Una joven cadena de hamburguesas porteña desembarca en Montevideo en la ex confitería Cantegrill
Staff
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Otra historia de emprendedores que, con una mano atrás y otra adelante, a fuerza de coraje y visión, terminan convirtiendo un simple negocio como el de una hamburguesería, en una historia de éxito y trabajo que merece ser contada.
El caso de Julio Gauna merece ser bien contado, al fin de cuentas, su primer paso en Uruguay será con la apertura del primer local de El Desembarco en el mismo lugar donde funcionó la tradicional confitería Cantegrill, sí, ahí mismo, en el histórico edificio Humberto Pittamiglio construyó en la esquina de 21 de Setiembre y Williman, uno de los hitos de la ciudad de Montevideo.
Un primer paso un poco atrevido, como la historia de ese joven nacido en Reconquista, provincia de Santa Fe, que un día de 2007 decidió partir a Buenos Aires con apenas unos pocos pesos y mil sueños por cumplir. Hasta 2017 trabajó en una reconocida operadora de cable argentina. Luego de casi 10 años en la compañía, sin título universitario, su carrera allí había llegado a su techo.
Como no hay mal que por bien no venga, Gauna intuyó que esa era la oportunidad para hacer que su pasión y fanatismo por las hamburguesas tomaran forma de empresa. Junto a unos amigos juntaron unos pesos –a valor de entonces unos US$ 50.000-, buscaron un local y en poco tiempo abrieron una típica hamburguesería de barrio a la que bautizaron El Desembarco.
El proceso de apertura no fue fácil, la puesta a punto del local en el barrio de Boedo se demoró un par de meses más de lo programado pero finalmente la apertura fue en 2018 y el éxito fue inmediato gracias a un menú que ofrecía medallones de carne, pan y cerveza artesanal, todo casero y con una fuerte apuesta de difusión en redes sociales como Instagram donde hoy los siguen más de 154.000 fanáticos de las hamburguesas.
“Teníamos tres personas en la cocina, nos quedábamos sin mercadería a las 9 de la noche, fue todo un caos total porque el éxito nos desbordó” recuerda Gauna. Más allá de las crisis, las aplicaciones de delivery, un mejor manejo de los costos y un buen fotógrafo ayudó al crecimiento de la marca en el barrio y los inversores creyeron en el trabajo realizado y enseguida abrieron el segundo local en Zona Norte y otro más en Martínez.
Cuando llegó la pandemia parecía que el sueño se venía abajo contó Gauna, tomamos la decisión de cerrar los locales pero la decisión apenas duró dos semanas”. Los primeros días los pedidos cayeron a apenas 4 por día pero todo cambió en menos tiempo de lo pensado. Sumaron opciones al menú y en poco días había “70 pedidos cada día” explicó el emprendedor, “la hamburguesa es el producto que mejor se adapta al delivery y nosotros estábamos bien parados”.
Superada la pandemia, El Desembarco ya se puede encontrar en 15 barrios de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires gracias a un centro de producción en San Telmo. En los próximos meses van a abrir tres más sin contar el desembarco internacional en Uruguay donde además de instalarse en Punta Carretas, Gauna y sus socios ya tienen planeado abrir otros 5 locales en los próximos 2 años.
A esta altura de 2022 la empresa que nació como una propuesta de hamburguesería de barrio ya emplea a más de 350 personas y en poco tiempo más tendrá funcionando cerca de 25 restaurantes y luego de consolidar la operación en Uruguay planean expandir la franquicia –en la Argentina hay que desembolsar US$ 42.000- a Chile y Paraguay.
En una entrevista al diario el País, Julio Gauna destacó que en Uruguay encontró un país estable y que ofrece certezas además de cercanía con Argentina. A eso agregó que del otro lado del río “la economía cambia constantemente”.
Para combatir los embates de la economía, la compañía gastronómica apuesta a manejar los costos con volumen y de esa manera sostener la calidad con productos frescos sin congelar.
En la propuesta en Uruguay apunta a sostener la calidad trabajando con frigoríficos nacionales, panceta argentina, cervezas artesanales uruguayas y algunas otras argentinas.
Con esta mentalidad y con hamburguesas artesanales –son “una bomba” dijo- de buena carne, rúcula, cebolla caramelizada, morrón ahumado, almendras tostadas y queso azul, el nacido en Santa Fe asegura que no le teme a la competencia porque no solo cree en su experiencia sino además porque no cree que vaya a ser una dificultad adaptarse al gusto de los consumidores y fanáticos de las hamburguesas de Uruguay.
Con una inversión inicial de US$ 120.000, el emprendimiento gastronómico ya cuenta los días para la apertura del primer El Desembarco que tendrá cerca de 180 metros cuadrados y que empleará cerca de 20 personas. Para conformar el primer equipo uruguayo buscan jóvenes con y sin experiencia pero “con mucha voluntad y ganas de generar un oficio” dijo el empresario.