Nvidia, la gigante californiana de semiconductores, vive un momento histórico: esta semana su capitalización bursátil ha alcanzado los U$S 3,8 billones, cuadruplicándose en apenas unos años gracias a la fiebre global por la inteligencia artificial (IA) y un renovado auge de la industria entre los inversores.
Curiosamente, como no pasó antes en situaciones de euforia similares, este repentino auge -pocos lo esperaban en medio de un reverdecer de la inestabilidad geopolítica- ha venido acompañado de una ola de ventas internas sin precedentes: en los últimos 12 meses, ejecutivos y directores de la compañía han vendido más de U$S 1.000 millones en acciones, con más de U$S 500 millones liquidados solo en este mes junio, cuando el precio de la acción volvió a tocar máximos históricos.
El CEO Jensen Huang, uno de los fundadores y principal rostro de Nvidia, comenzó a vender acciones este mes por primera vez desde septiembre, siguiendo un plan de venta preestablecido (Rule 10b5-1) acordado en marzo. Según los documentos presentados ante la SEC, Huang tiene autorización para vender hasta 6 millones de acciones antes de fin de año, lo que podría generarle más de U$S 900 millones al precio actual.
"Cuando la acción cayó en el primer trimestre, no vendió, lo que fue realmente inteligente", señaló Ben Silverman, vicepresidente de investigación de VerityData. "Huang esperó a que la acción regresara a niveles en los que se sintiera más cómodo para vender", añadió el analista.
A pesar de estas ventas, Huang mantiene la vasta mayoría de su participación, que representa cerca del 4% de la compañía, y su patrimonio neto ronda los U$S 138.000 millones, según el último ránking Forbes. "Seguimos construyendo la nueva infraestructura de la inteligencia, que será utilizada por cada país y cada sociedad", declaró el CEO durante una reciente presentación en París, reforzando su visión de largo plazo para Nvidia.
Otros altos ejecutivos y miembros históricos del directorio también han aprovechado el rally bursátil. Mark Stevens, director y uno de los primeros inversores institucionales en Nvidia, anunció la venta de hasta 4 millones de acciones (valuadas en U$S 550 millones) y ya concretó ventas por U$S 288 millones. Jay Puri, vicepresidente ejecutivo de operaciones globales, vendió acciones por U$S 25 millones, mientras que los directores Tench Coxe y Brooke Seawell liquidaron participaciones por U$S 143 millones y U$S 48 millones respectivamente en junio.
La empresa ha aclarado que todas las transacciones de Huang y otros ejecutivos están regidas por programas estructurados de venta, diseñados para evitar conflictos de interés y acusaciones de uso de información privilegiada. "Estas ventas representan menos del 1% de la tenencia total de Huang y no significan una pérdida de confianza en el futuro de Nvidia", enfatizan fuentes cercanas a la compañía.
El contexto de estas ventas es un mercado en plena euforia por la IA. Nvidia ha superado a gigantes como Apple y Microsoft, convirtiéndose en la empresa más valiosa del mundo tras una recuperación del 60% desde su punto más bajo en abril. Los analistas proyectan que el mercado de chips para IA podría alcanzar los U$S 2 billones en 2028, y Loop Capital elevó su precio objetivo para la acción a U$S 250, anticipando una capitalización potencial de U$S 6 billones.
En palabras del propio Huang, "Nvidia está en la carrera de su vida en esta nueva fase de crecimiento impulsada por la IA". Para los inversores, la pregunta sigue abierta: ¿las ventas internas son una señal de alarma o simplemente una gestión patrimonial en medio de una revolución tecnológica sin precedentes? Por ahora, el mercado parece apostar por lo segundo, manteniendo a Nvidia en la cima del mundo corporativo.
