La fórmula del éxito: la habilidad secreta de los fundadores detrás de Airbnb, Microsoft y Amazon
Dileep Rao Colaborador
Dileep Rao Colaborador
La mayoría de los fundadores busca financiación, mentores y acceso a incubadoras de élite. Pero los que llegan a convertirse en multimillonarios dominan una habilidad poco común: superar a la competencia, detectar las estrategias ganadoras y meterse de lleno en industrias que todavía no terminaron de definirse.
No se trata de contactos. Tampoco de saber presentar una propuesta. El verdadero diferencial pasa por el aprendizaje estratégico autodirigido: saber cómo incorporar habilidades, tecnologías y leer los movimientos del mercado antes que los demás.
La primera propuesta de Brian Chesky para Airbnb, incluso con el respaldo de una incubadora, no consiguió levantar capital. El cambio no vino de una presentación más pulida para los inversores. Todo giró cuando Chesky se acercó a los usuarios, entendió sus dolores y ajustó el modelo de Airbnb desde adentro.
La incubadora le abrió la puerta. El aprendizaje autodirigido le dio Airbnb.
Los emprendedores que construyen unicornios tienen algo en común: dominan el aprendizaje autodirigido, sobre todo en sectores nuevos, donde las reglas todavía no están claras. En vez de esperar a que alguien marque el camino, lo hacen ellos.
En todos estos casos, el fundador no esperó un manual. Lo escribió él mismo, gracias al aprendizaje autodirigido.
El aprendizaje autodirigido no es exclusivo de los fundadores. Para los directores ejecutivos, también puede marcar la diferencia entre seguir liderando o quedar fuera de juego. En sectores donde todo cambia rápido, no entender cómo funcionan las nuevas tecnologías puede hundir incluso a quienes ya están consolidados.
Para competir de verdad en sectores nuevos, los fundadores de unicornios suelen seguir un camino claro. Estos son los cuatro pasos que repiten con precisión:
Cuando una tendencia está empezando, todo es confuso. No hay una estrategia clara y muchos, sobre todo en las grandes empresas, dudan. Esperan que otros hagan el trabajo sucio y después salen de compras, como hizo Google con YouTube. Pero la realidad es que la mayoría de esas adquisiciones no funcionan. Los que sí llegan lejos son los que aprenden de entrada las habilidades tecnológicas necesarias y se largan a emprender cuando la mayoría todavía está mirando.
Los unicornios no siempre son los primeros, pero sí los más lúcidos. Sam Walton no inventó los supermercados. Sam Altman no fue el primero en trabajar con inteligencia artificial. Pero los dos se metieron en el barro, aprendieron cómo funcionaba su mercado y armaron una estrategia sólida para dominarlo.
Eso implica entender a los usuarios, observar a la competencia y detectar la estrategia más fuerte y defendible para quedarse con el lugar más codiciado del juego.
El capital de riesgo puede ser útil, pero muchas veces empuja a los emprendedores a buscar velocidad sin tener todavía un modelo sólido. Bill Gates, Mark Zuckerberg y Travis Kalanick arrancaron con fuerza sin depender tanto del capital externo, lo que les permitió ajustar sus ideas sin presiones.
El autofinanciamiento no es solo una cuestión de dinero. Es una forma de mantener el control en la etapa más delicada del proyecto: cuando todavía se está aprendiendo qué funciona y qué no. Quienes logran financiarse por su cuenta tienen más libertad para adaptarse, corregir y dominar la industria desde una posición de fuerza.
Los fundadores de unicornios no llegan lejos por intuición. Se preparan. Dominaron al menos 9 habilidades que les permitieron llevar sus ideas desde el papel hasta empresas que hoy valen miles de millones.
Si querés liderar tu empresa y quedarte con la riqueza que generás, necesitás adquirir estas habilidades. Porque aceptar capital de riesgo temprano puede parecer una ayuda, pero también te puede dejar afuera de tu propio proyecto. En algunos casos, incluso puede significar tu despido.
Horst Rechelbacher, el creador de Aveda, lo entendió desde el principio. Su camino con el aprendizaje autodirigido tuvo tres pasos simples pero poderosos:
Mi opinión: En las industrias emergentes, donde se crean las mayores fortunas, nadie tiene claro al inicio cuál es la jugada que funciona. Adivinar es un riesgo. Y si leés una estrategia en un libro, blog o podcast, probablemente ya sea tarde.
Los que realmente ganan no solo siguen las tendencias emergentes. También se forman en serio. Aprenden solos, prueban, leen el mercado y analizan a los competidores. Así descubren la estrategia unicornio y usan sus habilidades para aplicarla y ganar.
Con información de Forbes US.