Forbes Uruguay

ENTREVISTA

El impacto de la IA en Ceibal: el peligro del sedentarismo tecnológico y la obligación de repensar el sistema de evaluaciones

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La llegada de la inteligencia artificial revolucionó todos los rubros y la educación no es ajena. Cómo implementar esta herramienta, la importancia de evitar el sedentarismo tecnológico y cómo repensar las formas de evaluación.

El vínculo de Mauro Carballo con Ceibal es de larga data. Su primer acercamiento fue a través de la tesis de maestría que realizó en Londres. En ese momento ya se habían entregado las primeras ceibalitas —esas pequeñas computadoras blancas y verdes que quedaron retatadas en las portadas de los diarios— y la inteligencia artificial (IA) no era parte de la conversación. Hoy todo es diferente. Los dispositivos que se dan a los estudiantes son negros, similares a cualquier laptop de escritorio y Carballo fue recientemente nombrado en el cargo de gerente de Inteligencia Artificial y Educación, un rol que ni siquiera existía cuando comenzó en 2011 como coordinador de proyectos.

Desde ese entonces se desató una revolución tecnológica y la educación no fue ajena. Ceibal se posicionó como uno de los actores clave en este proceso de transformación, estableció un manifiesto de siete puntos y hoy aplica la IA a través de tres capas: primero en las operaciones, para generar ahorros o ser más eficientes; segundo en el desarrollo del pensamiento computacional y la alfabetización digital, que ya impacta a más de 95.000 niños en todo el país y que busca que docentes y estudiantes entiendan el proceso detrás de los resultados y, tercero, directamente asociada a la educación, puntualmente con foco en los docentes. Para este último caso, recientemente lanzaron "PowerBuddy", una herramienta mediada por IA embebida en CREA, una plataforma que hoy usan más de 580.000 usuarios del cuerpo docente. 

Sobre esta innovación, el uso de la inteligencia artificial en la educación y los cambios que podrían darse, habló Carballo con Forbes Uruguay:

¿Cuál es el objetivo de esta nueva herramienta "PowerBuddy" a los profesores?

Los ayuda a generar un contenido. Por ejemplo, si van a trabajar con la fotosíntesis escriben: "quiero una actividad para trabajar fotosíntesis con alumnos de cuarto año, que tenga esta longitud, con estos temas". Ahí la plataforma va a generar un contenido, que se lo va a devolver al docente para que pueda rehacerlo o editarlo. Es un modelo que no se puede entrenar, fue una decisión que tomamos. Funciona como un asistente, no como un tutor virtual. Mi visión es que la tecnología no va a sustituir al docente sino que cada vez vamos a necesitar más y mejores para jugar ese rol tan importante.

¿Existe algún tipo de riesgo en que se apoyen demasiado en la herramienta y dejen de crear por sí mismos?

Para eso la alfabetización es lo más importante en todo esto. El "sedentarismo tecnológico", como se suele llamarlo, es un aspecto importante tanto para el docente como para el estudiante. Tiene que ver con el proceso cognitivo que realizan. Por un lado, generar una actividad de clase antes llevaba muchísimo tiempo y esfuerzo, pero por el otro ese proceso se traducía en calidad. Entonces, creo que hay que encontrar un punto medio.

¿Considerás que la inteligencia artificial es un punto de inflexión para mejorar la calidad educativa en Uruguay? 

Hay ciertos aspectos de la educación que se pueden mejorar. Tenemos oportunidades —y son los desafíos de los próximos años— de mejorar la gestión, por ejemplo. Brindar herramientas que alivianen el trabajo administrativo de los docentes para que vuelquen esas horas en tareas de mayor valor agregado, con más impacto sobre los estudiantes. Hoy los docentes tienen tareas donde la IA podría ayudar, contribuir, no necesariamente erradicar y solucionar. Si logramos dar ese paso para que tengan más tiempo y recursos para poner donde más lo necesitan, eso va a mejorar este concepto de calidad educativa.

Niña con tablet. Foto: Gentileza Ceibal.
Foto: Gentileza Ceibal.

¿Cómo evalúan la efectividad de las herramientas de IA en el proceso educativo?

Todos los proyectos de Ceibal tienen indicadores atados. Lo primero es enfocarnos en el problema y no en la tecnología. Ese es el abordaje que tenemos: decir ¿qué problemas quiero abordar? Después veo con qué tecnología y cómo lo medimos. Por ejemplo, en el proyecto de tutorías, la métrica no es necesariamente el aprendizaje sino el ahorro o la generación de eficiencia. 

¿Qué tan cerca estamos en Uruguay de implementar herramientas de inteligencia artificial que permitan personalizar la enseñanza y adaptar las propuestas educativas a las necesidades de cada estudiante?

En Uruguay están dadas las condiciones para recorrer ese camino, mucho más que en otros países de la región. Sin embargo, requiere de mucha reflexión. Tenemos que trabajar sobre las necesidades y los intereses del estudiante, pero también mediar entre lo individual y lo colectivo. Sí creo que es mucho más potente que tengan un feedback personalizado y que las tecnologías ayuden a darlo, de hecho ya hay un montón de plataformas de las que provee Ceibal que ayudan a eso. También opino que hay que cuidar el aprendizaje colectivo.

Lo saco por un minuto de las tecnologías y lo llevo a los libros analógicos. Actualmente hay un proceso de mucha discusión, muy en boga, de cómo hacer que los chicos lean más. Una de las estrategias es buscar el interés de cada uno y dejar que lea lo que le gusta. Ahora, al momento de leer todos un mismo texto, se da un espacio de debate, de intercambio, de manera grupal. Entonces hay que buscar la forma de no perder eso tan importante.

