Este 31 de diciembre de 2025, además de marcar el cierre del año, es un cierre simbólico para el mundo de los negocios en la región. Marcos Galperín deja su rol como CEO de Mercado Libre tras 26 años de liderazgo ininterrumpido. De esta manera, se retira del día a día operativo el fundador que convirtió a una startup nacida en un garaje porteño en la compañía de mayor capitalización bursátil de América Latina.
A diciembre de 2025, Mercado Libre supera los 102.000 millones de dólares de valor de mercado y durante el año llegó a picos por encima de los 111.000 millones. En el camino dejó atrás a gigantes históricos como Petrobras y Vale S.A., consolidando un liderazgo que ya no se discute. Es además la única empresa latinoamericana incluida en el ranking de las 100 más influyentes del mundo de TIME en 2025 y mantiene su posición como la marca más valiosa de Argentina, muy por encima de otras tecnológicas de alcance global.
En ese contexto, el último día de Galperín como CEO no es una despedida abrupta. Es el cierre cuidadosamente planificado de una etapa fundacional y el inicio de una transición ordenada. Desde enero de 2026 seguirá vinculado a la compañía como presidente ejecutivo, enfocado en la visión estratégica, la asignación de capital y el impulso tecnológico, especialmente en inteligencia artificial.
De una idea universitaria a un imperio regional
La historia de Mercado Libre es inseparable de la de su fundador. Galperín concibió la empresa mientras cursaba su MBA en Stanford con una misión clara: democratizar el comercio en América Latina. En agosto de 1999 fundó la compañía junto a un pequeño grupo de socios. El contexto no era sencillo. Internet era incipiente en la región, la bancarización era baja y la confianza en las transacciones online era mínima.
La empresa sobrevivió a la burbuja puntocom gracias a rondas tempranas de capital de riesgo que incluyeron a fondos globales y a una alianza clave con eBay, que validó el modelo de negocio y aceleró la expansión regional. En pocos años Mercado Libre ya operaba en la mayoría de los países de América Latina, construyendo una red que le permitió escalar antes que cualquier competidor.
Ese crecimiento no fue lineal. Hubo crisis macroeconómicas, cambios regulatorios y desafíos operativos que obligaron a reinventar el modelo una y otra vez. La primera gran transformación llegó con el lanzamiento de Mercado Pago en 2003, una respuesta directa a la falta de infraestructura financiera en la región. Lo que empezó como una solución interna para facilitar pagos terminó convirtiéndose en uno de los mayores jugadores fintech de América Latina.
Los pilares del ecosistema MeLi
Con el correr de los años, Galperín impulsó la creación de unidades de negocio que hoy funcionan como pilares del ecosistema. Pagos, logística, crédito, publicidad y más recientemente entretenimiento. Cada decisión amplió la propuesta de valor y profundizó la relación con usuarios y comercios.
El debut en bolsa en 2007 convirtió a Mercado Libre en la primera empresa argentina en cotizar en Nasdaq y abrió el acceso a capital internacional. Luego llegaron adquisiciones estratégicas como DeRemate, TuCarro y TuInmueble, el desarrollo de Mercado Ads y Mercado Shops, y una de las apuestas más ambiciosas de su historia la construcción de una red logística propia.
Mercado Envíos cambió las reglas del comercio electrónico regional. Centros de fulfillment, última milla y hasta una flota aérea propia con MeLi Air permitieron ofrecer entregas cada vez más rápidas y reducir costos a escala. Esa infraestructura es hoy una de las principales ventajas competitivas frente a rivales globales.
Resultados que explican el liderazgo
El retiro de Galperín del rol de CEO llega en el mejor momento financiero de la compañía. En el tercer trimestre de 2025, Mercado Libre reportó ingresos netos por 7.400 millones de dólares, un crecimiento interanual del 39% y el vigésimo séptimo trimestre consecutivo con expansión superior al 30%.
