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“Conservar monte es conservar agua”: crónica de una jornada en Florida junto a Coca-Cola Uruguay y Coca-Cola FEMSA

22 Diciembre de 2025 10.31

Mathías Buela

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Con el objetivo de reforzar los esfuerzos de conservación y protección de los recursos naturales, se firmó un convenio en el marco de una jornada que incluyó recorridas por predios donde el financiamiento y la asistencia técnica ya muestran resultados.

Firmas de convenios, recorridas de campo y una plantación simbólica fueron algunos de los hitos que marcaron la agenda de una agitada jornada en Florida, organizada por Coca-Cola Uruguay, Coca-Cola FEMSA, la Fundación INDRA y la intendencia departamental. En el centro estuvo la renovación de un acuerdo que, con financiamiento de ambas empresas, busca ampliar la conservación de monte nativo y la protección de cuencas estratégicas en la cuenca del río Santa Lucía.

Para Coca-Cola Uruguay y su socio embotellador Coca-Cola FEMSA, el proyecto se inscribe en una estrategia global donde el agua, su principal insumo, es una de las tres prioridades ambientales de su estrategia de sostenibilidad, junto con envases y acción por el clima. Desde hace más de una década la embotelladora desarrolla metas específicas para preservar el recurso hídrico, tanto en sus operaciones como en alianzas territoriales.

La Fundación INDRA (Instituto del Río Negro), por su parte, enmarca este proyecto dentro de una trayectoria más amplia de trabajo territorial. Desde su creación impulsa, junto a aliados públicos y privados, iniciativas vinculadas al cambio climático, la conservación del bosque nativo y las pasturas naturales, la protección de cuencas y nacientes de agua y el acceso al agua potable en comunidades rurales y vulnerables. 

Con una misión centrada en generar valor social, ambiental y económico a través de la conservación y la gobernanza territorial, INDRA quiere ser una institución de referencia en gestión sostenible, respaldada por un equipo interdisciplinario.

El compromiso asumido

“Conservar monte es conservar agua”. Así resumió el espíritu del convenio Aler Donadío, presidente de INDRA, en el marco del acto oficial que se realizó en la sede de la Intendencia. Según explicó, cuando el bosque está protegido, la lluvia queda retenida por ramas y raíces, infiltra lentamente y se acumula en el suelo. En terrenos desnudos, en cambio, el agua escurre, erosiona y se pierde.

Firma de convenio entre Coca Cola Uruguay, Coca Cola FEMSA y la Intendencia de Florida. Foto: Nicolás Garrido.
Firma de convenio entre Coca Cola Uruguay, Coca Cola FEMSA y la Intendencia de Florida. Foto: Nicolás Garrido.

Por esto, el convenio es amplio y tiene en cuenta diversos ejes. Por un lado, formaliza la asistencia técnica, monitoreo y coordinación logística para extraer especies invasoras y, por el otro, busca reponer plantaciones y mejorar pasturas cuando sea necesario. Tiene vigencia de 12 meses y prevé reuniones bimensuales para evaluar avances. 

“Hoy celebramos el nuevo capítulo de un proyecto que une voluntades en torno a un propósito común: cuidar el agua, proteger nuestros ecosistemas y asegurar la disponibilidad de este recurso tan vital para las generaciones futuras”, dijo por su parte Silvina Bianco, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Argentina y Uruguay. “Como compañía que tiene al agua como su principal insumo, somos conscientes de la importancia de la preservación de este recurso natural y esencial para la vida y el planeta”, agregó.

Jornada de plantación en monte nativo. Foto: Nicolás Garrido.
Jornada de plantación en monte nativo. Foto: Nicolás Garrido.

Para Lucía Ottati, gerente de Legales y Asuntos Corporativos de Coca-Cola FEMSA Uruguay, este tipo de proyectos reflejan lo que se puede lograr cuando distintos actores se unen por un propósito común. “Los resultados pueden ir mucho más allá de lo que cada uno podría lograr por separado. Cada acción que emprendemos en conjunto crea el futuro que queremos construir”, consideró.

Del acto también participó Carlos Enciso, jefe departamental, quien valoró la continuidad del proyecto más allá de cambios de administración y subrayó su potencial para integrar conservación, producción y usos recreativos en la cuenca del Santa Lucía.

Del papel a la práctica

De la protocolar instancia en la Intendencia y del espacio formal, la jornada mutó a terreno. Donadío insistió en que la conservación exige gobernanza territorial: “Si sacás el ganado del monte, tenés que ofrecer pasturas mejores en otro lado; la solución es integral”. La experiencia en Rivera, relató, mostró que al proteger el monte y restringir el ingreso de animales, el bosque se recupera y aumenta su área (entre un 18% y un 20% en una década), con efectos positivos sobre la infiltración y la retención hídrica.

Así, la visita a campo permitió ver soluciones concretas. En Mendoza Chico, el productor Pablo Puime recibió al equipo en un tambo rodeado por 60 hectáreas de monte. Puime contó que trabaja el predio desde 2010 y que logró pasar de pasturas de corta duración a praderas implantadas de siete u ocho años sin agroquímicos; además, su suelo aumentó la materia orgánica del 1%, 2% a casi el 4%, lo que favorece la captura de carbono y la productividad.

En la zona conocida como La Macana la visita fue a Fernando Hernández, productor que conserva 25 hectáreas de monte nativo y participa del convenio desde hace tres años. Hernández explicó que su incentivo en 2025 fue mejorar el sistema de bebederos: instaló un depósito aéreo de 4.000 litros que se alimenta desde un pozo y distribuye agua a bebederos dispersos por el campo para evitar que el ganado baje a la ribera y deteriore el monte. 

Productores en Florida. Foto: Nicolás Garrido.
Productores en Florida. Foto: Nicolás Garrido.

Los técnicos de INDRA aplican pruebas como el doble anillado para medir infiltración y disponer de datos que respalden la intervención. Según Donadío, en suelos donde el monte se cerró durante años, la cantidad de agua acumulada en el perfil se multiplicó de manera relevante; en contextos secos, esa reserva fue fundamental para enfrentar la sequía que sufrió el país en 2023.

Lo que dejó la jornada

Más allá de las cifras y los indicadores, la instancia expuso la dimensión social del proceso. Donadío recordó que en muchas familias la tala fue una práctica tradicional y una fuente de ingreso, por lo que la respuesta basada únicamente en sanciones no resulta efectiva. La apuesta es a la educación ambiental, incentivos económicos y soluciones técnicas que mantengan tanto la actividad productiva como la protección del bosque.

La firma del convenio, la presencia de Coca-Cola Uruguay y Coca-Cola FEMSA como financiadores y las intervenciones en los predios le dan un enfoque más pragmático al problema, mediante la adaptación de medidas a las necesidades de cada productor. Desde bombas para biodigestores hasta tanques, alambrado para evitar el paso de los animales y bebederos, el objetivo es compatibilizar conservación con viabilidad productiva.

La tarde concluyó con la plantación colectiva de un pequeño monte. El gesto, sencillo y cotidiano, condensó el sentido de la iniciativa: la conservación se construye paso a paso, con acuerdos, tecnología y confianza. En Florida quedó claro que, en la práctica, conservar monte es conservar agua, y que esa consigna puede traducirse en medidas concretas si hay voluntad institucional, financiamiento y productores dispuestos a transformar sus prácticas.

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