Uruguay podría sumar un nuevo proyecto industrial de gran escala en 2027. Un grupo inversor liderado por el empresario uruguayo Ignacio Genta, vinculado al negocio del papel tissue en el país, trabaja en la preparación de un proyecto para construir una planta integrada de celulosa y papel tissue (el insumo con el que se elaboran productos como papel higiénico, servilletas y rollos de cocina) en el centro del país, con una inversión estimada de US$ 800 millones.
La iniciativa, aún en etapa temprana pero con números definidos, apunta a producir 144.000 toneladas anuales de papel a partir de celulosa elaborada en la misma planta, lo que permitiría abastecer parte del mercado regional y exportar a varios destinos del continente.
Aunque la ubicación exacta se mantiene bajo estricta reserva, el predio evaluado está en la zona centro del país, con acceso a agua y logística adecuada para un complejo industrial de esta escala. Según explicó Genta a Forbes Uruguay, el emprendimiento ya fue presentado a autoridades del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), y también a jerarcas del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), quienes manifestaron interés en considerarlo como proyecto de interés nacional dada su magnitud, impacto productivo y potencial exportador.
Una planta integrada: de la celulosa al papel listo para exportar
El proyecto, denominado Paper Cell, tiene como foco la fabricación de bobinas de papel listas para su transformación o comercialización, a diferencia de las grandes pasteras ya instaladas en el país, que producen para exportar la celulosa como commodity.
En términos industriales, se trata de un complejo que procesará celulosa en estado líquido (sin secarla ni prensarla para su venta externa) y la transformará in situ en papel tissue. Esta integración vertical, explica Genta, permite capturar mayor valor agregado y competir con mayor margen frente a los grandes actores globales. La capacidad proyectada incluye dos máquinas de papel "doble ancho", con una producción combinada de unas 12.000 toneladas mensuales.
Para dimensionar el impacto: actualmente, Uruguay no produce esta clase de papel a esta escala. Según un estudio hecho por el grupo interesado, existe un mercado regional dinámico con Argentina como principal destino potencial. Según Genta, el país vecino importa miles de toneladas mensuales de bobinas, y tiene una necesidad creciente de abastecimiento por la falta de nuevas inversiones locales.
Una inversión de US$ 800 millones y 700 empleos directos
La construcción del complejo demandaría una inversión estimada de US$ 800 millones, lo que lo convertiría en uno de los proyectos industriales privados más grandes del país fuera del sector forestal tradicional. El cronograma tentativo prevé iniciar obras en 2027, con un plazo de construcción de 24 meses, lo que permitiría comenzar a operar hacia 2029 si no hubiera demoras en ingeniería, permisos o licitaciones técnicas.
El grupo inversor proyecta generar cerca de 700 empleos directos en operación, además de los cientos de puestos en etapa de construcción. La cadena indirecta incluiría transporte, servicios industriales, insumos químicos, mantenimiento y proveedores locales de infraestructura.
Genta subraya que la empresa operadora ya está constituida y que el grupo inversor liderado por él está conformado por capitales que prefieren mantener bajo perfil hasta etapas más avanzadas del proceso.
Competir en un mercado global desde Uruguay
Considerando el volumen previsto, la planta podría alcanzar una facturación anual cercana a los US$ 144 millones solo en exportaciones, sin contar ventas regionales ni productos con mayor grado de elaboración.
Los mercados objetivo van más allá del Mercosur. El grupo inversor visualiza oportunidades en Chile, Paraguay, el Caribe, Centroamérica y Estados Unidos, destinos que hoy importan grandes volúmenes desde Asia y Europa.
Durante las conversaciones preliminares con autoridades del MIEM y del MEF, la iniciativa recibió señales de respaldo institucional para ser evaluada como proyecto de interés nacional, una categoría reservada para inversiones de alto impacto estratégico, tecnológico o exportador.
Genta, por su parte, evita apresurar anuncios: el proyecto aún debe atravesar estudios de ingeniería, ambientales, de factibilidad y análisis financieros más profundos. La empresa mantiene la ubicación final en reserva por razones de competencia y negociación, aunque confirmó que ya visitó predios que cumplen los requisitos básicos.