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Scott Bessent y Luis Caputo
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Un respiro antes de las urnas: cae el dólar más de $100 desde que el Tesoro de EE.UU. interviene en el mercado local

Esteban Monte

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El desembarco financiero de Washington le da aire al Gobierno en plena corrida, con un swap inédito, ventas directas de dólares y promesas de apoyo en bonos. El impacto es inmediato pero la pulseada política sigue abierta.

13 Octubre de 2025 10.05

Argentina volvió a estar en el centro del tablero financiero internacional. El jueves por la tarde, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anunció un acuerdo de swap por US$ 20.000 millones con el Banco Central argentino y una intervención directa en el mercado cambiario local para contener la corrida que amenazaba con desbordar la economía a dos semanas de las elecciones legislativas.

La magnitud y el contenido del anuncio son históricos. Por primera vez, el Tesoro estadounidense se compromete a vender dólares contra pesos en el mercado argentino y actúa como garante del pago de la deuda soberana a través del Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF). En paralelo, Washington dejó abierta la posibilidad de comprar bonos argentinos en dólares  para sostener sus precios y aliviar el financiamiento del Tesoro local.

Un rescate sin precedentes

La medida llega tras semanas de fuerte tensión. Según un informe de Goldman Sachs ("Argentina: A Fork in the Road"), el Banco Central había vendido más de US$ 1.100 millones en solo tres días entre el 17 y el 20 de septiembre, con el objetivo de frenar la escalada del tipo de cambio oficial, que había tocado el techo de la banda en $1.474 por dólar. Las reservas netas caían a niveles críticos, en torno a US$ 6.000 millones, mientras los fondos líquidos del Central apenas alcanzaban US$16.000 millones, en su mayoría depósitos de encaje de bancos.

La corrida fue detonada por la derrota de Javier Milei en las elecciones bonaerenses del 9 de septiembre, donde el peronismo se impuso por 13 puntos. En pocos días, el Merval se desplomó 20% en dólares, el riesgo país superó los 1.200 puntos básicos y los bonos soberanos retrocedieron hasta mínimos de 2023.

"La economía argentina no tenía crédito, ni reservas, ni superávit externo, condiciones que hacían imposible resistir una corrida sin respaldo externo", sintetizó Econométrica en su informe. Fue entonces cuando el Gobierno acudió directamente a Washington en busca de apoyo.

Qué implica el acuerdo con Estados Unidos

El swap de US$20.000 millones es un préstamo contingente a corto plazo, similar a una línea de liquidez. En palabras de Bessent, su objetivo es "prevenir una volatilidad excesiva del tipo de cambio""garantizar la estabilidad financiera" durante el proceso electoral.

Scott Bessent y Luis Caputo
 El jueves por la tarde, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anunció un acuerdo de swap por US$ 20.000 millones con el Banco Central argentino.

 

Pero la novedad más relevante es que el Tesoro estadounidense, a través del Exchange Stabilization Fund, comenzó a vender dólares en el mercado local, fijando de hecho un nuevo ancla cambiaria. El peso mayorista cerró el jueves en $1.420, dentro de la banda de flotación, y el contado con liquidación (CCL) en $1.456, reduciendo la brecha a cero.

Además, Estados Unidos se comprometió a comprar bonos argentinos en dólares "cuando las condiciones lo justifiquen", según confirmaron fuentes de Goldman Sachs. Este respaldo podría aliviar el costo del financiamiento soberano, que había alcanzado rendimientos del 16% en los bonos más cortos y 13% en los de mayor duración.

El swap, sumado a los desembolsos recientes del Fondo Monetario Internacional (US$ 13.000 millones), eleva el "poder de fuego" del BCRA a más de US$ 33.000 millones, según cálculos de Fernando Marull. "Con este refuerzo, el Central puede defender el dólar hasta las elecciones e incluso cubrir vencimientos de bonos", estimó la consultora, que agregó: "El dólar quedará anclado hasta el 26 de octubre. Después, el escenario dependerá del resultado político".

La reacción inmediata del mercado

La respuesta fue eufórica. El riesgo país bajó casi 300 puntos y cerró en 902 pb, su nivel más bajo en cuatro meses. El Merval subió 11% en dólares, recuperando parte de las pérdidas acumuladas, y los bonos soberanos escalaron hasta 12%.

