Más estrés, menos compromiso: por qué cada vez menos personas quieren ser jefes
La sobrecarga, la falta de formación y el desgaste silencioso hacen que los roles de liderazgo dejen de ser aspiracionales. La desmotivación se contagia y ya impacta en la performance de los equipos.

Roberta Matuson Contributor

Según informó The Wall Street Journallos gerentes están más descontentos que nunca con su trabajo, y eso no es una buena señal para quienes están a su cargo. En distintos países, los empleados muestran menos satisfacción laboral que en otros años, aunque la caída más fuerte la sienten quienes tienen cargos de dirección.

De acuerdo con el informe anual de Gallup sobre el estado del trabajo en el mundoel porcentaje de empleados que dicen sentirse comprometidos bajó al 21 % en 2024. Un año antes, era del 23 %. Es la segunda vez que el compromiso global cae: la primera fue durante la crisis por el COVID-19. La baja entre los gerentes fue aún más marcada. Solo el 27 % dijo estar comprometido con su trabajo, tres puntos menos que el año anterior. Entre los directivos más jóvenes y las mujeres, la caída fue más fuerte.

Los números preocupan por varias razones:

  • Los estudios muestran que los equipos comprometidos rinden mucho más que aquellos que no lo están.
  • Cuando el compromiso de los empleados es alto, la rotación baja y eso ayuda a reducir costos.
  • Atraer talento de calidad es más fácil y menos costoso cuando la empresa tiene buena fama puertas afuera. Pero si la imagen es la contraria, cuesta mucho cubrir los puestos clave. Nadie quiere entrar a una empresa donde todos están ahí solo para pasar el rato.

El futuro de la gestión

Un estudio reciente de la consultora Robert Walters mostró que más de la mitad de los trabajadores de la Generación Z no quiere ocupar cargos de gestión intermedia en su carrera. Frente a una oferta de talento cada vez más limitada y a la dificultad para planificar relevos, las empresas tienen que entender por qué muchos, sobre todo los jóvenes, esquivan los puestos de liderazgo. Y sobre todo, pensar cómo volver a entusiasmarlos.

¿Por qué el compromiso está tan bajo?

Imaginá llegar a la oficina y enterarte de que tu jefe y buena parte de sus colegas fueron despedidos. No es un escenario hipotético: millones de personas ya viven esa situación.

Muchos directores ejecutivos se jactan de tener equipos más chicos y de no cubrir vacantes. Eso recae sobre los gerentes, que terminan con una carga de trabajo imposible. Quienes miran desde abajo y piensan en su futuro, toman nota y deciden que no vale la pena vivir con ese nivel de estrés.

Otra razón que explica la caída del compromiso tiene que ver con la falta de preparación. Hay muchos empleados que responden ante jefes que no saben cómo liderar un equipo. Según Jim Harter, director científico del área de trabajo en Gallup, solo el 44 % de los gerentes recibió capacitación para el rol. Eso significa que más de la mitad nunca fue entrenada, a pesar de todos los cambios que atraviesan el mundo del trabajo.

Otra razón que explica la caída del compromiso tiene que ver con la falta de preparación.

Según Harter, "Si se desea mejorar el compromiso de los gerentes, la capacitación debe centrarse en ayudarlos a desarrollar hábitos como mantener un contacto regular con las personas que dirigen y hacerles preguntas como: '¿Qué tipo de desafíos enfrenta en su trabajo?'". También afirmó: "Realizamos 17 estudios de este tipo de capacitación durante y después de la pandemia con casi 15.000 participantes y descubrimos que los gerentes que la recibieron estaban entre un 10 % y un 22 % más comprometidos con su trabajo".

¿Hacia dónde vamos?

El liderazgo no desaparece así nomás. Pero cuando los gerentes se desconectan, es cuestión de tiempo hasta que todo el equipo empiece a buscar la salida. Los números son claros: el compromiso cae fuerte, sobre todo entre quienes deberían motivar a los demás. No es una pérdida lenta, es un derrumbe. Y los directores ejecutivos que se enorgullecen de tener menos personal mientras sus líderes se queman están provocando una fuga de talento.

Lo peor es que la solución ya está sobre la mesa. Y no tiene nada que ver con otra encuesta de clima laboral, fiestas con pizza o buzones de sugerencias. La clave está en tener gerentes que realmente sepan liderar. La gente no trabaja para empresas. Trabaja para personas. Revertir esta crisis de compromiso es posible, pero hay que invertir en liderazgo real. ¿Qué estás esperando? Es hoy.

Con información de Forbes US.