Según algunas investigaciones, el uso habitual de la IA, digamos ChatGPT, puede afectar la memoria, la autonomía intelectual y la capacidad de retener lo leído, ¿cómo se aseguran de que los estudiantes no se vuelvan dependientes y desarrollen un pensamiento crítico?

Lo primero es elevar y potenciar el rol docente, que es quien trabaja con los estudiantes en el aula. Para eso es muy importante la alfabetización digital. Lo segundo es repensar la manera en que solemos evaluar y analizar el lugar que tiene la tecnología en cada fase. Tenemos que ser muy sabios en qué queremos que respondan y cómo queremos que respondan. El arte acá es hacer "the right question". Si no, corremos ese riesgo de caer en lo fáctico. Hoy estamos parados en un modelo bisagra. Mi generación, por ejemplo, usa estas tecnologías pero aprendió sin ellas. De alguna manera hicimos ambos procesos y eso es lo más rico. Ahora tenemos este desafío de cómo enseñar a quienes ya nacen con esas tecnologías. ¿Cómo se van a enfrentar a un texto en blanco? ¿Cómo van a poder hacer ese proceso? Este dilema está planteado en todas las fases de la educación. 

¿Es una conversación que ya se esté dando con el Ministerio de Educación?

Es una conversación que ya está, aunque nos va a llevar un proceso. Ceibal está en esa mesa, como también ANEP, UdelaR, el ministerio, entre otros actores. 

Creo que tenemos que repensar el sistema de evaluación en su totalidad. Nosotros mismos nos cuestionamos, es algo que está en el ADN de Ceibal. 

Tenemos que ser los primeros y más críticos hacia las tecnologías por el rol que jugamos en Uruguay. Pensamos sobre el cuándo, el cómo. Revisamos nuestras políticas y las cambiamos siempre que sea necesario.

Se enseña a los estudiantes a usar las herramientas, pero cómo se les enseña a detectar cuándo se usa la IA para fraudes, noticias falsas, etc. 

Hay dos proyectos que tienen mucho foco en eso: el de Pensamiento Computacional e Inteligencia Artificial y el proyecto de Ciudadanía Digital, donde trabajamos con todos los subsistemas (Primaria, Secundaria, UTU y formación docente). El tema en boga es la inteligencia artificial, pero lo importante es cómo ser ciudadanos globales y críticos. Cómo detectar, cómo tratar, cómo trabajar, no solo en relación a la IA. 

¿Pero cómo lo vuelcan a los estudiantes?

Tenemos diferentes maneras. Hay trabajos de centro, por ejemplo, donde estudiantes y docentes llevan un proyecto adelante con base en una temática compleja, como puede ser el bullying. En ese caso se tratan las fake news, generación de contenidos con IA, robo de identidad, etcétera, de acuerdo a las necesidades del proyecto que propongan. Ahí ya está el eslabón con los estudiantes. Además, generamos muchos contenidos y publicaciones que repartimos en los centros educativos. Lo importante es trabajar con un espectro amplio y llegar de varias maneras. 

¿Qué porcentaje del presupuesto total de Ceibal se destina actualmente a proyectos vinculados a inteligencia artificial?

Hicimos un ejercicio recientemente de identificar cuál es el gasto en Ceibal. En este momento que es la rendición de cuentas y pensamos cuánto es que Uruguay debería invertir en inteligencia artificial en estos temas. Claramente Ceibal está trabajando en la cartera de educación, nosotros jugamos un papel muy importante ahí, pero sí lo tenemos cuantificado y justamente se está tratando en estos días cuál es el presupuesto a destinar.

Sí te puedo mencionar un ejemplo concreto: la herramienta que pusimos para docentes sale a costo de US$ 1 por usuario por año. En los primeros tres días tuvimos poco más de 2.000 usuarios. Ahora en la segunda parte del año seguramente va a escalar. 

Niño usando una computadora. Foto: Gentileza Ceibal.
Foto: Gentileza Ceibal.

Se pone mucho énfasis en la innovación tecnológica. ¿Esto desvía la atención de problemas estructurales como las dificultades graves en lectura y escritura que muestran las evaluaciones más recientes a futuros docentes? 

Todo lo contrario. Tenemos bien identificados los problemas. Ahora hay una nueva ola de oportunidades y de cómo abordarlos. Uruguay tiene claros cuáles son los problemas en la educación. No son recientes tampoco, lo venimos debatiendo hace años. Sí nos va a llevar tiempo desarrollar, experimentar, implementar y evaluar. En esto, la inteligencia artificial puede jugar un rol importante. ¿Va a resolver los problemas macroestructurales? No. Pero si mejoramos X puntos porcentuales en los niveles de escritura y lectura, por ejemplo, ya es realmente importante. Creo que hay que encontrar la receta para impactar

¿Qué te gustaría lograr de acá a cinco años?

Integrar esta tecnología de manera transversal, crítica, ética, pero con impacto. Tenerla tan embebida que pase a ser una herramienta más. Nuestro foco no tiene que estar en la tecnología, sino en la educación y sus retos. Hay un desafío de brechas, no tanto de acceso, sino de uso. Tenemos que lograr que no sea una tecnología para los que ya tienen más y que deje más atrás todavía a los más rezagados. Desde ese rol, espero tener impacto.

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