
Otra de las barreras "inesperadas" que surgió para la pesca en Uruguay fue que, en la visión del CEO, "el gobierno vendió la pesca a los petroleros". Este escenario se desprende de los contratos para la exploración de hidrocarburos en la plataforma marítima que Ancap firmó con distintas empresas en el último tiempo. Las prospecciones sísmicas "son incompatibles" con la pesca comercial en las aguas territoriales.
González considera que lo ideal sería llegar a un consenso con las autoridades para que esos trabajos de exploración se hagan por fuera de la zafra de captura. A pesar de las turbulencias, González asegura que la empresa "no está de paso" y que no tiene como objetivo venderla a un fondo de inversión, por ejemplo. "Queremos tener una trayectoria y seguir creciendo en el país", sostiene.
Ponerse a tiro
A juicio de González, la pesca en Uruguay ha quedado "tan rezagada" como sector, que Argentina está "sacando ventaja" porque tiene a actores públicos bastante más involucrados. De hecho, el CEO de Belnova dijo que el año pasado ambos países tenían una cuota común de pesca (TAC) de 70.000 toneladas, que Argentina redujo a casi la mitad (35.000 toneladas).
El ejecutivo ya mantuvo reuniones con las nuevas autoridades del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Si bien dice que "hay predisposición" para atender algunos de los reclamos, denunció que existe un "gran desconocimiento" sobre su funcionamiento.
"Es muy difícil ayudar a un sector si no tenés ni idea", graficó. En ese sentido, señaló que le planteó a las autoridades contratar a un asesor externo calificado y ver las experiencias de otros países para lograr salir a flote.
Fotos: Leonardo Mainé
*Este artículo fue publicado originalmente en la edición impresa de Forbes Uruguay N° 17 de Abril de 2025. Para suscribirte y recibirla bimestralmente en tu casa, clic acá.