Para Ángel Urraburu la empresa no es un fin en sí mismo. "Es un medio para ganar dinero, para autosustentarse, pero en mi caso para estar con mis hijos, esa es la importancia de la empresa familiar", valoró el presidente de la Bolsa de Valores de Montevideo.
Decidió invertir en su campo en Florida en plena crisis del 2002. "Para invertir en algo, el timing es fundamental", dijo Urraburu. Ese contexto de tantas variaciones, incertidumbre y desconfianza en el sistema bancario, lo hizo pensar si no sería un buen momento para "poner una pata en el campo", explicó. Así llegó su primera inversión en San Gabriel, con la compra de 500 hectáreas hace 23 años.
Santiago Urraburu estudió para ser contador, pero encontró su pasión en el campo y actualmente la gestión agropecuaria ocupa todo su tiempo. "Trabajar al lado de mi padre y de mi hermano es un aprendizaje constante", afirmó.
Los buenos resultados del negocio llegaron con lecciones. Para Santiago Urraburu sus estudios universitarios fueron cruciales para lograr el éxito, pero también lo fue la decisión de apostar por la diversificación para mitigar los riesgos, lo que los llevó a involucrarse en diferentes líneas de negocio como lechería, ganadería, agricultura y forestación. Él considera que es clave cuidar la escala y no caer en el "gigantismo". "Una cosa es crecer, pero otra es pasar a un nivel donde la eficiencia y el control empiecen a costar demasiado", reflexionó. Desde su visión, salir de la zona de confort para crecer fue una necesidad. Ejemplo de ello es la incursión en la lechería, un rubro que les habían desaconsejado y donde tuvieron más rédito del esperado. "Estamos muy conformes con haber dado ese paso. Intentamos siempre tener un equilibrio con distintos rubros", dijo.
Recuperar la confianza
La crisis de los fondos ganaderos es uno de los puntos críticos que afectan hoy por hoy al sector y también a las inversiones. "La conexión entre lo financiero, el corredor de bolsa y lo productivo en un país tiene que ser absolutamente fluída", opinó Ángel Urraburu y estimó que "la confianza se gana durante mucho tiempo, pero se pierde en un minuto". Desde su perspectiva, recuperarla demandará trabajo, esfuerzo sentenció y "una decisión política orientada a juntar estos dos sectores nuevamente, el financiero y el sector productivo para impulsarlos genuinamente".
En su análisis sobre lo sucedido, Ángel Urraburu asevera que hubo negligencia del Banco Central al no controlar los movimientos de estos fondos ganaderos. "Desde que comenzó lo de Conexión Ganadera hasta ahora no he visto ningún movimiento de parte de ninguna autoridad que tienda a cuidar a los ahorristas qué todavía están en otros fondos", afirmó.
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Destacó en ese contexto la importancia de las empresas familiares y que existan posibilidades de financiamiento para su desarrollo. "Las empresas familiares están muy arraigadas en el campo, pero la propia producción agropecuaria es concentradora y requiere cada vez más dosis de capital. Llegar al financiamiento no siempre es posible", sostuvo y destacó que la capitalización de las empresas familiares es vital para "ir lentamente superando esta crisis de confianza", finalizó.