El dólar financiero retrocedió a $1.456, y las tasas de las Lecaps bajaron del 64% anual al 47,6%, reflejando una menor percepción de riesgo inmediato. Los analistas hablan de una "calma prestada": el mercado descuenta que la estabilidad durará mientras el Tesoro norteamericano mantenga su intervención.

Para Econométrica, la magnitud del apoyo "marca un antes y un después". "Estados Unidos prácticamente se puso al frente del rescate argentino", señala el informe. "Es una decisión geopolítica: el éxito del programa liberal de Milei puede convertirse en un faro regional tras dos décadas de populismo económico".

Un respiro, no una solución

Los informes de los bancos internacionales coinciden en que el auxilio norteamericano compra tiempo, pero no resuelve los desequilibrios estructurales. Goldman Sachs advierte que la cuenta corriente volvió a déficit en el primer semestre del año (-US$ 8.300 millones) y que la demanda de importaciones se disparó un 43% interanual.

El peso, afirman, sigue sobrevaluado, lo que estimula el consumo de bienes importados y viajes al exterior. "Una economía sin reservas, sin crédito y con déficit externo no genera dólares para pagar su deuda ni para acumular reservas", advierte Econométrica.

Goldman Sachs propone un tipo de cambio más flexible y un peso más débil, junto con una política activa de acumulación de reservas. Según sus estimaciones, una depreciación real del 10% podría mejorar el saldo comercial en US$ 5.800 millones sin provocar una espiral inflacionaria, gracias al bajo traspaso a precios observado en los últimos meses.

El tablero político: gobernabilidad bajo presión

El alivio financiero llega en plena campaña y no disimula la fragilidad política del Gobierno. Según Bradesco BBI, en su informe What About Milei's Governability After October?, La Libertad Avanza (LLA) y sus aliados del PRO suman alrededor del 39% de intención de voto, apenas por encima del 38% del bloque peronista Fuerza Patria.

Javier Milei, presidente de Argentina, en charla de ADM. Foto: Leonardo Mainé.
Según Bradesco BBI, en su informe What About Milei's Governability After October?, La Libertad Avanza (LLA) y sus aliados del PRO suman alrededor del 39% de intención de voto, apenas por encima del 38% del bloque peronista Fuerza Patria.

 

 

De confirmarse este empate técnico, Milei conservaría el "escudo legislativo" del tercio que le permite vetar leyes o evitar un juicio político, pero quedaría muy lejos del 50% + 1 necesario para impulsar reformas estructurales.

"El Gobierno enfrenta el desafío de negociar cada paso", advierte Bradesco. "Los gobernadores provinciales y los bloques federales emergen como árbitros de la gobernabilidad." Las provincias de Mendoza, Entre Ríos, Chaco y Corrientes aparecen como aliadas potenciales, mientras que Santa Fe y Córdoba podrían aportar apoyos parciales en reformas laborales y fiscales.

El mercado observa de cerca esa ecuación: para los analistas, mantener un tercio del Congreso asegura la continuidad del programa económico y evita el escenario de "game over" que implicaría una crisis institucional.

Entre la esperanza y la dependencia

El apoyo de Washington es, al mismo tiempo, una señal de confianza y un condicionamiento. Tanto el Tesoro estadounidense como el FMI exigirán al Gobierno que cumpla con la consolidación fiscal y la acumulación de reservas.

"La estabilidad depende de que Milei sostenga el equilibrio fiscal y reconstruya la balanza externa", resumió un operador porteño. "Si el Gobierno se desvía, el swap puede convertirse en una trampa de deuda a corto plazo".

Por ahora, la estrategia parece funcionar: la inflación mensual se mantiene en torno al 2,1%, el consumo se estabiliza y algunos sectores industriales y de la construcción muestran leves mejoras. Sin embargo, el margen de maniobra es estrecho y el horizonte electoral agrega incertidumbre.

Como sintetizó Fernando Marull: "De las tres anclas —política, economía y calle—, el Gobierno esta semana ganó dos: gobernabilidad y mercado. Falta saber si alcanza para ganar las elecciones".

Un país en pausa

El dólar está quieto, los bonos respiran y las encuestas siguen empatadas. Pero la calma, como tantas veces en la historia económica argentina, puede ser apenas una tregua antes de la próxima tormenta.

El 14 de octubre, Javier Milei se reunirá con Donald Trump en la Casa Blanca para formalizar los detalles del acuerdo. El resultado de ese encuentro —y el de las urnas dos semanas después— determinará si el salvavidas de Washington marca el inicio de una estabilización duradera o el último intento de evitar el naufragio.

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