El negocio de comercio mostró crecimientos récord en Brasil, México y Argentina, con aumentos del 42% en ítems vendidos en los dos primeros mercados. La base de compradores únicos alcanzó casi 77 millones de usuarios y el volumen bruto de mercancías superó los 16.500 millones de dólares en el trimestre.
En fintech, Mercado Pago llegó a 72 millones de usuarios activos mensuales y el portafolio de crédito creció 83% interanual hasta los 11.000 millones de dólares. La tarjeta de crédito de la plataforma se convirtió en la más utilizada dentro del marketplace en Brasil y ya comenzó a escalar en Argentina, un mercado donde más del 60% de los adultos no tiene tarjeta de crédito.
La unidad de publicidad, Mercado Ads, aceleró su crecimiento con ingresos que avanzaron más del 60% interanual en términos neutrales a tipo de cambio, apoyados en datos propios y alianzas con plataformas de contenido.
Por qué decidió dar un paso al costado
La decisión de Galperín no responde al cansancio ni a una pérdida de ambición. Tiene que ver con coherencia cultural y liderazgo. Durante años sostuvo que quien conduce Mercado Libre debe estar enfocado las 24 horas del día, los 365 días del año. Llegado un punto, entendió que su rol debía cambiar para dar el ejemplo.
Esta es una clara señal hacia adentro de la organización y hacia el mercado. El liderazgo ejecutivo pasa a una nueva generación, con Ariel Szarfsztejn como CEO, un ejecutivo formado dentro de la compañía y alineado con su cultura.
Galperín se ocupó de que la transición no altere el funcionamiento. Preparó a su sucesor, evitó decisiones improvisadas y garantizó continuidad estratégica. Para él, ese proceso es también un aprendizaje personal. Reconoce que está descubriendo cómo será su nuevo rol y hace un esfuerzo consciente por no involucrarse en la operación cotidiana.
El rol a partir de 2026
Desde su posición como presidente ejecutivo, Galperín seguirá participando en las grandes decisiones estratégicas y en la asignación de capital. Un foco central será la inteligencia artificial. En su visión, la tecnología ya está transformando áreas clave como atención al cliente, costos operativos y eficiencia legal, incluso antes del auge de los grandes modelos de lenguaje.
También ve en la IA una oportunidad para mejorar ingresos y experiencia de usuario. Su idea de un banquero personal dentro de Mercado Pago resume esa ambición. Un sistema capaz de anticipar ingresos, gastos y recomendaciones financieras personalizadas para cada usuario, sin importar su nivel socioeconómico.
La tercera área que observa con atención es la forma de interacción con las plataformas. Cree que el modelo actual de aplicaciones aisladas puede quedar obsoleto y que se avecina una nueva capa de interacción digital. Mercado Libre quiere estar en el centro de esa discusión, como lo estuvo en la transición hacia el mundo móvil.
Más allá de Mercado Libre
Con más tiempo fuera de la gestión diaria, Galperín podría profundizar su rol como inversor y mentor. En los últimos años invirtió como ángel en startups tecnológicas de la región, incluyendo dLocal, NotCo, Pachama y proyectos vinculados a blockchain e inteligencia artificial. También participa activamente en Endeavor Global y en el consejo asesor de la Stanford Graduate School of Business.
No planea ingresar en política ni comprar medios. Lo dijo con claridad. Su energía está puesta en pensar el futuro tecnológico, asesorar a emprendedores y seguir vinculado al ecosistema que ayudó a crear.
El cierre de una era
El último día de Marcos Galperín como CEO no es un punto final. Es una bisagra. Deja una empresa que no solo lidera por tamaño, sino por impacto. Mercado Libre es hoy una de las principales fuentes de ingresos para millones de familias, un actor central en la inclusión financiera y un caso de estudio global sobre cómo construir un gigante tecnológico desde América Latina.
El fundador se corre un paso, pero no se va. Cambia el rol, no la ambición. Y deja una vara alta para la próxima etapa del gigante que redefinió la forma de comprar, vender y pagar en la región.
